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Federico García Lorca

TEATRO

 

EL MALEFICIO DE LA MARIPOSA

(1919)

 

Comedia en dos actos y un prólogo

 

PRÓLOGO  ACTO PRIMERO  ACTO SEGUNDO

 

         PERSONAJES:

 

 

Doña Curiana Curiana Nigromántica
Curianita Silvia Doña Orgullos (madre de la curianita Silvia)
Mariposa Curianito El Nene (hijo de Doña Curiana)
Gusano Primero Alacrancito,  el Cortamimbres
Gusano Segundo Curiana Campesina primera
Gusano Tercero Curiana Campesina segunda
Curianita Santa Otras curianas campesinas
Curianas Guardianas  

 

PRÓLOGO

INICIO DE LA OBRA

Representación de "El maleficio de la mariposa"

 

Señores: La comedia que vais a escuchar es humilde e inquietante, comedia rota del que quiere arañar a la luna y se araña su corazón, El amor, lo mismo que pasa con sus burlas y sus fracasos por la vida del hombre, pasa en esta ocasión por una escondida pradera poblada de insectos donde hacía mucho tiempo era la vida apacible y serena.

 

Los insectos estaban contentos, sólo se preocupaban de beber tranquilos las gotas de rocío y de educar a sus hijuelos en el santo temor de sus dioses. Se amaban por costumbre y sin preocupaciones. El amor pasaba de padres a hijos como una joya vieja y exquisita que recibiera el primer insecto de las manos de Dios. Con la misma tranquilidad y la certeza que el polen de las flores se entrega al viento, ellos se gozaban del amor bajo la hierba húmeda.

 

Pero un día. hubo un insecto que quiso ir más allá del amor. Se prendó de una visión de algo que estaba muy lejos de su vida. Quizá leyó con mucha dificultad algún libro de versos que dejó abandonado sobre el musgo un poeta de los pocos que van al campo, y se envenenó con aquello de «yo te amo, mujer imposible». Por eso, yo os suplico a todos que no dejéis nunca libros de versos en las praderas, porque podéis causar mucha desolación entre los insectos.

 

La poesía que pregunta por qué se corren las estrellas es muy dañina para las almas sin abrir. Inútil es deciros que el enamorado bichito se murió. ¡Y es que la Muerte se disfraza de Amor! ¡Cuántas veces el enorme esqueleto portador de la guadaña, que vemos pintado en los devocionarios, toma la forma de una mujer para engañarnos y abrirnos las puertas de su sombra! Parece que el niño Cupido duerme muchas veces en las cuencas vacías de su calavera. ¡En cuántas antiguas historietas, una flor, un beso o una mirada hacen el terrible oficio de puñal!

Un viejo silfo del bosque escapado de un libro del gran Shakespeare, que anda por los prados sosteniendo con unas muletas sus alas marchitas, contó al Poeta esta historia oculta en un anochecer de otoño, cuando se fueron los rebaños, y ahora el poeta os la repite envuelta en su propia melancolía. Pero antes de empezar quiero haceros el mismo ruego que a él le hizo el viejo silfo aquel anochecer de otoño, cuando se fueron los rebaños. ¿Por qué os causan repugnancias algunos insectos limpios y brillantes que se mueven graciosamente entre las hierbas? ¿Y por qué a vosotros los hombres, llenos de pecados y de vicios incurables, os inspiran asco los buenos gusanos que se pasean tranquilamente por la pradera y tomando el sol en la mañana tibia? ¿Qué motivo tenéis para despreciar lo ínfimo de la Naturaleza?

 

Mientras que no améis profundamente a la piedra y al gusano no entraréis en el reino de Dios. También el viejo silfo le dijo al poeta : "Muy pronto llegará el reino de los animales y de las plantas; el hombre se olvida de su Creador, y el animal y la planta están muy cerca de su luz; di, poeta, a los hombres que el amor nace con la misma intensidad en todos los planos de la vida; que el mismo ritmo que tiene la hoja mecida por el aire tiene la estrella lejana, y que las mismas palabras que dice la fuente en la umbría las repite con el mismo tono el mar; dile al hombre que sea humilde, ¡todo es igual en la Naturaleza!". Y nada más habló el viejo silfo.

 

Ahora, escuchar la comedia. Tal vez os riáis al oír hablar a estos insectos como hombrecitos, como adolescentes. Y si alguna honda lección sacáis de ella, id al bosque para darle las gracias al silfo de las muletas, un anochecer tranquilo, cuando se hayan marchado los rebaños.

 

ACTO PRIMERO

INICIO DE LA OBRA

Dibujo de Federico García Lorca para esta obra.

 

La escena representa un prado verde y humilde bajo la sombra densa de un gran ciprés. Una veredita casi invisible borda sobre la hierba un ingenuo arabesco. Más allá del pradito, una pequeña charca rodeada de espléndidas azucenas y unas piedras azules... Es la hora casta del amanecer. Y todo el prado está cubierto de rocío. A la vera del camino se ven las madrigueras de los insectos como un minúsculo y fantástico pueblo de cuevas. De su casa sale Doña Curiana con un manojito de hierbas a guisa de escoba. Es una cucaracha viejísima, a la que falta una de sus patas, que perdió a consecuencia de un escobazo que le dieron en una casa donde se alojaba siendo todavía joven y reluciente. Los martillos formidables de la aurora ponen al rojo la plancha fría del horizonte.

 

ESCENA PRIMERA

 

Doña Curiana y la Curiana Nigromántica.

DOÑA CURIANA. (Asomándose al prado)
¡Mañana clara y serena!
Ya rompe el primer albor.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA. (Con un cucurucho de estrellas y un manto de musgo seco.)

Que Dios te bendiga, ¡oh vecina buena!

 

DOÑA CURIANA.
¿Dónde vais, señora, de rocío llena?

 

CURIANA NIGROMÁNTICA
Vengo de soñar que yo era una flor
Hundida en la hierba.

 

DOÑA CURIANA.
¿Cómo soñáis eso?

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Sueño que las dulces gotas de rocío
Son labios de amores que me dejan besos
Y llenan de estrellas
Mi traje sombrío.

 

DOÑA CURIANA. (Regañona.)
Mas pensad, señora, que por la poesía...

 

CURIANA NIGROMÁNTICA. (Tristemente.)
¡Ay, doña Curiana, qué vais a decir!

 

DONA CURIANA.
Pudierais coger una pulmonía
Que hiciera pedazos su sabiduría.
Tendríamos todas
Mucho que sentir.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Mi alma tiene gran tristeza, ¡vecina!
Me dijo ayer tarde una golondrina:
«Todas las estrellas se van a apagar».
Dios está dormido, y en el encinar
Vi una estrella roja toda temblorosa
Que se deshojaba como enorme rosa.


La vi perecer
Y sentí caer
En mi corazón
Un anochecer

«Amigas cigarras, grité, ¿veis las estrellas?
«Un hada se ha muerto», respondieron ellas
Fui junto a los troncos del vicio encinar
Y vi muerta el hada del campo y del mar.

 

DOÑA CURIANA.
¿Quién la mataría?

 

CURIANA NIGROMÁNTICA
La mató el amor

 

DOÑA CURIANA
Mirad cómo quiebra el primer albor.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
¿Y vuestro buen hijo, cómo sigue?

 

DOÑA CURIANA.
Bien.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Ayer le vi triste.

 

DOÑA CURIANA.
Lo noté también:
Anda enamorado.
 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
De Silvia quizá.

 

DOÑA CURIANA
Según él, es de algo ¡que nunca tendrá!
 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Va a ser un poeta, y no es nada extraño:
Su padre lo fue.

 

DOÑA CURIANA.
Un gran desengaño
Me llevé con él.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
¡Era un corazón!

 

DOÑA CURIANA.

¡Ay!, apaleaba mi caparazón.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Pero conservaba siempre el troje lleno.

 

DOÑA CURIANA.
Mas eso no impide que fuera muy bueno.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
En fin, callaremos, yo mucho le amé.
¿Y esa pierna coja?

 

DOÑA CURIANA.
Anoche noté
El ruin dolorcillo que tanto me irrita.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Poneos las hojas de una margarita;
Lavaos con rocío y no andéis; tomad
Estos polvos santos de cráneo de hormiga,
Tomadlos de noche con mastranzo.

 

DOÑA CURIANA.
Amiga,
Que el gran Cucaracho os pague en amor
Y que en vuestros sueños ¡os convierta en flor!
(Acariciadora)
Desechad tristeza y melancolías;
La vida es amable, tiene pocos días,
Y tan sólo ahora la hemos de gozar.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA. (Como soñando.)
Todas las estrellas se van a apagar.

 

DOÑA CURIANA.
No penséis en eso, vecina doctora,
Mirad la alegría que nos trae la aurora.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
¡Ay, lo que yo vi junto al encinar!

 

DOÑA CURIANA.
No pensar en eso, ¡dos a acostar...

 

CURIANA NIGROMÁNTICA. (Volviendo a la realidad en una brusca transición.)
El prado está silencioso.
Ya parte el rocío a su cielo ignorado,
El viento rumoroso
Hasta nosotros llega perfumado.

 

DOÑA CURIANA.
¿También sois poeta, doctora vecina?
Nosotras, las pobres, con nuestra cocina
Tenemos bastante.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
No seas vulgar.

 

DOÑA CURIANA. (Un poco disgustada.)
En mi clase todas sabemos cantar
Y chupar las flores. ¡Qué os habéis creído

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Con razón te daba palos tu marido;
Cocina y poesía se pueden juntar,
Hasta luego, amiga, voy a descansar.

(Se va)
 

DOÑA CURIANA.
Que la luz os guíe.
Yo voy a barrer
mi puerta con brisa del amanecer.

(Se pone a barrer cantando)

Un gusanito me dijo
Ayer tarde su querer;
No lo quiero hasta que tenga
Dos alas y cuatro pies.
 

 

ESCENA SEGUNDA

 

Doña Curiana y Curianita Silvia. Por el lado izquierdo de la escena llega la Curianita Silvia, arrogante y madrugadora. Silvia, en su clase de insecto repugnante es encantadora; brilla como el azabache y sus patas son ágiles y delicadas. Es hija de Doña Orgullos, curiana que cuenta más de un año de edad, y es el mejor partido del pueblo. Trae una diminuta margarita a guisa de sombrilla, con la que juega graciosamente, y se toca de un modo delicioso con el caparazón dorado de una «teresica»

 

DOÑA CURIANA.
Madrugadora venís,
Niña encantadora y bella.

 

CURIANITA SILVIA.
¿Niña me decís? Ha tiempo.
Que ya salí de la escuela.

 

DOÑA CURIANA.

¿Os molestáis porque os llamo.
Niña? Pues diré doncella.
O doncellita.

 

CURIANITA SILVIA. (Coquetonamente.)
No es eso.

 

DOÑA CURIANA.
¿Qué os pasa entonces?

 

CURIANITA SILVIA.
Tristezas.
Que estoy pasando.
Sin que nadie se dé cuenta.

 

DOÑA CURIANA.
Tan joven y ya tan triste.
¡Bueno que lo esté esa vieja
De la Nigromanta! Vos
Aún sois demasiado nueva
Y nada os falta en el mundo.

 

CURIANITA SILVIA. (Ingenuamente)
No he visto más que esta tierra.

 

DOÑA CURIANA. (Pensativa)
¿Os ha dicho la doctora
Que se apagan las estrellas
Porque se había muerto un hada
O no sé qué... lo que cuenta?

 

CURIANITA SILVIA.
Nada me dijo.

 

DOÑA CURIANA.
Entonces
¿Por qué tenéis la tristeza
Que os consume y os marchita?
De qué sufrís?

 

CURIANITA SILVIA.
¡Ay, abuela!
¿No tuvisteis corazón
Cuando joven? Si os dijera
Que soy toda un corazón.

 

DONA CURIANA. (En un arranque de indignación.)
Aquí sois todos poetas
Y mientras pensáis en eso
Descuidáis vuestras haciendas,
Tenéis vuestras casas sucias
Y sois unas deshonestas
Que dormís fuera de casa,
Sabe Dios con quién.

 

CURIANITA SILVIA.
Paciencia
Necesito para oírla.
Me insultáis.

DOÑA CURIANA.
No es que yo quiera
Insultarte, niña Silvia.
Es que me da mucha pena
Verte triste y desolada
Tan sin causa.

 

CURIANITA SILVIA.
Causa cierta
Tienen estos mis pesares.

 

DOÑA CURIANA. (Cariñosa)
¿Puedo aliviártelos, nena?

 

CURIANITA SILVIA.
Mis pesares son tan hondos
Como la laguna aquella.

(Con angustia)

¿Dónde está el agua
Tranquila y fresca
Para que calme
Mi sed inquieta?
 

DOÑA CURIANA. (Asustada.)
Silvia, calmaos, por favor;
Sed juiciosa y sed serena.
 

CURIANITA SILVIA. (Soltando la margarita en el suelo.)
¿Por qué sendero
De la pradera
Me iré a otro mundo
Donde me quieran?

 

DOÑA CURIANA. (Enérgica.)
Esto es imposible, Silvia.
Os volvéis loca.

 

CURIANITA SILVIA.
Me queda
Mucho tiempo que llorar.
Yo me enterraré en la arena
A ver si un amante bueno
Con su amor me desentierra.

 

DOÑA CURIANA.
Estás muy enamorada,
Ya lo sé. Mas en mi época
Las jóvenes no pedíamos
Los novios a boca llena,
Ni hablábamos en parábolas
Como hablas tú. La vergüenza
Estaba más extendida
Que en estos tiempos. Se cuenta
De una curiana muy santa
Que permaneció soltera
Y vivió seis años. Yo
Dos meses tengo y soy vieja.
¡Todo por casarme! ¡Ay!

(Lagrimeando)
 

CURIANITA SILVIA. (Muy romántica.)
¡Amor, quién te conociera
Dicen que eres dulce y negro,
Negras tus alas pequeñas,
Negro tu caparazón
Como noche sin estrellas;
Tus ojos son de esmeraldas,
Tus patas son de violetas.

 

DOÑA CURIANA.
Estás más loca que un grillo
Que conocí allá en su cueva,
Que se las daba de listo,
De gran mago y de profeta.
Era un pobre desdichado;
A mí me dio una receta
Para curar el amor.

 

CURIANITA SILVIA. (Intrigada.)
¿Qué decía la receta?

 

DOÑA CURIANA.
Dese a los enamorados
Dos palos en la cabeza
Y no se los deje nunca
Tumbarse sobre las hierbas.

 

SILVIA.
Os chanceáis, señora.

 

DOÑA CURIANA.
Silvia, ¿y quién no se chancea
Viendo a una joven bonita
Cometer tantas simplezas?

 

CURIANITA SILVIA. (Aparte.)
Ella ignora que a su hijo
Es a quien amo.

 

DOÑA CURIANA.
Discreta
Sois sin embargo al hablar
De la causa que os apena.
¿Y dónde está vuestro amor?
¿Muy lejos?

 

CURIANITA SILVIA.
Está tan cerca
Que el aire me trae su aliento.

 

DOÑA CURIANA.
¡Es un mozo de la aldea!
Lo teníais bien oculto.
¿Y él os ama?

 

CURIANITA SILVIA.
Me detesta.

 

DOÑA CURIANA.
¡Cosa rara, vos sois rica!
En mi tiempo...

 

CURIANITA SILVIA.
La princesa
Que él aguarda no vendrá.

 

DOÑA CURIANA.
¿Qué tal es él?

 

CURIANITA SILVIA.
Me deleitan
Su cuerpo chico y sus ojos
Soñadores de poeta.
Tiene un lunar amarillo
Sobre su pata derecha,
Y amarillas son las puntas
Divinas de sus antenas.

 

DOÑA CURIANA.
¡Aparta! Es mi hijo.

 

CURIANITA SILVIA.
¡Yo le amo con locura!

 

DOÑA CURIANA (Como soñando.)
Ella es rica. ¡Qué torpeza
La de esta criatura rara!
¡Yo haré que la ame por fuerza!

(Compungida y fingiendo lo que no siente)

¡Ay cuánto debe sufrir!

(Aparte)

¡Tiene magníficas rentas!
¡Pobrecita de mis carnes!
¡Sangrecita de mis venas,
te casaré con mi hijo!

 

CURIANITA SILVIA. (Ruborizándose.)
Lo adivinasteis.
 

DOÑA CURIANA. (Abrasándola con ternura.)
Piensa
Que tengo ya muchos días
Y te adiviné la pena.

 

CURIANITA SILVIA.
¡Ay, qué dicha! ¡Qué alegría!

 

DOÑA CURIANA. (Mimosa en extremo.)
Límpiate esa cara tierna
Y deja tus lagrimitas
Al pie de esas azucenas.
Voy a llamar a mi hijo
para que te vea.

 

CURIANITA SILVIA.
Reina
Seré de este prado verde,
Pues tengo amor y riquezas.

 

ESCENA TERCERA

 

Curianito el Nene, Dona Curiana y Silvia.

Curianito el Nene es un gentil y atildado muchachito, cuya originalidad consiste en pintarse las puntas de las antenas y la pata derecha con polen de azucena. Es poeta visionario que, aleccionado por la Curiana Nigromantica, de la que es discípulo, espera un gran misterio que ha de decidir su vida. Trae en una de sus patas-manos una cortecita de árbol donde estaba escribiendo un poema. Doña Curiana viene a su lado, encomiando la fortuna de Silvia. Esta se dedica a coquetear con la margarita a un lado y a otro, y, colocándose una patita sobre la cara, suspira arrobada. Ya quema el sol.
 

CURIANITO. (Aparte.)
¡Que no me caso madre!

Ya os he dicho mil veces que no quiero casarme.

 

DONA CURIANA. (Llorando.)
Tu lo que tienes ganas es de martirizarme.

 

CURIANITO .
Yo no la quiero, madre.

DONA CURIANA.
Pero si eso es igual...

 

CURIANITO .
Sin amor no me caso.

 

DONA CURIANA.
Ella tiene un cristal
Precioso, que encontró
Una noche su abuelo,
Muy azul; el creyó
Que era un trozo de cielo.
Tiene casa espaciosa,
El troje bien repleto.
¡Mira, si es una sosa!
¡Requiébrala discreto!
Dile que te enamora
Su carita de estrella;
Que te pasas las horas
Sólo pensando en ella.
¡Te tienes que casar!

(En voz alta)

Hazlo sólo por mí
Yo me voy a guisar,
Quedaos los dos aquí.

(Vase)


 

ESCENA CUARTA

 

Silvia se tapa del sol con la margarita y suspira anhelante. Curianito se sienta en una piedrecita blanca y mueve las antenas con lentitud.

 

CURIANITO. (Leyendo la corteza que trae en su pata-mano.)
¡Oh amapola roja que ves todo el prado,
Como tú de linda yo quisiera ser!
Pintas sobre el cielo tu traje encarnado
Llorando el rocío del amanecer.

Eres tú la estrella que alumbra a la aldea,
Sol del gusanito buen madrugador.
¡Que cieguen mis ojos antes que te vea
Con hojas marchitas y turbio color!
 

¡Quién fuera una hormiga para poder verte
Sin que se tronchara tu tallo sutil!
Yo siempre a mi lado quisiera tenerte
Para darte besos con miel del abril.

Pues mis besos tienen la tibia dulzura
Del fuego en que vive mi rara pasión;
Y hasta que me lleven a la sepultura
Latirá por ti
Este corazón...

CURIANITA SILVIA.
(Soñando, aparte.)
¡Que apasionado madrigal
El que cantó!

(Volviéndose a Curianito)

Muy buenos días. ¿Como estas?

 

CURIANITO .
Bien, ¿Y tú?

 

CURIANITA SILVIA
Yo...
Busco una cosa sin cesar.

 

CURIANITO .
¿Cosa?

 

CURIANITA SILVIA
El Amor.

 

CURIANITO
Es muy difícil de encontrar.

 

CURIANITA SILVIA
Mi corazón busca los besos.

 

CURIANITO
Los tendrás.

 

CURIANITA SILVIA.
Creo que no.
¿Cuándo te casas?

 

CURIANITO
Mi ilusión
Está prendida en la estrella
Que parece una flor.

 

CURIANITA SILVIA
¿No es fácil que se seque
Con un rayo de sol?

 

CURIANITO
Yo tengo el agua clara
Para calmar su ardor.

 

CURIANITA SILVIA.
¿Y dónde está tu estrella?

 

CURIANITO
En mi imaginación.

 

CURIANITA SlLVIA. (Con tristeza.)
La verás algún día.

 

CURIANITO
Yo seré su cantor.
Le diré madrigales
Del dulce viento al son.

 

CURIANITA SILVIA.
¿Te acuerdas de la tarde
Que en el sendero en flor
Me dijiste: "Te quiero»?

 

CURIANITO
¡Aquello ya pasó!
Hoy no te quiero, Silvia.

 

CURIANITA SILVIA. (Llorando.)
Ya lo sé.

 

CURIANITO
Por favor,
Te ruego que no llores.

 

CURIANITA SILVIA.
Me duele el corazón.
(¡Ay de mí!, no me quiere.)

 

CURIANITO. (Se acerca a consolarla.)
¡No llores más, por Dios!

 

(Estando muy juntitos, pasan por la calle dos Curianitas, niñas y revoltosas. Una de ellas lleva una mosca atada con una brizna de hierba seca.)

 

LAS CURIANITAS. (A voces.)
El novio y la novia,
¡Eo! ¡eo! ¡oh!...

 

CURIANITA SILVIA.
Ojalá fuera cierto
Lo que dice esa voz.

 

CURIANITO
¡No llores, niña Silvia!

 

CURIANITA SILVIA.
Me duele el corazón.

 

LAS CURIANITAS. (Yéndose.)
El novio y la novia,
¡Eo! ¡eo! ¡oh!

 

CURIANITA SILVIA.
¡Ay de mí, desdichada!

 

CURIANITO
¡Qué triste situación!

 

ESCENA QUINTA


Alacranito, el Cortamimbres, Curianito el Nene, Doña Curiana y después Doña Orgullos y Coro de Gusanos trabajadores. Curianito se separa apresuradamente de la Curianita Silvia al ver llegar a Alacrancito el Cortamimbres. Alacrancito es un viejo leñador que vive en el bosque y que frecuentemente baja al pueblo a emborracharse. Es glotón insaciable y mala persona. Habla con voz aguardentosa.

 

CURIANITO
Seca tus lágrimas.

 

CURIANITA SILVIA.
Voy.

 

ALACRANCITO. (Viene borracho, cantando y tambaleándose)
Que las hojitas del mastranzo
Son dulcecitas de tomar.
Tatará, tatará, tatará.

(Se rasca la cabeza con su pinza monstruosa)

Hay ganado en la cabeza.

(Cantando)

Tatará, tatará, tatará.

(Dirigiéndose a Curianito)

¡Salud, niño!

(A Silvia, moviendo cómicamente la pinza)

¡Oh alteza!
¡San Cucaracho os dé paz!

(Los otros dos personajes están molestísimos.)

¿Estorbo quizás, señores,
En este prado florido?
¿Hablan ustedes de amores
Y tratan de hacerse un nido?
Si os molesto, yo me voy.

(Guiñando maliciosamente y dándole a Curianito con la pinza en el vientre.)

Para que os podáis besar.

 

CURIANITO. (Muy enfadado.)
Puedes quedarte.

 

ALACRANCITO
Me estoy.

 

CURIANITA SILVIA.
¡Qué impertinente!

 

ALACRANCITO .
Gozar
Del amor en primavera.
Tú eres poeta, habrás visto
Cómo está la sementera.

 

CURIANITO. (Indignado.)
Cállate ya.

 

ALACRANCITO .
¡Si no chisto...!
¡Si uno no sabe ni hablar!
Me he criado en familia,
En medio de un olivar...

 

CURIANITA SILVIA. (Muy triste.)
¡Ay!

 

ALACRANCITO .
¿Qué os pasa, linda negra?

 

CURIANITA SILVIA.
Nada.

 

ALACRANCITO .
¿Nada? ¡Tiene gracia!
¿Os molesta vuestra suegra?

 

CURIANITA SILVIA.
¡Imbécil!

 

ALACRANCITO. (Muy serio.)
La alistogracia
También tiene sus pesares.
Tengo mi filosofía,
Pues son muchos los azares.
De esta larga vida mía.
Y aunque pobre soy decente.
¿Que me emborracho?... Pues bien:
¿No se emborracha la gente?
Yo soy un viejo inocente.

 

CURIANITO. (Aparte.)
Un canalla.

 

CURIANITA SILVIA.
Un glotón.

 

ALACRANCITO .
¿Quién
Sus defectos no pregona?
Me gusta mucho comer
Toda clase de [...],
Pero soy buena persona.

 

CURIANITO
Calla y vete a tu bosque.

 

CURIANITA SILVIA.
Déjanos ya, hermano.

 

ALACRANCITO (Impertérrito y relamiéndose de gusto.)
Ahora mismo me acabo de comer un gusano
Que estaba delicioso, blando y dulce, ¡qué rico!
A su lado tenía la cría, un nene chico,

(Silvia y Curianito se horrorizan)

Que no quise comer, me daba repugnancia.

 

CURIANITA SILVIA.
¡San Cucaracho mío!

 

CURIANITO .
¿Por qué causaste mal?

 

ALACRANCITO. (Entusiasmado y sin oír.)
Y no me comí al nene por estar en lactancia.
Y a mí me gustan grandes, ¡que sepan!

 

CURIANITO .
¡Criminal!
Tú no sabes, infame, que un hogar has deshecho
Matando al gusanito para te alimentar.

 

ALACRANCITO .
Si tú quieres, me doy buenos golpes de pecho,
Y que San Cucaracho me perdone.

 

CURIANITO
Matar
Es un pecado grave que no perdona él.

 

CURIANITA SILVIA.
¡Ay, pobre gusanito sin madre!

 

ALACRANCITO. (Irónico.)
¡Ay poetas!,
¡Si supierais lo dulce que tenía la piel!

 

CURIANITO
¡Me indignas!

 

CURIANITA SILVIA. (Con fuerza.)
¡Qué canalla!

 

ALACRANCITO. (Relamiéndose)
Tened las lenguas quietas,
Que estáis muy comestibles ambos a dos.

 

CURIANITA. (Corriendo a refugiarse en la casa de Doña Curiana. )
¡Qué miedo!

 

CURIANITO. (Asustadísimo, se esconde detrás de la piedra en que estaba sentado.)
¡Alacrancito¡

 

ALACRANCITO.
Como
Vuestra carne y me quedo
Tan ancho como estaba.
Mas no temáis, que yo
Respeto a mis antiguos
Amigos.

(Salen de la cuevecita Curiana, que llega cojeando y hecha una furia, y Silvia, asustadísima y llorando.)
 

DOÑA CURIANA. (A voces.)
¡Gran bribón!
¡Borracho empedernido!
¡Qué susto les has dado!

 

ALACRANCITO. (Con la risa del conejo.)
Pura broma, señora.

 

DOÑA CURIANA. (Dirigiéndose a Curianito.)
¡Ay, cómo te has quedado!
¡Hijo mío! ¡Canalla!
¡Pobre Silvia¡

 

ALACRANCITO. (Aparte.)
Con ganas
Comería sus patas.

 

DOÑA CURIANA.
¡
Infame!

 

ALACRANCITO
Por las canas
Os respeto, señora...

(Dirigiéndose a Curianito)

No temas, Curianito.

 

CURIANITO. (Muy receloso.)
No temo.

 

DOÑA CURIANA. (Furiosa. Aparte, con Silvia.)
Imposible.

 

CURIANITA SILVIA
No me quiere, repito.
Me dijo que él amaba
A una flor.

 

DOÑA CURIANA
¡El idiota!...
Mas yo haré que te quiera.

 

ALACRANCITO. (Cada vez más borracho, a Curianito.)
Tenía una pata rota
Y yo me la comí.
Era una hermosa araña.

(Riendo a carcajadas)

¡Estaba tan sabrosa...!

(Curianito, que no le llega el corazón al cuerpo habla con voz temblorosa a causa del miedo horrible que siente a ser devorado por aquella pantera en forma de Alacrán.)
 

CURIANITO
¿Cómo te diste maña
Para cogerla?

 

ALACRANCITO. (Echándose encima de Curianito.)
Así.

 

CURIANITO (Gritando)
¡Ay, madre, que me mata!

(Se deshace del Alacrán y huye con su Madre)
 

DOÑA CURIANA. (Embarracada.)
¡Vete, bandido infame!

 

ALACRANCITO. (Tambaleándose.)
¡No seas timorata!
 

(Durante esta escena ha aparecido la Curiana Niña, que pasó antes con la mosca atada. Alacrancito la divisa, llega junto a ella, le arrebata la mosca y la traga.)
 

CURIANITA. (Llorando a gritos.)
¡Ay mi mosca! ¡Mi mosca!

 

ALACRANCITO .
¡Oh, qué rico manjar!

 

CURIANITA SILVIA. (Abrazándose a Doña Curiana.)
¡¡Socorro, que nos come!!

 

ALACRANCITO. (Para asustarlas, con voz cavernosa.)
¡Os voy a devorar!

 

CURIANITA. (Huye despavorida.)
¡Ay madre, tengo miedo...

(Fuera de la escena se oye ruido de voces y gritos de compasión.)

CURIANITA SILVIA.
¿Qué es?

 

DOÑA CURIANA.
¿Qué pasará?

(Entra en escena un grupo de Curianas Campesinas, que traen en brazos a una Mariposa blanca con un ala rota. Viene desmayada. Las Curianas traen azadas sobre sus hombros; otras traen hoces. Con ellas viene la Curiana Nigromántica. Todos se acercan. Alacrancito el Cortamimbres se queda tumbado en el santo suelo, ya en la cumbre de la borrachera.)

CURIANA NIGROMÁNTICA.
¡Pobre mariposa herida!

 

CURIANA CAMPESINA.
Morirá.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Tiene muy poca vida,
Pero se salvará.

 

CURIANA CAMPESINA.
Cayó desde la punta de un terrible ciprés.
Se ha roto un ala.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
¡Pobre fantasma soñadora,
Que sabes los secretos del agua y de las flores!
¡Qué desdicha de verte morir en esta aurora
Llorada por los dulces profetas ruiseñores!

 

CURIANA CAMPESINA.
¡Compasión me dio al verla tendida en la vereda!

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
¡Qué suerte de nosotras, repugnantes y tristes!
¡Acariciar tus alas de blanquísima seda
Y aspirar el aroma del traje con que vistes!

(Doña Curiana trae de su casa unas hierbas largas y delicadísimas, con que la Curiana Nigromántica limpia las heridas de la Mariposa)

Dulce estrella caída de un ciprés soñoliento,
¿Qué amarga aurora vieron tus ojos al caer?

 

CURIANITO .
¡Oh qué pena tan honda en el alma me siento!

 

CURIANITA SILVIA. (A su madre, Doña Orgullos, que llega presurosa. Llorando.)
Él no me quiere, madre.

 

DOÑA ORGULLOS. (Muy seca.)
¡Qué le vamos a hacer...!

 

CURIANITA SILVIA.
Él quiere ya a una estrella.

 

DOÑA ORGULLOS.
¡Qué se habrá figurado!
¡Tan pintado y tan feo!

(Vase, volviendo la cabeza provocativamente.)

CURIANA CAMPESINA.
¡Mirad, ha suspirado!

 

CURIANAS CAMPESlNAS.
¡Abre los ojos!

 

LA MARIPOSA. (Quedamente y entre sueños.)
¡Quiero volar, el hilo es largo!

 

CURIANA NIGROMÁNTICA. (A Doña Curiana.)
Llevémosla a tu casa.
Sale de su letargo.

 

LA MARlPOSA.
El hilo va a la estrella donde está mi tesoro.
Mis alas son de plata,
Mi corazón es de oro;
El hilo está soñando
Con su vibrar sonoro.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Llevadla con cuidado
No le hagáis mucho daño.

(Las Curianas se llevan a la Mariposa a casa de Doña Curiana. Dirigiéndose a Doña Curiana.)

Dale rocío añejo y ponle un tibio paño
Con emplastos de ortigas y polen de azucenas.

 

DOÑA CURIANA.
¿Le curará, doctora?

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Pronto se pondrá buena.
Además le receto baños de luna y siesta,
Allá entre las umbrías de la vieja floresta.
¡Vamos a entrar a verla! ¡Es preciosa!

 

DOÑA CURIANA.
¡Preciosa!

 

ESCENA SEXTA

 

Curianito el Nene, Alacrancito el Cortamimbres y Curiana Nigromántica.
 

CURIANITO. (Dirigiéndose a su amapola.)
Amapola, ya he visto mi estrella misteriosa.

 

ALACRANClTO. (Tumbado panza arriba en el prado, y como en un limbo caótico.)
Me comí nueve moscas, un lagarto, una abeja,
Una colmena entera.

 

CURIANITO
Mi corazón se queja
¡De un amor que ya siente!

 

CURIANA NIGROMÁNTICA. (Sale de la cuevecita y llega muy seria junto a Curianito, poniéndole una mano en el hombro.)
 

Curianito, tu suerte
Depende de las alas de esa gran mariposa.
No la mires con ansias porque puedes perderte.
Te lo dice tu amiga, ya vieja y achacosa.
 

(Haciendo un círculo en la tierra con un palito.)

Este círculo mágico lo dice claramente.
Si de ella te enamoras, ¡ay de ti!, morirás.
Caerá toda la noche sobre tu frente.
La noche sin estrellas donde te perderás...
Medita hasta la tarde.

(Vase)

CURIANITO. (Declamando donjuanescamente.)
¿Qué tengo en mi cabeza?
¿Qué madejas de amores me ha enredado aquí el viento?
¿Por qué ya se marchita la flor de mi pureza
Mientras otra flor nace
Dentro del pensamiento?
¿Quién será la que viene robando mi ventura
De alas estremecidas, blancas como el armiño?
Me volveré tristeza sobre la noche oscura
Y llamaré a mi madre como cuando era niño.
¡Oh amapola roja que ves todo el prado!
Como tú de linda yo quisiera ser.
Como las tristezas de este enamorado
Llorando el rocío del amanecer.

(Se sienta en la piedra y llora con la cabecita entre las manos. El Alacrancito Cortamimbres se levanta con dificultad y, dando tumbos, va cantando con su voz cavernosa.)

ALACRANCITO .
Que las hojitas del mastranzo
Son dulcecitas, ay, de tomar.
Tatará, tatará, tatará.
 

Telón



ACTO SEGUNDO

INICIO DE LA OBRA

Jardín.
En el fondo de la escena hay una gran cascada de yedra. Y todo el suelo estará plantado de margaritas gigantescas. Es un verdadero bosque de florecillas. A la izquierda del teatrito y en parte del fondo, perdiéndose en la espesura, brilla el agua de un manantial. Todas las plantas están pintadas con luz suave del crepúsculo maduro.

 

ESCENA PRIMERA

 

Curianita Santa y Curianita 1

Vienen por la derecha dos Curianitas Campesinas que viven al pie de unas setas. Son muy viejas. Una de ellas tiene fama de santa en los alrededores.

 

CURIANITA SANTA.
¡Qué gran disgusto traigo, comadre, qué disgusto!
¿Visteis a Curianito recitar en el prado?

 

CURIANITA I.
Yo le vi columpiarse sobre un hilo de araña.
Cantaba triste, triste. Estaría soñando.
Él no piensa ganarse la vida honradamente.

 

CURIANITA SANTA.
Es muy bueno y muy dulce. ¡Un gran poeta!

 

CURIANITA I
¡Un vago!
Sobre un hilo de araña nadie vive.

 

CURIANITA SANTA.
¡Comadre,
No critiquéis a nadie, dijo el Gran Cucaracho!
 

(La otra Curiana inclina sus antenas.)

 

«Meditad, con la hierba que nace, vuestras vidas
Y sufrid en vosotras los defectos extraños.
Valen más en mi reino los que cantan y juegan
Que aquellos que se pasan la vida trabajando...
Que habéis de ser la tierra y habéis de ser el agua,
Pétalo en los rosales y corteza en el árbol.»

 

CURIANITA I.
¡Es que el Gran Cucaracho no comía madre?

(Con sorna)
 

Pues decidle a un hambriento esas frases.

 

CURIANITA SANTA.
¡Callaos!
El hambre es un demonio con antenas de fuego
A quien hay que alejar...

 

CURIANITA I.
¿Comiendo, eh?

 

CURIANITA SANTA.
Orando

 

CURIANITA I.
Dejadme en paz, comadre. Sois muy santa y muy sabia,
Pero para esta vida no habló San Cucaracho...
Si Curianito el Nene no trabaja y se aplica,
 

Se morirá de hambre, tan listo y tan pintado.
¡Si yo fuera su madre, lo cogía...!

 

CURIANITA SANTA.
Amiga,
Que un amor imposible era su último canto
Y hablaba de unas alas de mariposa herida,
Más digna del rocío que la carne del nardo.

 

CURIANITA I.
¡Es terrible esta plaga de gente perezosa!

 

CURIANITA SANTA.
¡Tened misericordia del lindo enamorado...!
«Sufrid sobre vosotras las heridas extrañas,
los dolores ajenos», dijo San Cucaracho.

 

CURIANITA I
¡Pero a mí qué me importa tanta y tanta tontuna!
Y de una mariposa, ¿por qué se ha enamorado?
¿No sabe que con ella no podrá desposarse?

 

CURIANITA SANTA.
¡Que ha de ser negro lodo sobre la nieve acaso!,
Cuando llega tan blanca de donde no se sabe.

 

CURIANITA I. (Enérgica.)
Cae de las azucenas.
 

CURIANITA SANTA. (Severa)
Comadre, no afirmarlo.

 

CURIANITA I.
En fin, ¡que el Curianito está loco!

 

CURIANITA SANTA.
¡Tan bueno!
Estaré en oración porque tenga descanso.
Su cantar me recuerda mi amor de juventud.

 

CURIANITA I. (Muy refunfuñona.)
¡Vamos a la casita, que es ya de noche!

 

CURIANITA SANTA. (Muy triste.)
¡Vamos!

 

(Vanse las dos por la derecha, penetrando entre las yedra donde tienen las cuevas. Es ya la noche cerrada, y cae el primer rayo de luna sobre el bosque de margaritas. El agua del manantial tiembla con una ternura lejana.)


 

ESCENA SEGUNDA

 

Mariposa, Curiana Nigromántica, Doña Curiana y cuatro Curianas Campesinas. Por la derecha entra la Curiana Nigromántica y Doña Curiana la mamá de Curianito. Hablan acaloradamente.

 

DOÑA CURIANA.
Para el baño de luna de nuestra mariposa
Es muy bueno este prado.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Sus alitas de cera
Quedarán como estaban en la mañana hermosa
En que rompió los rayos del sol por vez primera.

 

DOÑA CURIANA.
Ella viene del alba. Es una flor errante
Dijo mi niño anoche.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Tened mucho cuidado
Con Curianito, amiga.

 

DOÑA CURIANA.
Su corazón amante
La canta por las noches de un modo apasionado.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
¡Pues estemos alerta!

(Dirigiéndose a las dos y llamando.)

¡Venid acá! ¡Sin prisa!
¡Procurad que rocen las alas con el suelo!
Sujetad las antenas, que las mueve la brisa
Y temo que se tronchen. ¡Saltad el arroyuelo!

(Volviéndose a Doña Curiana)

Ya están aquí, señora.

(Entran en escena Curianitas Campesinas que traen sobre sus caparazones a la Mariposa. A las Campesinas.)

Dejadla lentamente.

(A doña Curiana)
 

¿Le pusisteis ungüento de mosca machacada?

 

DOÑA CURIANA.
Le puse dos unturas.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA. (Examinándola.)
Ella ni ve ni siente.
Tiene los ojos muertos y la boca cerrada.
¿De qué reino llegaste con tu blanco vestido?

 

DOÑA CURIANA. (Recordando.)
Ella viene del alba. Es una flor que vuela.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Tú con las alas rotas y el corazón herido
Te vas hacia los reinos donde el amor se hiela.
 

(Dirigiéndose a Doña Curiana.)

¡Aquí la dejaremos bajo la luna! Siento
La tristeza de aquella voz en el encinar
Que decía perdiéndose en el alma del viento:
«Se ha muerto un hada; el hada del campo y de la mar».

 

DOÑA CURIANA.
El dolor o la muerte me cercan la casita.
Curianito no cesa de cantar sus amores.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Hay que casarlo pronto con Silvia. Necesita
Jugar y distraerse.

(A una Campesina)

Quédate entre las flores
Vigilando los sueños de la blanca durmiente.
Si suspira, le acercas este ramo bendito.

 

DOÑA CURIANA. (Con el mismo tema.)
¡Ay doctora vecina! Mi corazón presiente
Mucho mal.

 

CURIANA NIGROMÁNTICA. (Sin hacerle caso)
¡Ten cuidado! ¡Si viene Alacrancito!

(Doña Curiana llora en silencio)
 

Tened mucha presencia, señora. Sois inquieta.

 

DOÑA CURIANA. (Llorando.)
Toda, toda la culpa la tiene mi marido.
No hay desgracia mayor que la de ser poeta.
¡Yo los quemaba a todos!

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
Los quemará el olvido.

 

(Vanse. Queda la escena rota. La Curianita Guardiana se apoya en el tronco de una margarita y allí queda inmóvil, moviendo sus antenas lentamente)

 

ESCENA TERCERA

 

Mariposa y Curianas Guardianas.

 

MARIPOSA. (Despertando.)
Volaré por el hilo de plata.
Mis hijos me esperan
Allá en los campos lejanos,
Hilando en sus ruecas.
Yo soy el espíritu
De la seda.
Vengo de un arca misteriosa
Y voy hacia la niebla.
Que cante la araña
En su cueva.
Que el ruiseñor medite mi leyenda.
Que 1a gota de lluvia se asombre
Al resbalar sobre mis alas muertas.
Hilé mi corazón sobre mi carne
Para rezar en las tinieblas,
Y la Muerte me dio dos alas blancas,
Pero cegó la fuente de mi seda.
Ahora comprendo el lamentar del agua,
Y el lamentar de las estrellas,
Y el lamentar del viento en la montaña,
Y el zumbido punzante
De la abeja.
Porque soy la muerte
Y la belleza.
Lo que dice la nieve sobre el prado
Lo repite la hoguera;
Las canciones del humo en la mañana
Las dicen las raíces bajo tierra.
Volaré por el hilo de plata;
Mis hijos me esperan.
Que cante la araña
En su cueva.
Que el ruiseñor medite mi leyenda.
Que la gota de lluvia se asombre
Al resbalar sobre mis alas muertas.

(La Mariposa mueve las alas con lentitud.)

 

ESCENA CUARTA

 

Mariposa, Alacrancito el Cortamimbres y Curianas Guardianas. Por la derecha asoma la graciosísima pinza de Alacrancito.

 

ALACRANCITO
Una rica fragancia
De carne fresca
Me llegó.

 

CURIANA GUARDIANA. (Iracunda.)
¡Márchate!

 

ALACRANCITO .
¡Déjame que la vea!

(Acercándose)

CURIANA GUARDIANA.
¡Vete al bosque, borracho!

 

ALACRANCITO
¡Ojalá lo estuviera!
Ya me hubiese comido
Sus alas.

 

CURIANA GUARDIANA.
¡Sinvergüenza!
¡Márchate de este bosque!

 

ALACRANCITO. (Suplicante.)
¡Un bocado siquiera
Donde tiene la herida!
¡La punta de una antena!

 

CURIANA GUARDIANA. (Furiosa.)
¡Si no te marchas pronto,
Llamo a mis compañeras
Y te matamos!

 

ALACRANCITO. (Serio.)
Oye,
Si yo un viejo no fuera,
¡Cómo me tragaría
Tu sabrosa cabeza!

(Alacrancito se acerca presto a morder a la Mariposa.)

CURIANA GUARDIANA.
(Alarmada.)
¡Mira que grito! ¡Vete!

(La Mariposa se mueve)

¡A ver si la despiertas!

 

ALACRANCITO. (Saltando y riendo a carcajadas.)
¿Qué dice la damita
Apetitosa y tierna?

 

CURIANA GUARDIANA. (Yendo a pegar a Alacrancito.)
¡Esto es intolerable!

 

ALACRANCITO (Muy cerca de la Mariposita y abriendo la pinza)
¿A que a mí no te acercas?

 

CURIANA GUARDIANA. (Aterrada.)
¡Venid, que se la come!

 

ALACRANCITO. (Retirándose.)
¡Calla, Curiana fea!

 

CURIANA GUARDIANA.
¡Vete pronto a tu casa!

 

ALACRANCITO. (Cantando cínicamente.)
Ya me voy a mi cueva,
A comerme diez moscas.

 

CURIANA GUARDIANA. (Indignadísima y empujándole.)
¡Vete!

 

ALACRANCITO. (Con guasa)
¡No es mala cena!

 

CURIANA GUARDIANA
¡Eres canalla y medio!

 

ALACRANCITO. (Yéndose.) ¡Y tú loca y soltera!

 

(La Curiana Guardiana se enfurece; después se acerca a examinar a la Mariposa y después vuelve a su sitio. La voz aguardentosa de Alacrancito se siente tarascar cada vez más lejos.)

 

ESCENA QUINTA

 

Gusano I., Gusano 2., Gusano 3., Mariposa y Curianas Guardianas. Entre las hierbas brilla un grupo de Gusanos de luz. Avancen lentamente.

 

GUSANO 1
Ya podemos bebernos
El rocío

 

GUSANO 2

Ahora he visto en el lago
Temblar a los lirios.
Pronto caerá sobre las hierbas,
Santo y cristalino.

 

GUSANO 1
¿Caerá de los ramajes
O los traerán los fríos?

 

GUSANO 3
Nunca comprenderemos
Lo desconocido.
Ya se ha apagado mi luz;
Estoy viejo y marchito,
Y no vi descender
De la rama el rocío.

 

GUSANO 2
Brotará de la tierra.

 

GUSANO 3
Un viejo sabio ha dicho:
«Bebed las dulces gotas,
Serenos y tranquilos,
Sin preguntar jamás
De dónde habrán venido».

 

GUSANO 1
Endulzan el amor
Esas gotas.

 

GUSANO 3
Los viejos
Sabemos que el amor
Es igual que el rocío.
La gota que tú tragas
No vuelve sobre el prado.
Como el amor, se pierde
En la paz del olvido.
Y mañana, otras gotas
Brillarán en la hierba
Que a los pocos momentos
Ya no serán rocío.

 

GUSANO 1
No nos pongamos tristes...

 

GUSANO 2
Cegó mi luz antigua.

 

GUSANO 1
... Que buscando el amor
Vamos por este sitio.

 

GUSANO 2
Pronto veré brillar
Las hojas y la tierra.

 

GUSANO 1
Las rociadas hacen
Los prados.

(Ya se han acercado mucho a la Mariposa: ésta los oye, y, como soñando, habla.)

MARIPOSA
Yo he sentido
Cómo las claras gotas
Hablaban dulcemente,
Contándose misterios
De campos infinitos.

 

GUSANO 3 (Volviéndose bruscamente.)
Las gotas no hablan nunca;
Nacen para alimento
De abejas y gusanos
Y no tienen espíritu.

 

MARIPOSA
Habla el grano de arena,
Y las hojas de los árboles,
Y todas ellas tienen
Un sendero distinto;
Pero todas las voces,
Y los cantos que escuches,
Son disfraces extraños
De un solo canto. Un hilo
Me llevará a los bosques
Donde se ve la vida.

 

GUSANO 3
¿Eres acaso Un hada?

 

MARIPOSA
Yo no sé lo que he sido;
Me saqué el corazón
Y el alma lentamente;
Y ahora mi pobre cuerpo
Está muerto y vacío.

 

GUSANO 1
Pues goza del amor,
Que la mañana viene.
¡Bebe con alegría
Las gotas de rocío!

 

MARIPOSA
No sé lo que es amor,
Ni lo sabré jamás.

 

GUSANO 1
El amor es el beso
En la quietud del nido,
Mientras las hojas tiemblan
Mirándose en el agua.

 

MARIPOSA
Tengo las alas rotas
Y mi cuerpo está frío.

 

GUSANO 1
Pero puedes dar besos
Y mover tus antenas.

 

MARIPOSA
¡Ay, que no tengo boca!

 

GUSANO 1
¡Es bello tu vestido!

 

MARIPOSA

¿Vosotros sois estrellas?

 

GUSANO 1
A un amante buscamos
Y vamos embriagados
De amor por el camino.

 

MARIPOSA
Yo no sé qué es amor.
¿Por qué turbáis mi sueno?

 

GUSANO 2
¡Te dejamos en paz!
¡Sé muy feliz!

 

MARIPOSA
El hilo
De plata va a los campos
Donde se ve la vida...
 

(Los Gusanos se retiran comentando)

GUSANO 1
¿Será un hada?

 

GUSANO 2
Su cuerpo
Está todo dormido.

 

GUSANO 1
Me da miedo de verla
Tan blanca y solitaria.

 

GUSANO 3
Es una mariposa
Medio muerta de frío.

 

GUSANO 2
¡Qué misterio tan grande!
Vamos a nuestro campo.

 

GUSANO 3
¡Y que llame al amor
Vuestro cuerpo encendido!
¡Quién pudiera enroscarse
Con el amante fuerte!

 

GUSANO 1. (Intrigado.)
¿Por qué dice que hablaban
Las gotas de rocío?

(Los Gusanos se van por la senda.)

 

ESCENA SEXTA

 

Mariposa, Curianito el Nene y Curianas Guardianas. La otra Curianita da varias vueltas por la escena. Aparece Curianito el Nene, pintado graciosamente de amarillo. Trae una cara afligida.

 

CURIANITO. (Declamatoriamente.)
Las hojas y las flores
Se marchitan.
Yo tenía el silencio
De la mañana.

 

CURIANITA CAMPESINA. (Irritada.)
(Ya tenemos aquí
Lo que nos hace falta.)
Se ha pintado con polen de azucena
Por enamorarla.

 

CURIANITO .
Era el tiempo dichoso de mis versos tranquilos,
Pero a mi puerta un hada
Ha llegado vestida de nieve transparente
Para quitarme el alma.
¿Qué haré sobre estos prados sin amor y sin besos?
¿Me arrojaré a las aguas?
Pero pienso en el mundo con que mi madre sueña,
Un mundo de alegría más allá de esas ramas,
Lleno de ruiseñores y de prados inmensos,
El mundo del rocío
Donde el amor no acaba.
¿Y si San Cucaracho no existiera? ¿Qué objeto
Tendría mi amargura fatal? Sobre las ramas,
¿No vela por nosotros aquel que nos hiciera
Superiores a todo lo creado?

 

CURIANITA CAMPESINA.
¡Qué lástima!
¡Definitivamente está loco del todo!
¡Pobre Doña Curiana!

 

ESCENA SÉPTIMA

 

Mariposa, Curianito el Nene, Curianas Guardianas y Curiana Nigromántica.

 

CURIANITO. (Acercándose a la Mariposa.)
¿Duerme la casta reina de este prado?
¿La que el rocío cuaja?
¿La que sabe el secreto de la hierba
Y el canto de las aguas?

(La Mariposa no contesta y danza.)

¿No contestas? ¿Acaso no has oído
Mi voz apasionada?
 

(La Mariposa hace como que quisiese volar.)

¿Quieres volar? Hay mucha sombra encima
Y tienes rota un ala.
Con besos curaré yo tus heridas
Si conmigo te casas.
Y un ruiseñor inmenso que es mi amigo
Nos llevará volando en la mañana.
No insistas en volar. Es noche. Mira
Cuánta sombra en las ramas
Y la sombra es el peso que nos duerme:
Es muy sutil y aplasta.

(La mariposa cae al suelo)

Sin ti mi corazón se está secando.
 

(Curianito se acerca)

Escucha mis palabras.
No pienses en volar hacia los montes
Y quédate en mi casa.
Yo cazaré, para que te diviertas,
Una buena cigarra
Que arrullará tus sueños por las noches
Y por las alboradas.
Te traeré piedrecitas de la fuente,
 

(La Curianita Guardiana va entre los troncos de las margaritas para oír mejor.)

Hormiguitas enanas
Y beberás las gotas de rocío
En mis labios que abrasan.
¿Qué he visto en tus antenas?
¡Mariposa! ¡Espejo de las hadas!
Que eres como una flor del otro mundo
O la espuma del agua.

(Curianito está abrazado a la Mariposa. Ésta se le entrega inconscientemente)

Tienes el cuerpo frío. Ven conmigo,
Que es mi cueva templada
Y desde allí verás el prado verde
Perderse en la distancia.

(La Mariposa se aparta bruscamente y danza.)

¿No tienes corazón? ¿No te ha quemado
La luz de mis palabras?
¿Entonces a quién cuento mis pesares?
¡Oh Amapola encantada!
¡La madre del rocío de mi prado!
¿Por qué si tiene el agua
Fresca sombra en estío y la tiniebla
De la noche se aclara
Con los ojos sin fin de las estrellas
No tiene amor mi alma?
¿Quién me puso estos ojos que no quiero
Y estas manos que tratan
De prender un amor que no comprendo?
¡Y con mi vida acaba!
¿Quién me pierde entre sombras?
¿Quién me manda sufrir sin tener alas?

 

CURIANA GUARDIANA.
¡Ah! ¿Por qué gritas tanto, Curianito?
¡Está loco!

 

CURIANA NIGROMÁNTICA.
¿ Qué pasa ?



Última escena de la obra "El maleficio de la mariposa"
 

(Por el fondo de la escena aparecen Gusanos de luz y unas Curianas que cogen el pétalo de rosa que guarda a Curianito y se lo llevan lentamente con gran ceremonia y solemnidad. Queda la escena sola. Todo está iluminado fantásticamente de rosa. La marcha fúnebre se va alejando poco a poco.)

Fin de la comedieta

 

 

 

 

 

 

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