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PEDRO GARCIARIAS

 

Pedro Garciarias 2006

Año 2011  - 2012

 

Artículo: Milagros Soler Cervantes

 

LAS ROSAS - I

Invierno - Primavera

 

LAS ROSAS - I·LAS ROSAS - II·LAS ÚLTIMAS ROSAS

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Invitados por Pedro Garciarias en su estudio de Granada, tuvimos el privilegio de ser los primeros espectadores de  una muestra de sus últimas creaciones. Las agrupa bajo el título Poesía entre rosas y reúne una serie de pinturas de distintas técnicas y formatos. Celebran el reencuentro del autor con distintos poetas a través de la visión que éstos tenían de la rosa. Como es constante en su obra, se inspira en la propia experiencia lírica que en el desarrollo cotidiano de su espiritualidad le aportan música y poesía. Aprehendidas y transformadas a través de su trayectoria emocional, nos atrevemos a intuir una considerable influencia en algunos de sus cuadros de un reciente natalicio familiar (Paula Teresa), hecho en el que convergen sentimientos míticos y místicos de renovación vital, armonía universal y belleza.

 

Iniciado este itinerario artístico hacia el año 2009 y 2010, culmina a finales de 2011 cuando vuelve a recrear lecturas de los versos que Rainer Maria Rilke, Juan Ramón Jiménez y  Thomas Stearns Eliot escribieron sobre las rosas. No obstante, la preocupación estética por este tema ya tenía precedentes en algunos estudios realizados en acuarela y tinta china durante los años 1996-1997. De alguna manera, Pedro Garciarias pretende participarnos con formas y policromías, de una suave  y envolvente atmósfera que podría encontrar paralelismo en la música de Carl Maria von Weber (El espectro de la rosa), donde la contundencia del color adquiriría la fuerza que en la danza puso en su día el incomparable Vaslav Nijinsky.

 

 

    

 

 

Juan Ramón Jiménez (Pintado por Joaquín Sorolla), Rainer Maria Rilke (Fallecido de leucemia. Según la leyenda, murió como  consecuencia del pinchazo de una rosa) y Thomas Stearns Eliot (Pintado por Wyndam Lewis).

 

 

Este poemario pictórico sobre las rosas conecta, de forma subliminal si se quiere, Asia con Europa. Asia, por ser allí donde tiene su origen esta flor y estar en la filosofía simbólica de la cultura China, omnipresente en la estética de las pinturas de Garciarias. Europa, por la asimilación histórica que en el continente se hizo de ella, como canon de refinamiento y belleza. Bajo este aspecto la contemplaron chinos, babilonios, egipcios, griegos y romanos. Para los helenos, la rosa nació de la sangre que una espina causó en el pie de Afrodita. Aquí establecemos una nueva conexión de este mito con la trágica muerte de Rainer Maria Rilke. Tal vez se condensen todas estas leyendas en los azules, traspasados de luz del Egeo, en los que se insertan algunas de sus rosas.

 

   

 

 

San Juan de la Cruz, Dulce María Loynaz y José Lezama Lima, autores cuya obra poética siempre ha estado presente en las pinturas de Pedro Garciarias.

 

 

En otras ocasiones, los fondos dramáticos nos ponen en contacto con las atmósferas de monasterios medievales en cuyos claustros se cultivaron con carácter botánico-poético. San Juan de la Cruz las describió con su exaltada literatura  mística. Por su parte, los tonos más vivaces nos transportan a las rosaledas imperiales del Palacio de la Malmaison o a la cuidada elegancia de la poetisa cubana Dulce María Loynaz. La forma y técnica en la que Pedro Garciarias materializa sus pinturas libera nuestra imaginación permitiéndonos viajar, desde nuestras propias experiencias, a los mundos interiores personales que recrea el artista. El tiempo y la geografía, los personajes y sus mitos se nos muestran en abstracciones, dotadas involuntariamente de la perversidad con la que el genio creador intenta despertar a los espectadores durmientes. Trazos unas veces firmes, otras envolventes. Abundancia de colores luminosos que comparten espacio, en celdas diferentes, con otros de austeridad casi monocroma. De la pintura a la caligrafía. De la complejidad formal a la sencillez del elaborado esquematismo primitivo. Así es como Pedro se manifiesta en su obra.

 

Seguramente no sea accidental en este nuevo proyecto la convergencia de influencias culturales europeas que se desarrollaron a finales del siglo XIX y principios del XX. Es posible que, a través de los autores que en esta ocasión le inspiran, quiera explorar nuevos horizontes diferentes a los ya recorridos en el pasado. Con Lezama, de añoranzas hermanas transcontinentales. Con Juan Ramón Jiménez y Elena Martín Vivaldi, acompañándolos en paseos cercanos de paisajes andaluces, contemplando la mistérica robustez de jardines alpujarreños o aquellos otros que provocan ensoñaciones con la acuática complicidad sinfónica de fuentes nazaritas. Cuando tengamos ocasión de visitar la exposición estaremos también viviendo, dentro del tiempo y el espacio, un tratado, casi hermético, de la idealización de la rosa en la poesía de los dos últimos siglos. Y lo haremos formando parte de él, integrados en su centro mismo.

 

En este punto dejamos la personal interpretación que hacemos de lo que Pedro Garciarias nos ha mostrado. Seguiremos el consejo que Juan Ramón  Jiménez nos diera en su poema más corto, aplicándolo en este caso a la obra  de Garciarias:

 

 No le toques ya más,
que así es la rosa!

 

Piedra y Cielo - Poema I.

Juan Ramón Jiménez (1919)

 

 

 

Poesía entre rosas

Palabras de Pedro Garciarias sobre su serie Las Rosas

 

 

Pedro Garciarias

(Para Cultura en Andalucía)

 

 

A veces las ideas vienen como por arte de magia, no sé bien su origen. Lo que sí tengo claro es la llegada de una niña a mi vida, que vino de noche al jardín de las rosas, tal y como yo adiviné seis meses antes de su nacimiento.

 

El proyecto tuvo su origen como una investigación sobre las corolas mucho antes de este acontecimiento, quizás en 2009, años atrás, 1996. Las rosas aparecieron y encontré en el estudio pinturas de ellas, fechadas muchísimo antes, sobre un fondo turquesa y ultramar. Pero esto pasó, llegaron otras series y me olvidé por completo de esas creaciones anteriores.

 

Hace algún tiempo me escribieron desde Bélgica informándome sobre dos artistas que estaban trabajando sobre rosas y exponiendo en el museo al que intento llevar parte de esta serie. Recibí de la revista Beaux Arts un espléndido artículo sobre el trabajo de un pintor que también se preocupa por este tema. Simultáneamente en nuestro país aparece en Descubrir el Arte otro ensayo sobre rosas y peonías en la pintura.

 

Parecía que esa preocupación estética estaba en el aire y un sexto sentido me la traía. Si a esto sumamos la información recibida de pintores del siglo XIX que me llegó sin buscarla, el ciclo de la inspiración parecía completarse. Pero aún vendría algo más: una amiga me consiguió la música de El espectro de la rosa, ballet que popularizaría Nijinski con el espectacular salto de su entrada en escena y que Nureyev conseguiría superar en altura. Así iban las cosas cuando un amigo me proporcionó los poemas del ciclo sobre las rosas de Rilke, ¡indescriptibles!

 

Los versos de Lezama, Dulce María Loynaz y San Juan de la Cruz completaban este paisaje lírico. Como si hubiera sido convocado a esta reunión de inmortales, apareció Eliot con sus versos recogidos en Four Quartets. En el último de ellos, Little Gidding, describe el incendio del corazón de una rosa: fuego y rosa se hacen Uno. Entonces escribí una paráfrasis sobre el texto y la convertí en una especie de estandarte alrededor de una de las pinturas.

 

Así fueron convergiendo los acontecimientos, en un juego de circunstancias que seguramente no era casual. A fecha de hoy no he concluido la serie, tal vez porque la intuición me dice que no he terminado el itinerario que me impone tan emotiva experiencia.

 

Os mantendré informados y compartiré el avance de mis trabajos a través de Milagros y de mi propia Web. Recibid un afectuoso saludo.

 

 

Granada, 27 de Enero de 2012.

Efemérides de Santa Paula de Roma

 

 

 

Las pinturas

 

 

 

     

 Algunas de las pinturas más descriptivas en su aspecto formal están realizadas en tondos de pequeño tamaño.

     

 Otras han sido pintadas en formatos de medianas dimensiones.

 

 

 

 

       

 

     

 Pedro Garciarias y su esposa María José en el estudio del pintor en Granada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

       

 

 

 

       

 Pedro y María José mostrando las nuevas creaciones de la serie Las Rosas

 

      

 

 

 

 

 

 

 

 

 

       

   

 

  

 

 

 

Grandes formatos

 

 

 

     

 

 

 

 

 

 

Entreabierta la rosa

Tiembla el pincel

Mudo se queda

 

Pedro Garciarias." Pliegos del Azul"

Haikus 2011- 2012

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