Cerro Muriano (Córdoba)

LA IDENTIDAD DE “TAINO” EN UNA FOTO ATRIBUIDA A ROBERT CAPA

FEDERICO BORRELL GARCÍA, "TAINO"

 

por Milagros Soler

® Registro Territorial de la Propiedad Intelectual de Andalucía. Exp.00037/2008.Todos los derechos reservados.

 

    2.- CONCLUSIONES SOBRE LAS DISTINTAS TEORÍAS   

 

Sobre las hipótesis aquí relacionadas se han ido construyendo otras que combinan elementos de todas ellas. Me he limitado a recoger las que he considerado esenciales para hacer un seguimiento de las investigaciones.

 

 Es difícil comprender como se ha complicado tanto el tema sobre la identidad del miliciano, a partir de unas opiniones sin fundamento. Se ha planteado incluso la posibilidad de que se haya confundido información sobre Federico Borrell García con la de otro miliciano, también de Alcoy y miembro de la C. N. T. llamado Enrique Borrell Fenollar. 

 

Enrique Borrell Fenollar publicó un artículo en esas fechas (1937) en el que describía la muerte de su correligionario y paisano Federico Borrell García. "Taino". Documento que deja en entredicho las versiones de Robert Capa y de Mario Brotons. Según Enrique B. Fenollar, “Taino” llegó a Cerro Muriano el mismo día 5 de septiembre y participó en los combates desde primeras horas de la madrugada, cuando se inició la ofensiva el general Varela. Dice que murió sobre las cuatro de la tarde por una herida de bala que le impactó en el corazón, defendiendo una batería de artillería cuando permanecía parapetado en un árbol. Describe en su carta:

 

 "Aún le veo tendido detrás del árbol que le servía de parapeto, con los cabellos en desorden. Sobre la cara un hilillo de sangre que brotaba de su boca.¡Aún después de muerto empuñaba en su mano rígida el fusil que tantas esperanzas de Libertad le habían hecho concebir".

 

 Evidentemente E. B .Fenollar no conocía la teoría del “human reflex response” de Robert L. Franks.

 

Desde que Barengo hizo públicas sus observaciones sobre los negativos de los contactos de Capa, la teoría de la escenificación fue tomando fuerza. Progresivamente se unieron opiniones que corroboraban que la fotografía "Falling Soldier" era un montaje. Actualmente existen pocos argumentos bien fundamentados que desmientan que Capa mintió.

 

Tenemos el convencimiento de que en el caso de Friedmann no hubiera suscitado tanta polémica si Magnun Photos, empresa propietaria de los contactos originales (parece, y es extraño, que no existen negativos), se hubiera prestado a cederlos para la investigación. Obviamente sus intereses actúan en sentido contrario. La radicalización de su postura le ha llevado a negar el permiso para utilizar esa imagen en el documental “Heroes never die”“(“Los héroes nunca mueren”) de Jan Arnold.

 

Facilitar información por parte de Magnun Photos a los que pretenden demostrar un fraude y que estos lo consigan, supondría quitarle la autoría a Capa y atribuírsela seguramente a Gerda Taro o incluso a “Chim” Seynmour, dejar como mentiroso a su fotógrafo-estrella (Robert Capa) y reconocer la complicidad en el engaño durante muchos años. En este sentido, es fácil comprender su posicionamiento para entorpecer que se clarifiquen  os hechos.

 

Los contactos estudiados por Barengo parecen evidenciar que la foto se hizo durante un simulacro de maniobras y que fueron manipulados, o bien por Gerda y Capa o por la revista “Vu”.El simulacro de maniobras es reconocido por el mismo Friedmann desde la primera versión en la que explicaba como se hizo la foto. Parece probable que se quisiera dar sensacionalismo y dramatismo a las que podían ser las últimas imágenes del ejército republicano en el frente de Córdoba.

 

La situación real de esos días en la zona, con ataques permanentes de la aviación, hubiera permitido un mayor número de secuencias. Captar esas imágenes supondría un alto riesgo en la seguridad personal del fotógrafo. Capa decía que “si la foto no era buena, es porque no se está lo suficientemente cerca”. Por eso nos extraña mucho que no se acercara más al escenario de la contienda para documentar los acontecimientos. Seguramente también por eso, se situó a menos de doce pasos de su miliciano "muerto" y obvió la de otros fallecidos o las escenas de las incursiones aéreas que se venían produciendo. Aunque parece ser que por aquellos días, los bombarderos volaban muy “cerca” en Sierra Morena. Tal vez demasiado para el controvertido artista.

 

Si Capa llegó a comentar o no  a O´Dowd Gallagher que las fotos fueron resultado de una puesta enGerda Taro fotografiada por Capa .¿Ironía con las siglas PC ( Partido Comunista)? escena en un día tranquilo en el frente, carece de importancia. En las pruebas aportadas por Luca Pagni, el montaje queda más que demostrado. Análisis que se ha ido reforzando con estudios posteriores como el realizado por José María Hernansáez sobre la disposición de las armas que sujetan los milicianos (ángulo de tiro, posición en los cuerpos de los soldados en la trinchera, el retroceso de los Mauser o rifles no montados para ser disparados).

 

Las escenificaciones fueron desde el inicio de su carrera, una constante en la vida profesional de Friedmann, que incluso parecía disfrutar de algunos de ellas, como si de bromas de complicidad con sus amigos intelectuales se tratase. Tal es caso del posado de Gerda Taro apoyada en un poste de carretera con las siglas P.C. (¿Partido Comunista?). 

Está suficientemente demostrado que incluso llegó a repetir las mismas escenas posadas por distintas personas y en lugares diferentes.  Es el caso en la que aparece un hombre llevando un niño herido en sus brazos.

 

 En el caso de “Bombardeo de Barcelona”, el título de “Carrera con perro”, le daría connotaciones distintas sin cambiar nada de la imagen. La sonrisa de la mujer que corre no está muy de acuerdo con su prisa por ponerse a salvo de las bombas. Si juzgamos por las otras figuras que caminan a paso normal, incluso una que parece quieta, observándola, se diría que ella es la única que ha escuchado el aviso antiaéreo.

 

Lo mismo ocurre con la del “Bombardeo en Bilbao”, en la que los espectadores miran hacia arri> PULSAR PARA AMPLIAR IMAGEN < - Bombardeo de Barcelona, por Robert Capa. La imágen podría también titularse "Carrera con perro". Solo ella y el perro corren; los demás permanences estáticosba, pero con centros de atención diferentes. Para la niña (las escenificaciones con los niños tienen mayor dificultad) y para la espectadora de blanco, los aviones no debían preocuparle ni llamarles la atención. En definitiva, la foto muestra a un grupo de personas con la vista levantada hacia el cielo, siendo el título de la foto lo que pone en nuestra mente la idea de lo que queramos ver en ellas.

 

 Borrar detalles que pueden servir para analizar la autenticidad sacando fotos movidas, será recurso que dará muy buenos resultados a Capa.

 

Si en la foto de “Falling soldier" hubiéramos leído el título “Caída de un miliciano”, es posible que incluso alguien hubiera podido interpretarla en tono de humor. En las copias que hemos podido estudiar, no llegamos a ver el dramatismo de la muerte en su rostro, ni tampoco el dolor de una herida de bala en la cara del miliciano en el suelo (DG-6) que muchos han querido ver. Más bien nos parecen hombRostro del miliciano muerto ("Falling soldier") La expresión de su cara no muestra el gesto que produciría un balazo res que sonríen mientras fingen una caída o se divierten. Esto coincidiría con la historia de Capa de que fue una broma, con un resultado “de muerte.  La iluminación en el rostro en la foto DG-6 responde a la posiBombardeo de Bilbao. Otra posible "puesta en escena" de Robert Capación del resto de las sombras del cuerpo. No ocurre así con la del soldado muerto.

 

 Resulta extraño en el caso de Gallagher una confusión de las características de la suya, máxime teniendo en cuenta que ponía en entredicho la fama y la integridad de Capa. Cuando rectificó, tal vez se atenía a un posterior pacto de silencio entre caballeros, que podían estar compartiendo secretos de profesión. Sobre si coincidieron o no en un hotel de Francia, carece de importancia, en la medida que lo mismo que se equivocó de escenario bélico, pudo hacerlo en la ocasión y el lugar en el que Capa se lo confesara. El hecho es que, de una forma o de otra, en un momento dado, hizo esa declaración y solo por él fue desmentida más tarde. Conviene señalar al respecto que el testimonio de Gallagher coincide con las declaraciones que le hizo Capa a Hansel  Mieth  sobre la ficción de las maniobras, en su segunda versión “oficial”.

 

Hansel  MiethRostro del miliciano herido.La expresión de su cara no muestra gesto de dolor. y Phillip Knightley  dejan claro la poca credibilidad de Capa. Miente cuando le conviene. Lo que él pudiera decir al respecto carecería de valor documental, si no se acompañaba de pruebas. Ya hemos tratado antes el carácter ético de Friedmann en ese sentido.

 

 En cuanto a la objetividad de su biógrafo Richard Whelan, no hace falta señalar que defiende los intereses de Mágnum Photos y las de su apologizado Capa. Las razones que alega para defender la veracidad de las fotos son las teorías de Mario Brotons y Robert L. Franks, sobradamente refutadas y que han dejando bien de manifiesto su poca consistencia. En la bibliografía de sus artículos sobre este tema no suele mencionar el nombre de Luca Pagni.

 

Mario Brotons se limita a decir que hubo un miliciano que murió el día en el que Capa dijo que se hizo el reportaje. Murieron muchísimos más, esa jornada y la siguiente, tal y como se relata en el libro “General Varela. Diario de operaciones”, de Jesús N. Núñez Calvo. Afirma que quien aparePuesto de vigilancia en Cerro Muriano (Córdoba), 1936ce en la foto “Muerte de un miliciano” es “Taino, hecho no solamente indemostrable hasta el momento, sino hartamente dudoso. Hay razones para pensar que no falleciera ese día, según la información facilitada por su propio hermano, ya que no tuvo noticias de que ese suceso se hubiera producido ni ese día ni el siguiente.

 

Se ha especulado que el hecho de no poder recuperar su cadáver implicaría que debió morir en una avanzada del bando nacional, por lo que los soldados republicanos en retirada no podían recuperar los cuerpos de sus compañeros. Si fue enterrado en una fosa común fascista, ni la tesis de Brotons ni la de Robert Capa podrían darse por válidas, ya que en el momento de la foto, esas colinas estaban aún en poder de los frentepopulistas, que se hubieran hecho cargo del cuerpo, informado a sus superiores.

 

Tampoco estaba dado de baja, a efectos de cobrar su nómina de combatiente, el día 5 de septiembre. Tenemos información de su “muerte o desaparición” en la relación del Departamento de Defensa datado el día 17 de septiembre de 1936, publiMiliciana amazona de la Caballería Republicana en Cerro Muriano (Córdoba), 1936cada por Miguel Pascual en su libro “Milicianos”

 

El día 5 de septiembre de 1936 en Cerro Muriano cayeron muchos soldados. No obstante, la foto fue hecha un día tranquilo, según Capa. Por otra parte, tampoco existe acta de defunción de Federico Borrell. El único testigo que parece haber presenciado la muerte del anarquista (Enrique Borrell Fenollar), pone en entredicho lo que afirma Mario Brotons. Explica Borrell Fenollar en el artículo que escribe como homenaje al compañero caído un año atrás, que ambos llegaron el día 5 de septiembre de madrugada a Cerro Muriano procedentes de Alcoy, que “Taino” murió a las cuatro de la tarde, de un disparo en el corazón, cuando defendía una  batería republicana parapetado en un árbol.

 

Viajaron juntos desde Alcoy, son correligionarios y paisanos. Sin embargo, no informa a su hermano Evaristo (que está en esas fechas en Cerro Muriano) de la muerte de “Taino”, ni da referencias días después de donde podía buscar su cuerpo. Eran momentos difíciles y de gran confusión, pero estamos hablando de un grupo bien definido con muchos más vínculos que los puramente circunstanciales provocados por la guerra y de tres apellidos, Borrell (Federico, Enrique y Evaristo) compartiendo los pocos kilómetros de escenario bélico que era Cerro Muriano. Si confiamos en la memoria de Enrique y damos por ciertos sus datos, “Taino” no pudo ser el miliciano de la foto de Capa, ya que apenas permaneció una horas en el frente. Excepto que el compañero Enrique quisiera vincularlo en su recuerdo a la efemérides de la gran batalla del día  5  de septiembre contra el fascismo.

 

Muere “Taino”, un miembro importante de la C. N. T. de Alcoy y organizador de las columnas anarcosindicalistas que acuden al frente de Córdoba y su hermano tarda en enterarse varios días, estando en la misma zona. Oficialmente, en la relación del día 5 de septiembre correspondiente a los soldados que tienen que recibir nómina por estar integrados en la milicia, aparece Federico Borrell García.  Para losMiguel Pascual Mira. medios oficiales anarquistas y republicanos, aún estaba vivo o no se tenía constancia segura de su muerte. De hecho, incluso una vez terminada la guerra, los falangistas seguían yendo a su casa para preguntar por su paradero.

 

Brotons se limita a decir que Federico Borrell murió el día cinco y que le parecía que era el de foto (DG-1). Whelan lo pregona a los cuatro vientos y crea un héroe local que sirve perfectamente a sus fines de autentificación de la foto de Capa. Tenemos la impresión de que, una vez más, se sostiene la falacia con una estrategia de marketing.

 

Si aceptamos los recuerdos de E. B. Fenollar, Brotons se equivoca: “Taino” murió de un balazo en el corazón defendiendo una batería republicana y no en la foto de Capa, donde él dice reconocerlo.

 

También se equivocaría Miguel Pascual Mira: Si “Taino”  llegó por la mañana de Cerro Muriano y falleció a las cuatro de la tarde, en tan poco intervalo de tiempo no pudo participar en la sesión fotográfica de Capa, ya fuera verdadera o fingida, considerando que el general Varela había tomado posiciones y las milicias estaban en máxima alerta.

 

Si aceptamos la tesis de Miguel Pascual de que “Taino” posó para capa, Brotons no acierta al decir que “Taino” muere realmente en la foto de Friedmann. 

  

 Si damos crédito a la carta de E. B. Fenollar, el parte de nóminas del Comité del día 5 de septiembre de la C. N. T. es inexacto.

 

    Con los datos aportados por estos tres informadores es imposible establecer una secuencia creíble y articulada de los hechos.

 

Atleta impulsandose hacia atrás. Su mano presenta la misma posición que la del miliciano muerto (DG-1)

Foto anterior girada. La posición de los dedos presentan semejanzas con la del miliciano de Capa.

Atletas: Podemos comprobar la inconsistencia de la teoría de Robert L. Franks. La mano inerte implicaría que está  vivo.

 

"Falling soldier". Detalle en la posición de manos y dedos.

"Falling soldier". Detalle de la mano con el presunto “human reflex response”.

 

Sobre el tema de la mano izquierda que aporta Robert L. Franks del miliciano (DG-1), en la que según el detective norteamericano, el hecho de permanecer cerrada es indicativo de que el soldado está ya muerto en el momento de la foto, basta con mirar algunas imágenes de atletas, para comprobar que no es cierto. Como ya han señalado otros investigadores, su hipótesis debería haberse acompañado de alguna imagen que demostrara su afirmación. No hemos tenido acceso al documento original de su informe (si es que lo hay), ni tenemos constancia de otras fuentes que las hayan reproducido.

 

Según hemos sabido a través de algunas consultas realizadas a especialistas (neurólogos y traumatólogos de medicina deportiva), cuando el salto hacia atrás lo realiza el individuo conscientemente, la protección se busca con el cuerpo en la forma de propiciar la caída. Si la caída es verdaderamente accidental, ocasionada por pérdida involuntaria de equilibrio, se intenta amortiguar el golpe abriendo de forma refleja la mano.

 

 La mano cerrada demostraría que el miliciano está vivo, ya que puede ejercer sobre ella el efecto de impulsarse hacia atrás para “hacerse el muerto”.

 

Otro dato sobre la posición del personaje en el momento de su presunto fallecimiento es el hecho de la asimetría que presenta en el ángulo de los miembros superiores. Así como el izquierdo se muestra inerte según Franks, el derecho aún parece ejercer cierto control en la sujeción del rifle. Un disparo en la cabeza está lejos de producir esos efectos psicomotrices. La tensión muscular que se manifiesta en los miembros inferiores y en el brazo derecho contrasta con la del brazo izquierdo. Un cuerpo sorprendido por el impacto de una bala no reacciona de una forma tan premeditada. Tampoco es probable que la fuerza de una sola bala levante a su víctima tantos centímetros del suelo.

 

Robert Capa ataviado de miliciano, con Gerda Taro. Detalle del brazo de Robert Capa en foto anterior (DG-11) Detalle del brazo, mano y pulgar  del miliciano muerto (DG-1), comparados con los de Robert Capa

 DG-11, 10 y 9. Brazo del miliciano en DG-1 comparado con el de Robert Capa

 

 Resulta irrisorio que Whelan se acoja a la aportación de Brotons como a un clavo ardiendo. Brotons tenía 14 años cuando estuvo en Cerro Muriano, según él mismo declara. Por débiles que permanecieran algunos acontecimietnos en su recuerdo,

 

 ¿Tuvo que reparar en las cartucheras del soldado para recordar que él y otros compañeros de Alcoy estuvieron luchando en el frente de Sierra Morena y que la foto correspondía a ese momento?

· ¿No sabía que las cartucheras eran las reglamentarias del ejército republicano, como señala José María Hernansáez?  

· ¿Lo asoció a la persona de Federico Borrell por coincidir la fecha que dio Capa para la foto y la muerte de “Taino”?

 

 La fecha en la que murió el anarquista alcoyano aún no parece haber quedado demostrada. Ni su propio hermano tenía la certeza de cuando se produjo el óbito, ya que afirmaba que estuvo ese día en Cerro Muriano y no vio morir a Federico ni le dieron noticias de que eso hubiera pasado. Su cadáver lo busco infructuosamente, pero en fechas posteriores incluso al día 6 de septiembre.

 

Pero aunque “Taino” hubiera muerto el 5 de septiembre en Cerro Muriano, cosa que nadie puede afirmar de forma contundente ¿Por qué tiene que ser él quien aparece fotografiado y no cualquiera de de los otros combatientes que constaban en lista en la que se informa de la muerte o desaparición de todos ellos?

 

Cuesta pensar que un miliciano de la CNT que había organizado las Juventudes Libertarias en su pueblo y que desde muy joven pertenecía al Comité Central del sindicato, no diera ejemplo llevando el uniforme de la unidad que él mismo había ayudado a formar. Esa camisa blanca es el atuendo menos recomendable para estar en campaña, por lo destacado de su visualización en la distancia. Parece más bien una ropa elegida para no pasar desapercibido. Todo lo contrario a una estrategia de camuflaje en el campo de batalla. Quienes hayan examinado fotos de los combatientes en España durante esos días, resulta difícil dar credibilidad al atuendo del presunto miliciano muerto (DG-12).

 

El pantalón de vuelta bien marcada y los tonos claros, inmaculados en mangas y rodillas, casi convierten al miliciano muerto (DG-1) en un “dandy” con alpargatas. Idea que no coincide tanto con el perfil de “Taino”, como con el de Capa.

 

La forma de llevar subida las mangas de la camisa puede servirnos de ejemplo. En esas fechas vemos a Capa fotografiado con Gerda Taro (DG-11) luciendo el mismo estilo en su atuendo.

 

Milicianos de la Guerra Civil española.1936

Milicianos y dinamiteros anarquistas de la Guerra Civil española

 

Robert Capa en una plaza de toros española durante la Guerra Civil, 1936

Fig.1 en DG-3, Robert Capa para unos y "Taino" para otros.

detalle de "Muerte de un miliciano" Apargatas y ropa impecable

Robert Capa y el presunto "Taino"

 

El miliciano muerto (DG-1) más parece un personaje capitalino que un dinamitero de Linares o un soldado de la República.

Más parece un fotógrafo que viaja como periodista extranjero en coche oficial, puesto por el Comité de Prensa y Propaganda de la República, alojado en el Hotel Astoria de Barcelona, que un miliciano que comparte rancho en la trinchera con sus compañeros de armas. Más parece el miliciano muerto, cuando está retratado entre sus compañeros (DG-3, fig.1 y DG-12), un personaje individualista y despreocupado, que está viviendo un momento psicológico que nada tiene que ver con la preocupación que manifiesta el rostro del que permanece a su lado (DG-3, fig.2) o incluso de los que sonríen.

 

Fig.2 en DG-3. Puede verse la semejanza entre sus brazos y los de "Taino"  "Taino" retratado en el parque de Alcoy con un amigo. Destaca la delgadez de sus brazos 

 

En la foto en la que aparece a Federico Borrell  sentado en el parque con un amigo (DG-18), vemos que se recoge las mangas como el soldado de la imagen DG-47 y no como lo hace el de la imagen DG-12, que representaría a Robert Capa, según algunos investigadores. Hasta la asimetría del remangado parecen corresponderse en las fotos DG-47 y DG-18, como también resultan coincidentes en la DG-10 y 11 (Robert Capa con Gerda Taro) con las del miliciano muerto (DG-9 y DG-12).

 

Algunas fuentes aseguran que las fuerzas republicanas en ese momento en Cerro Muriano consistían en 30 guardias civiles (uniformados), el 6º Regimiento de Artillería de Murcia (uniformados) y dos compañías del regimiento de Alcoy (uniformados), más los paisanos que se habían incorporado de forma voluntaria e incontrolada. Sólo 30 mineros procedentes de Linares iban con ropas de civil. 

A alguien como Mario Brotons, que fue testigo directo, ese detalle no pudo pasarle desapercibido, máxime teniendo en cuenta que además estuvo recogiendo datos para confirmar la identificación de “Taino”. No obstante, propuso a un líder anarquista de su pueblo antes que a uno de los dinamiteros giennenses sin uniforme, como hubiera dictado la lógica, a tenor de las apariencias.

 

Por su parte, Miguel Pascual, Secretario General de Comisiones Obreras y miembro del Partido Comunista (según declara en correo electrónico a Luca Pagni, con fecha 17 de Agosto de 2003 -17:47 h), no desmiente el testimonio de Brotons, pero le quita las connotaciones de heroicidad y protagonismo, diciendo estar convencido de que es el posado de una persona “alocada y fanfarrona” que se prestó a ello por pura egolatría y afán de protagonismo.  

 

 Podríamos resumir los hechos diciendo que el análisis de las fotos realizado por distintos especialistas demuestra que su secuencia cronológica no corresponde a las versiones dadas por su presunto autor (DG-1, DG-2 y DG-3) . Las denominadas DG-1 y DG-2 feron tomadas en el mismo sitio, con al mismo ángulo de disparo y en un intervalo de tiempo que no permitiría explicar la caída de dos milicianos sin que, por lo menos, uno de ellos fuera retirado rápidamente del escenario. Recogemos la impresión de que primero se toma una foto, el modelo se retira por sus preopios medios y actúa otro, con inmediatez casi simultánea.

 

Ni la identidad del miliciano de DG-1  ni el día de su fallecimiento tienen relevancia a la hora de analizar la imagen, con el propósito de saber si se trata de un montaje. Sea quien sea, y esté en el día que esté, el protagonista pudo morir unos minutos más tarde de la puesta en escena, incluso por una caída accidental ensayando otra pose.  Desde este punto de vista, la identidad facilitada por Mario Brotons sobre la posible identidad del miliciano (no demostrada), aporta poco a ese debate.

 

Sin haberse demostrado la identidad de “Taino”, no sabemos en qué se fundamenta Miguel Pascual para decir que el verdadero Federico Borrell posó para Friedmann. Tampoco expone este autor las razones por las que da credibilidad a la tesis de Brotons.

 

También hay que decir que el día 5 de septiembre de 1936 no hay constancia oficial del fallecimiento de ningún soldado en Cerro Muriano con ese nombre, como ha demostrado Luca Pagni. Las pruebas que se aportan sobre Federico Borrell sólo implican que desapareció. Ni siquiera existe acta de defunción por lo que no se puede determinar ni el día ni la hora, aunque pudo producirse antes del día 17 de septiembre, fecha en que ya parece relacionado oficialmente entre los desaparecidos o muertos. Ese documento tampoco demostraría su defunción de forma contundente, sino solamente el hecho  de su desaparición..

 Aviones españoles durante la Guerra Civil

La caótica retirada de Cerro Muriano por las fuerzas republicanas ha sido tratada por historiadores, tanto nacionales como republicanos. Tal y como se describe la situación de esos día en el frente, en la que el caos y la huida precipitada fueron la tónica general, cualquier afirmación sobre lo que aconteció no deja de ser un testimonio subjetivo, susceptible de ser cuestionado, en tanto que no se sustente en documentos precisos de la época o testimonios coincidentes. Incluso resultarían suficientes los testimonios, si estos no resultaran contradictorios entre sí.

  

En esos días, tampoco debió ser tanta la tranquilidad en esa zona del frente para permitir escenificaciones, teniendo en cuenta que Cerro Muriano estaba a doce kilómetros de Córdoba, tomada por las tropas nacionales y donde la aviación realizaba constantes incursiones. Esa puede ser la razón por la que se utilizaron unas fotos previas al día cinco de septiembre,   hechas en algún momento sin actividad de fuego real en el que se estarían consolidando las posiciones de ambos bandos, ante la inminencia de la batalla final.

 

De haberse dado en un momento de acción, lógico hubiera sido hacer varias tomas del combate, incluida la del muerto, una vez yacía en el suelo. Por mucha prisa que Capa tuviera en abandonar una zona de peligro. ¿Cómo es posible que no se hicieran más fotografías de unos acontecimientos de la envergadura como los sucedidos en Cerro Muriano? Este comportamiento no suele ser habitual en un reportero de guerra.

 

Los combates de Cerro Muriano se produjeron el día 5 de septiembre de 1936 .El día 17 de septiembre ya se sabía que “Taino” había “desaparecido o muerto” y seguramente también  se conocía la suerte que habían corrido otros dirigentes de las columnas milicianas  de Alcoy.

 

Siguiendo el relato de Franz Borkenau, las columnas alcoyanas fueron las que lucharon con mayor valentía y resistencia en esa región de la sierra cordobesa. Permanecieron en sus puestos mientras otros sectores del ejército republicano se retiraban, con o sin sus oficiales.

 

 No entendemos como una foto que implicaba información de actualidad, tardó semanas en salir a la luz. Estoy en el convencimiento de que los personajes que aparecen en primer plano de la fotografía “Milicianos de Cerro Muriano” (DG-3) eran dirigentes de las milicias anarquistas, cuyo destino pudo ser ya conocido para esas fechas.  Es posible que una vez que se supo que no habría testigos que cuestionaran la veracidad de la imagen, decidieran publicarla.

 

María Segura, esposa de Evaristo Borrell (el hermano de "Taino"), en unas declaraciones hechas al periódico "El Mundo" dice que su marido murió con la pena de no haber podido localizar ni enterrar a su hermano. Ni siquiera encontrar una foto suya. Esto puede inducirnos a pensar que antes de morir no llegó a reconocer definitivamente en el miliciano de Capa la imagen de Federico. Si sus declaraciones no fueron más contundentes pudo deberse a no querer disociar el nombre de su hermano de la fama que le había proporcionado el ser protagonista de la foto que se había convertido en el icono internacional de la Guerra Civil española.

 

Cuando Luca Pagni cuestionó la afirmación de Mario Brotons sobre la identidad del miliciano muerto (DG-1), la imagen de “Taino” volvió a desaparecer en las fotos de Cerro Muriano.

 

 Sin embargo, creemos que el anarquista alcoyano aparece retratado en los contactos que se atribuyen a Robert Capa.