Pedro Garciarias
HAIKU Nº 8 - Año 2003
Presentación en papel offset Munken característica de los Pliegos del Azul de Pedro Garciarias.
Pliegos del Azul
compuestos por doce poemas de
Pedro Garciarias, según la Escuela Shinkeikoo,
y una ilustración. Se acabó de imprimir en los talleres
de Bodonia, S.L., el 14 de diciembre festividad de San Juan de la Cruz.
Para el texto se han utilizado caracteres Times, sobre papel
offset MUNKEN de 90 gramos. La edición de este número 8
consta de 200 ejemplares numerados
del 1 al 200 y 30 en
cifras romanas
Ejemplar nº 63/ 200
"PLIEGOS DEL AZUL" Pedro Garciarias Haiku 8 Granada, 2003
Presentación en papel offset Munken característica de los Pliegos del Azul de Pedro Garciarias .
Para convocar un rito de invierno, un espíritu ha de habitar aquel espacio señalado por Coleridge, en su célebre ensayo de 1818, sobre el lugar de los espíritus, que no es otro que la atmósfera azul de un sueño. Li Bai escribió sobre un poeta, que hechizado por las flores, se dejó hundir en un lecho de lirios rojos y no quiso servir más al emperador. Si esta mañana hubiera tomado las alas de la aurora, lo habría visto volar sobre mi cabeza y las sierras vecinas a lomos de un dragón Yu, dibujado ayer. Se perdía el sol, un ligero vapor se desprendía, desde lo alto de la Sierra de Gádor, formando pequeños remolinos de aire que llevaban a la casa el suave olor de los ciruelos en flor. Se hizo de noche. Orión brillaba débilmente en el cielo. Su llegada a la sala fue tan sonora como si un gong resonase en medio de ella. Cogí un vaso y lo llené del mejor vino, dejando dentro una rosa que lentamente se fue coloreando de un rojo granate intenso, fue entonces cuando abrí al puerta que da al jardín y le pedí que me acompañara a ver la luna llena de febrero, dicen que es la más brillante del año, planeando sobre las pequeñas flores blancas del ciruelo que gritaban luz junto a las tapias del huerto. Sus ojos rasgados se llenaron de mil chispas de agua, me entregó un poema; había visto la belleza, el más íntimo avatar de la verdad. Supo que debía marcharse aunque se iba grávido de luz para escribir sus versos. Levísimamente comenzó a moverse, no sin antes beber el vino, abrirse en diagonal la camiza azul índigo y guardar dentro la rosa teñida en vino. La casa quedó con todas las puertas abiertas, el jardín mirando. Recordé aquellas palabras de Valente: "...yo sabía un nombre tuyo para hacerte venir..."
Luna llena del 28 de febrero de 2002 al poeta Meng Haoran, entre los siglos XVIII y XXI
Meng Haoran (689-740. Dinastía Tang)
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