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SAN MIGUEL, LOS DRAGONES Y LA LEYENDA DEL LAGARTO DE JAÉN.

 

Capilla de San Miguel - Catedral de Jaén

 

I - DRAGONES, SANTOS Y LEYENDAS.

Ensayo: Milagros Soler Cervantes

 

 

 

1.- SERPIENTES, DRAGONES Y DEMONIOS

2.- LOS DRAGONES EN LA ICONOGRAFÍA CRISTIANA: San Jorge ,  Santa Margarita y Santa Marta

3.- SAN MIGUEL Y LA METAMORFOSIS DEL DRAGÓN

4.- LA TRANSFORMACIÓN DE SAN MIGUEL DURANTE LA EDAD MEDIA EN JAÉN

 

 

 

 

1.- SERPIENTES, DRAGONES Y DEMONIOS

 

La imagen de los dragones como seres de fábulas y leyendas debió configurarse en la mente del hombre en los tiempos más antiguos. El encuentro con grandes esqueletos de animales prehistóricos estimularían  su imaginación a la hora de explicar lo que tenían ante sus ojos.Dragón chino a la entrada de un templo

Hombre primitivo ante un saurio

 

La palabra dragón viene de la lengua griega ("drako")  y significa "serpiente". Aparece en casi todas las culturas, unas veces como protector y otras como ser destructivo y dañino. Del primer ejemplo podríamos citar las civilizaciones orientales de China y Japón. Allí es considerado como la supremacía del mundo espiritual sobre el material, del conocimiento sobre la fuerza, del triunfo del bien sobre el mal. Por su carácter benévolo se asoció al poder imperial y es celebrado en su encuentro con los hombres.

 

En el Próximo Oriente eran tenidos en la antigüedad por animales peligrosos a los que había que combatir y destruir. Así aparece en la mitología que se expandió desde las regiones del Tigris y el Eúfrates hasta Occidente a través de la Biblia, cuyos pueblos protagonistas compartieron el mismo espacio geográfico.

 

En Europa las leyendas sobre dragones tienen sus propias raíces locales. En Grecia, Perseo portando una lanza y montando a caballo lucha contra la fiera. En Roma los dragones-serpientes no tenían siempre connotaciones negativas. Los germanos tenían a Nidhug, que era entendido como fuerza del mundo de los muertos.  Sigfrido, según leemos en el Poema de los Nibelungos, vencerá a una de esas criaturas, lo mismo que el héroe anglosajón Beowulf.  Los vikingos ponían en la proa de sus barcos mascarones con tallas de dragón, con la idea de que asustaran a los monstruos marinos. Para los romanos era símbolo de poder y sabiduría.

 

    

Laoconte con sus hijos siendo devorado por las serpientes. La gorgona Medusa. Adán y Eva con la serpiente en el Paraíso.

 

 

El cristianismo trajo consigo la idea hebrea del dragón tal y como se describe en el Apocalipsis, configurado a imagen y semejanza de sus crueles y vengativos homónimos de Mesopotamia. La idea de serpiente-dragón  asociada al demonio y a las fuerzas del mal  la encontramos en el episodio del Paraíso Terrenal,  cuando Satanás adoptando forma ofídica ofrece a Eva la manzana del pecado. A partir de ese momento, la serpiente se asociará al demonio y aparecerá humillada a los pies de la Virgen María, pisada por Jesús en el Nuevo Testamento y vinculada a la apostasía, el pecado y el Infierno. También aparecerá en vidas de santos, como en la de San Adrián de Malpica, que acabó milagrosamente con una plaga de serpientes, Santa Margarita o en la de San Jorge, esta vez  con forma de dragón.

 

 

Inmaculada Concepción  de Tiepolo. A sus pies, una serpiente con aspecto de dragón.

 

2.- LOS DRAGONES EN LA ICONOGRAFÍA CRISTIANA: San Jorge,  Santa Margarita y Santa Marta

 

La leyenda de San Jorge se inicia con la obra de Jacobo de la Vorágine, arzobispo de Génova. A mediados del siglo XIII escribe “Legenda Sanctorum” (Lecturas sobre santos)  que pasará a ser conocida como “Legenda aurea” (Leyenda dorada). Recoge una compilación de la vida de 180 mártires y santos, teniendo como fuente los evangelios. Sin intencionalidad documental ni histórica, su objetivo era más bien moralizante y didáctico. Pretendía cristianizar a través de la vida modélica de los hijos preclaros de la Iglesia. Gran parte de la iconografía con la que se representaron los santos a partir de ese momento estuvo basada en los relatos que de ellos se hacían en su libro.

 

Sigfrido, luchando contra el dragón (Nibelungos)San Jorge de Capadocia, liberando a la doncella del dragón.

Sigfrido luchando contra el dragón. San Jorge dando muerte al dragón liberando a la doncella.

 

Leyenda de San Jorge. La doncella lleva humillado al dragón hasta la ciudad.

Dragón vencido por San Jorge conducido por la doncella.

En este episodio se mezcla la tradición del milagro de Santa Marta y el monstruo Tarasca.

 

 

De San Jorge de Capadocia (Turquía) apenas existen otros datos que aquellos que se refieren a  su nacimiento en Lidia (circa  270) y a su muerte en Nicodemia hacia el año 303. Según su leyenda, conocida a partir del siglo IV,  fue hijo del oficial romano Geroncio y de su esposa Policromía. Recibió una esmerada educación y desde muy joven se unió al ejército, siguiendo los caminos de su padre. Antes de cumplir los treinta años ya fue nombrado tribuno, siendo destinado a cumplir servicio en la guardia personal del emperador Diocleciano. Cuando el emperador decretó la persecución a los cristianos, a Jorge se le ordenó participar en la represión, a lo que se negó declarando abiertamente su condición de cristiano. Detenido, fue interrogado bajo tortura, juzgado y condenado a ser decapitado ente las murallas de Nicomea. Su cuerpo fue transportado a Lidia, donde recibió sepultura.

 

Vorágine cuenta como el santo se encontró con una doncella que iba a ser devorada por un dragón, al que había sido entregada como tributo. San Jorge consigue matarlo con su lanza y le pide a la doncella que se lleve al monstruo atado a la ciudad. Nos resulta fácil establecer paralelismos entre este relato y el de Perseo liberando a Andrómeda de Medusa. En ambas leyendas observamos distintos matices, que convierten a la primera en una tradición con fundamentos más realistas en relación con la segunda, que adquiere connotaciones de relato caballeresco.

 

La historia de Santa Margarita  tiene raíces de origen griego. También aparece en la “Leyenda dorada”, seguramente inspirada o influenciada por el mito de Pelagia (Medusa). Cuenta que  el gobernador Olibrio se enamoró de ella atraído por su belleza, pero esta se negó a sucumbir a sus requerimientos. Encerrada en un calabozo, un demonio en forma de dragón la devoró. Con el crucifijo que llevaba siempre consigo, la santa rasgó desde dentro el vientre del diablo logrando liberarse. Enlazamos aquí con otro mito: Jonás liberado del estomago de la ballena. Finalmente, y tras sufrir varios tipos de torturas, Margarita fue, como San Jorge, decapitada.

 

Santa Margarita, que logró liberarse del dragón con el crucifijoSanta Marta, hermana de Lázaro y María derrotó al dragón (Tarasca) con la palabra de Jesús

Santa Margarita saliendo del vientre de la serpiente, tras liberarse con la cruz.

 

 

 

Al igual que en el caso Santa Margarita con Pelagia y  Jonás, la epopeya de San Jorge tiene sus precedentes en Sabacio, dios de lo frigios que seLázaro, Marta y María viajan a Francia a predicar la palabra de Jesús (Museo della Foi) representa  a caballo venciendo a una serpiente. Desde Asia Menor hasta Japón existen leyendas similares. Es en Japón precisamente donde encontramos la historia de Susano-oh, dios del trueno. El dragón Yamata-no-Orochi construyó su morada frente a la fuente que abastecía de agua a una ciudad. Los habitantes del poblado. para acceder al manantial, tenían que pagar tributo con un sacrificio humano. Cuando le llegó el turno a la princesa Khushinada esta fue salvada por el héroe   .

 

Santa Marta era hermana de Lázaro y María de Betania, esta última identificada  con María Magdalena.  Según cuentan los evangelios, los tres eran grandes amigos de Jesús. A su muerte viajaron a Francia (48 d.d.C). Estando Marta en Tarascón (Provenza),  un dragón con el nombre de "Tarasca" sembraba el miedo entre sus habitantes. La santa, con agua bendita, una antorcha y repitiendo las palabras de Cristo logro derrotarlo. Dominó a la bestia con sus oraciones y la llevó hasta la ciudad atándola con el cinturón de su vestido. Según su propia leyenda, la doncella fue enterrada en la colegiata de Tarascón. Como ya sabemos, el nombre de María Magdalena tiene también gran resonancia en la tradición cristiana giennense. Una de las primeras iglesias que se construyeron en la ciudad, próxima a la mezquita, lleva su nombre. Está vinculada  a la leyenda del Santo Grial y la Mesa de Salomón,  que para muchos investigadores, fue transportada hasta la ciudad de Jaén desde Francia. Por supuesto, también al famoso Lagarto de Jaén en la Malena (Magdalena). Una vez más se entrecruzan dragones, doncellas y santos caballeros que acuden al rescate.

 

 

Tarasca antigua de Granada, con las siete cabezas de los pecados capitales. Tarasca de Granada en el año 2008

 

Postal antigua de Tarascón (Provenza) mostrando la procesión de Santa Marta conduciendo a la Tarasca.

 

 

 

3.- SAN MIGUEL Y LA METAMORFOSIS DEL DRAGÓN

 

 

 "Hubo un gran combate en los cielos. Miguel y sus ángeles lucharon contra el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya lugar en el Cielo para ellos. Y fue arrojado el Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él."

 

Nuevo Testamento, Apocalipsis (12,7-9)

 

 

San Miguel derrotando al dragón (Donatello)Imagen de San Miguel en la iglesia de Santa María (Moratilla)Imagen de San Miguel según se representaba en la iglesia ortodoxa primitiva

Distintas advocaciones de San Miguel. Venciendo al dragón con atuendo de soldado romano y vestido a la forma bizantina.

 

 

San Miguel es en la mitología cristiana el Capitán de los Ángeles de Dios. Es el Virrey del Cielo, según terminología empleada en distintos códices de la Iglesia. En el Antiguo Testamento es citado en el Libro de Daniel como jefe de la milicia celestial, custodio del orden tanto en el cielo como en la tierra. En el Nuevo Testamento lo vemos en el Apocalipsis como triunfador sobre el dragón y las fuerzas del mal. La palabra "arcángel" significa "jefe de los ángeles". Su importancia en la religión islámica y cristiana  es indiscutible, como  lo es la influencia que ambas tuvieron en su llegada al Viejo Continente.

 

San Miguel luchando contra el diablo. La imagen del dragón ha sido sustituida por la del Maligno.Vencedor de Satanás y Lucifer, San Miguel es protector de las sinagogas judías, de las iglesias coptas, ortodoxas y cristianas. Su nombre se traduce por "¿Quien como Dios?" y en la iconografía ortodoxa se le representa llevando una lanza o una espada en una mano y en la otra una esfera con una cruz que simboliza el orbe celeste que él gobierna en nombre de Dios.

 

Curiosamente se le representa vestido de soldado romano, cuando no hay razón que lo justifique por su intemporalidad como arcángel, mientras que sí resultaría adecuada en la de San Jorge. Uniforme y dragón serían elementos comunes a los dos santos, siendo adecuado en un caso (San Jorge) pero no en otro (San Miguel), pudiendo interpretarse como una asimilación de la idea que se quería significar en el mártir capadocio.

 

Cuando la iglesia se consolida definitivamente como religión hegemónica en Occidente, la simbología busca otras formas de concretarse, para resultar más efectiva y didáctica, tanto a sus acólitos como a los "infieles". Es entonces cuando la figura del dragón empieza a ser sustituida por la del demonio. Ya no es "el Mal" en abstracto, heredero de mitologías clásicas, sino el enemigo de todos aquellos que están fuera de la cristiandad. El demonio adopta forma antropomórfica para facilitar la asociación aleccionadora entre el santo cristiano que lo extermina y el impío que sucumbe ante la fuerza de la nueva fe. Cambia la antigua lanza por la espada, la balanza para medir con justicia las acciones de los hombres por unas cadenas relacionadas con la liberación de las almas que están en pecado. Todo ello para justificar su actitud soldadesca en que podrían verse identificados los ejércitos papales. Cuando el auge de las enseñanzas del Corán avanzaban sobre el mundo entonces conocido, otra figura con iconografía muy semejante a la de San Miguel se abrirá paso en el culto de Occidente; nos referimos a la del apóstol Santiago Matamoros.

4.- LA TRANSFORMACIÓN DE SAN MIGUEL DURANTE LA EDAD MEDIA EN JAÉN

 

El recorrido que hemos iniciado emulando fabulas del  mundo antiguo llega al Medievo completamente trasformada en cuanto al contenido del mito, pero manteniendo muchas de sus raíces iconográficas. En la Alta Edad Media San Jorge es el protector de guerreros y caballeros cruzados. Guiado por su fe, de la que obtiene su fortaleza, lucha contra monstruos liberando pueblos y doncellas ganándolos para la cristiandad. Por su parte, San Miguel también se enfrentará contra el dragón, que progresivamente se irá identificando  con el demonio. Santiago, a lomos de un caballo blanco, cabalga triunfante sobre sus enemigos sarracenos. Ya no se trata de una idea de pureza de espíritu para liberar pueblos y hombres, como en el caso de San Jorge; ni tampoco de una idea simbólica del mal representada por el demonio, como ocurre con San Miguel. Santiago se enfrenta, espada en mano, a los seguidores de la religión islámica. Santiago Matamoros es la figura emergente, derivada de todos los mitos que le precedieron, surgida desde la necesidad de combatir a sangre y fuego a las hordas musulmanas. Ejemplo de esta explícita y dramática imaginería es el cuadro expuesto en la Catedral de la Asunción de la Virgen en Jaén.

 

 

Santiago Matamoros en la capilla que lleva su nombre en la Catedral de Jaén.

 

Detalle del cuadro anterior. Puede verse lo explícito de la cabeza del moro decapitado por el Santo.

 

Miniatura medieval representando a Santiago "matamoros"

Santiago "matamoros" matando herejesLa identificación con algunas señas de identidad de los mitos medievales trascenderá a sus monarcas. Podemos ver como muchos reyes cristianos adoptan en sus representaciones aspectos que los asemejan a santos y héroes. Esto es lo que sucede con la imagen de Fernando III el Santo en la fachada de la catedral de Jaén. Conquistador de la histórica Yayyan, logró anexionar a Castilla el reino de León, comprando los derechos de herencia a sus hermanas Doña Dulce y Doña Sancha. Fortalecido con esta unión territorial pudo concentrar sus esfuerzos en conquistar gran parte de Andalucía a los árabes. El reino de Aragón, su gran rival en la Península Ibérica, contemplaba con recelo este crecimiento de poder castellano, quedando  esto de manifiesto en continuos enfrentamientos diplomáticos y en las guerras surgidas con Pedro I de Castilla, último rey de la casa de Borgoña a la que también pertenecía el rey Fernando III.

 

Castilla tenía como patrón protector a Santiago Apóstol. Su iconografía recuerda a la de San Jorge, pero ya completamente desprovista de su imagen caballeresca de rescatador de doncellas y hacedor de milagros. Es mucho más real, haciendo proselitismo de la idea de un apostolado armado espada en mano. Aragón, por su parte y seguramente bajo el influjo de otras influencias europeas, se puso bajo la advocación de San Jorge, como hicieran Francia o Inglaterra.

 

Santiago,según representación en el arte islámico.Jaén, durante muchos siglos bajo dominación musulmana, necesitaba tras la conquista cristiana una figura que identificara a su población con la idea  de que había un enemigo "infiel"  al que derrotar. San Jorge podría haber servido, pues como ser mortal y soldado de Roma, tenía una imagen de guerrero con mucha más fuerza que la de un arcángel (San Miguel), ser "celeste", en definitiva. Pero San Jorge era el patrón del reino de Aragón, enemigo en armas de Castilla. Adoptar un símbolo del rival (San Jorge), era a todas luces inconcebible.

 

El momento histórico por el que atravesaba Jaén durante el reinado de la casa de Borgoña no podía permitirse estampas que crearan confusión en este sentido. La imagen del apóstol Santiago importada por Fernando III desde su reino de castilla hubiera podido servir, pero no tenía la identidad suficiente para entronizarse en esas tierras y hubiera podido crear el ánimo de cierta "extranjería" entre los lugareños.

 

San Miguel, sin embargo no resultaba una figura ajena, ya que era un santo también aceptado en el Corán, como ya hemos visto antes. A la población eso le resultaría, sin duda, mucho más fácil de aceptar y asimilar. Por otra parte, reunía las condiciones necesarias: bastaba con sustituir a la serpiente-dragón por infieles o almas del purgatorio. San Miguel, derrotando enemigos sarracenos y protegiendo a las almas cristianas, combatiente y heredero de las más nobles tradiciones del mundo militar romano, aceptado  por moros (mozárabes) y cristianaos, se erigió como icono-fetiche de una ciudad y un reino que buscaba una nueva identidad, acorde con su presente, pero sin desvincularse drásticamente  de su pasado.

 

San Miguel, según es representado en la iglesia ortodoxa.El rey Fernando III el Santo en escultura de la fachada de la Catedral de Jaén

 

 

 

Semejanza entre una imagen bizantina de San Miguel bizantino y la escultura de Fernando III el Santo presidiendo la fachada principal de la catedral de Jaén. Ambos llevan en sus manos la espada, el orbe terrestre y van ataviados con ropajes militares.

 

La primera identidad que tuvo el Arcángel en la iglesia cristiana primitiva y que todavía se conserva en las representaciones de la religión ortodoxa ha estado siempre presente en el inconsciente colectivo de los habitantes de Jaén.  No negamos la posibilidad del hecho casual en la comparación del San Miguel ortodoxo con a escultura de San Fernando en la portada de la catedral de Jaén. Pero el hecho está ahí, prestándose a su interpretación.

 

Sería importante saber qué consideración tenía San Miguel durante el periodo de dominación musulmana, porque de haber sido tenido por sus habitantes como ser principal desde sus creencias mahometanas, su vinculación con Jaén y el Santo Reino estarían un poco mas cerca de poder ser explicadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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