EL CONVENTO DE SAN PASCUAL BAILÓN
LA IGLESIA
Ruinas de la iglesia del convento de San Pascual Bailón en el año 2011.
Artículo: Milagros Soler Cervantes
Fotografías: Jesús Vílchez - C. S. Cervantes - M. Soler
La entrada al templo está situada en el módulo situado en el ala izquierda del edificio en su fachada sur abierta a una explanada que mira hacia el río. El vano de luz de la entrada lo forma un arco de medio punto enmarcado entre pilares de sillería regular con resalte en la fachada. Sobre dichos pilares monta una cornisa de nácela sobre la que, al nivel de los pilares, se sobreponen un basamento cuadrangular sosteniendo una esfera. Por encima de esta cornisa se abre una amplia ventana rectangular en el nivel del segundo piso. La cubierta de tejas se asienta en otra cornisa en voladizo realizada con adornos formados por hileras de ladrillos. La puerta es de doble hoja abatible en madera, con carpintería en relieve decorada con molduras o cuarterones, subdividida en otras dos puertas menores en cada una de ellas.
Entrada a la iglesia del convento en la fachada sur. Se accede a través de un arco de medio punto enmarcado en pilares de sillería.
La iglesia del convento se inscribe en planta de cruz latina con cabecera cuadrangular abierta con arco de medio punto, cuya cubierta se plantea con bóveda de aristas sostenidas por pechinas que parten de los lados menores y sin lucernario. Delante del altar mayor, el transepto pudo sostener una cúpula esférica sobre pechinas, al igual que en el presbiterio, sin entrada de luz. A cada uno de los lados del transepto se abrían dos grandes capillas, también con arcos de medio punto, que guardan proporciones semejantes a la del altar mayor. De ellas parten los muros de las naves laterales, separadas de la central por arquería de menores proporciones y tamaño desigual. La cubierta de la cabecera y la del transepto eran independientes, realizadas con fábrica exterior en teja de alfarería a cuatro aguas, alcanzando mayor cota la del edificio que alojaba el crucero.
PLANTA DE LA IGLESIA DEL CONVENTO DE SAN PASCUAL BAILÓN
LA CAPILLA MAYOR, situada en la cabecera del templo y frente a la puerta de entrada, tiene planta rectangular. Abre a la nave central a través de un monumental arco de medio punto apoyado sobre falsas columnas cuadradas o pilares. A la altura de los capiteles y sobre estos, se proyecta una cornisa que recorre todo el perímetro del módulo. Se le superponen arcos romanos ciegos que permiten proyectar otros arcos torales que derivan en aristas, sosteniendo la cubierta. En la pared frontal, un nicho rebajado en el muro con arco de medio punto y bóveda de cañón sirvió para colocar imágenes. Está situado a más de dos metros del suelo. Las otras dos capillas laterales, siendo simétricas en su esencia arquitectónica, presentan aspectos diferentes. En la situada en el lado de la epístola, sobre la cornisa se abre una ventana cuadrada, y bajo la ventana, una puerta que comunica con la zona conventual y el claustro. Seguramente permitía el acceso a la sacristía. Según puede apreciarse en los restos observados en los muros menores, es posible que soportaran pequeños retablos de madera. Estaban decorados con frescos que, según algunos autores, representaban figuras celestiales rodeadas de grandes motivos grutescos, algunos de ellos ordenados en cenefas.
1 2 1.- Capilla mayor en la cabecera del templo con hornacina. Sobre los capiteles se proyecta una cornisa en voladizo y arcos ciegos de medio punto 2.- Ventana y puerta de acceso a la sacristía en el lado de la epístola. Sobre el arco romano, otro toral sustentaba la bóveda.
3 4 3.- Ventana sobre la cornisa en el arco ciego de la capilla mayor. 4.- Restos de policromía y del techo realizado con soporte vigas de madera y cañas sustentando las tejas.
5 6 5 y 6.- Fragmentos de los frescos que decoraban la capilla mayor.
7 8 7.- Hornacina en la pared principal de la capilla mayor, con arco de medio punto rebajada en el muro de mampostería. 8.- Detalle de la hornacina. En su bóveda de cañón pueden verse restos de policromía.
Vista de la iglesia a través de un muro de ladrillo derrumbado en el zaguán que precede al claustro.
LAS CAPILLAS MENORES tuvieron diferentes rangos. Las dos situadas a derecha e izquierda de la capilla mayor (crucero) tenían la misma envergadura que la central, tanto arquitectónica como decorativa. En la situada en el lado del evangelio se abría otra capilla secundaria con vano de luz en arco de medio punto y sobre él, una ventana rectangular semejante a la de la capilla principal del presbiterio del muro de la sacristía.
LA CAPILLA SECUNDARIA pudo repetir el estilo artístico que tuviera el crucero. Cerrada en cúpula semiesférica sustentada por pechinas, carecía de lucernario. En su pared derecha abría una pequeña ventana sin luz directa del exterior, que comunicaba con otros aposentos. La clave se recogía en un rosetón hecho en moldura de yeso. Todos los vanos de luz de las capillas del transepto eran de arco romano, excepto en el caso de las ventanas. En los frescos que decoraban las paredes primaban los colores azules, marrones y amarillos con gran profusión de grutescos y hojas de acanto. También tenía algunas incrustaciones doradas en los relieves destacados, como el rosetón central y las aristas de las pechinas. En el centro del muro situado frente a la entrada de la capilla secundaria hubo un nicho para colocar imágenes. Era semejante al que presidía la capilla mayor, pero de menor tamaño.
1 2 1.- Nave del crucero en el lado del evangelio. En ella se incluye otra menor con puerta decorada con arquivoltas. 2.- Entrada a la capilla secundaria del transepto, con hornacina central y bóveda esférica sobre pechinas.
Arco de la entrada a la capilla secundaria del crucero, pechina y ventana sobre cornisa con restos de policromía.
LA ASAMBLEA de la nave o lugar dedicado a los fieles, estaba limitada por paredes hechas de mampostería irregular en sus muros y ladrillos en las terminaciones de sus cerramientos. Comunicaban con las naves laterales a través de tres arcos de medio punto de distintas dimensiones, siendo de mayor tamaño el inmediato al del transepto. Sobre ellos corría una cornisa cuya base servía de apoyo para la proyección de cuatro arcos ciegos de medio punto. En los dos centrales se abren ventanas rectangulares abocinadas. En el más próximo a la puerta de entrada al templo, otra ventana de menores dimensiones interrumpe la línea de la cornisa. Solamente el inmediato al crucero carece de entrada de luz. Paralela a la cornisa y sobre los arcos que abren a la asamblea, una cenefa polícroma con predominio del azul y el amarillo recorre todo el perímetro del conjunto.
Croquis en alzado de uno de los muros de la asamblea en la nave del templo. Tres arcos la comunican con la nave lateral.
Pared del lado del evangelio y de la entrada vista desde el crucero. Ventanas y arcos ciegos sobre la cornisa.
Puerta de entrada a la iglesia y arcos que comunican la zona de la asamblea con la nave lateral.
Puerta de entrada a la iglesia con cerramiento en madera, desde el interior y el exterior.
La construcción de los muros combinaba mampostería y ladrillo. Restos de las vigas de la cubierta, cornisa y cenefa policroma.
Reconstrucción de una parte de la cenefa perimetral de la nave. Corría paralela a la cornisa.
1 2 1.- Cenefa en la esquina de la entrada del templo. En primer plano, vigas caídas de la cubierta. 2.-Capitel con gotas soportando la cornisa de la que parte un arco de medio punto.
3 4 3.- Galería de la nave lateral (lado del evangelio) desde el muro sur. 4.- Galería de la nave lateral (lado del evangelio) desde el muro norte.
Derrumbe de la nave del lado de la epístola, actualmente desaparecida.
Derrumbe en el lado de la epístola. Vigas de madera del zaguán que precede al claustro
Muro de la nave del lado de la epístola. Hornacina con restos de pintura simulando un fondo de cielo.
Es fácil imaginar, a través de tan impresionantes ruinas, la importancia que tuvo el convento en la provincia. Tanto en su misión divulgadora de la religión cristiana como en la explotación de los recursos agrícolas y ganaderos. Resulta incomprensible que los responsables de preservar el patrimonio de la Junta de Andalucía aún no hayan tomado ninguna medida para evitar un desastre anunciado. No resulta creíble el argumento que atribuye a la falta de recursos económicos no emprender medidas que eviten la desaparición definitiva del monumento. Existen fórmulas legales y posibilidades de negociación con los actuales propietarios que harían posible su salvamento. Deben ser otras las razones, entre las que no descartamos la desidia y la ignorancia. q
Detalle de la cenefa del templo.
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