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Ría de Punta Umbría (Huelva)

ESPIONAJE EN HUELVA: OPERACIÓN MINCEMEAT

EL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIÓ

Artículo: Milagros Soler

 

 

1.- EWEN MONTAGU  Y  CHARLES CHOLMONDLEY

       

Durante la Segunda Guerra Mundial, Sicilia se convirtió en un punto de incuestionable valor estratégico. Derrotado el ejército del general Erwin  Rommel y finalizada con éxito la campaña en el Norte de África, los aliados establecieron en esa región distintInsignia del Deutsches Afrikakorps, de la que el general Rommel estuvo al mando.as bases de operaciones. Tenían como objetivo iniciar desde allí la invasión del sur de Italia y avanzar hacia el centro de la Europa ocupada.  El Mediterráneo se consolidó como eje y plataforma de avance para desarticular el dominio nazi en el viejo continente. Los ejércitos enfrentados sabían de esa importancia, por lo que su control se planteó como una cuestión decisiva para los beligerantes.

General E.Rommel, jefe del Africa Korps.

Erwin Rommel, apodado (Wüstenfuchs) o

"El zorro del desierto"

 

 

En la Conferencia de Casablanca (Enero, 1943), Eisenhower y Churchil convinieron que la invasión se llevaría a efecto en el mes de Julio de ese mismo año. El paso desde África a través de las islas era inminente. Las maniobras para la invasión de Sicilia (Operación Husky) tenían que ser minuciosamente estudiadas. La topografía del terreno favorecía a los defensores, por lo que mantener en secreto el lugar del desembarco era fundamental para

Wilhelm Canaris, Jefe de los Servicios Secretos alemanes ( Abwehr)  y amigo personal de Franco. Visitó España en distintas ocasiones.Facilitó conscientemente información falsa  los miembros del partido nazi en reiteradas ocasiones.

Canaris

 

preparar la ofensiva. En la isla, dotaciones italianas y alemanas estaban en alerta permanente ante la posibilidad de ser atacados. Entre los cuerpos de ejército, la Luftwaffe tenía allí una de sus principales bases, desde donde hostigaba las posiciones enemigas en Malta.

 

Por la proximidad de las tropas enemigas y la estrecha vigilancia que existía en la zona, los preparativos no pasarían desapercibidos al alto mando alemán. Desorientarlos sobre ese aspecto se convirtió en la piedra angular de la campaña. Se trataba de urdir una gran mentira que consiguiera engañar a la Abwehr sobre el punto en el que se producirían las primeras incursiones. Había que hacerle creer que la invasión se produciría simultáneamente por Grecia y Cerdeña; en ningún caso por Sicilia, que se presentaba para todos como el punto logístico clave. No parecía una tarea fácil. Sin embargo, dos oficiales ingleses encontraron la solución: Se trataba de Sir Charles Cholmondley y el capitán de corbeta Ewen Montagu, perteneciente a la División de Inteligencia Naval del Almirantazgo del Reino Unido. Sin embargo, según publicó en 2010 el historiador Ben Macintyre, parece ser que la idea primigenia surgió de la mente de Ian

Portada del libro de Ben Macintyre.

 

Fleming (autor del personaje James Bond), reclutado en aquel momento por la Oficina de Inteligencia Naval británica. Éste se basó en la historia de una novela de detectives publicada en la década de los años 30, escrita por Basil Thomson. Por su parte, la BBC2 ha realizado un documental sobre una historia que cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial (http://www.youtube.com/watch?v=QBx3tkVaz40). 

 

Ewen Montagu, cerebro de la Operación Mincemeat

Ewen Montagu

Cholmondley tuvo la idea de enviar información falsa a los alemanes a través de un oficial muerto en combate. Un plan parecido había sido utilizado en Agosto de 1942 en la batalla de Alam Halfa. Se abandonó un cadáver en un coche que había explotado cuando cruzaba un campo de minas. Llevaba consigo un mapa con un plano falso de otros presuntos campos de minas aliados. Al intentar esquivarlos, el general Rommel cayó en la trampa, quedando sus panzers atrapados en la arena del desierto. Otra misión semejante, proyectada en Cádiz, fracasó, descubriendo los alemanes el señuelo. Esta vez había que intentarlo, asegurando el éxito. Montagu sería el encargado de buscar los medios para que la historia resultara creíble. La Operación Mincemeat (Carne Picada), también conocida como Operación Picadillo, había comenzado.

 

2.- LA GRAN MENTIRA

 

Al plantearse la forma de hacer llegar el cuerpo  a los alemanes se barajaron distintas posibilidades. Finalmente se decidió que el Salto en paracaídas desde un avión abatido en vuelo.cadáver tenía que aparecer en el mar, pues teóricamente, de esa forma se facilitaba la seguridad en el desplazamiento del correo, en la medida en que este no habría de cruzar por  territorio enemigo. Se evitaba también que la autopsia revelara datos sobre el tiempo

los dictadores fascistas Adolf Hitler y Francisco Franco, en su encuentro en España.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los dictadores fascistas Hitler y Franco 

 

 transcurrido desde que se produjera el óbito, pudiendo dejar al descubierto indicios que delataran la puesta en escena. Un cuerpo flotando puede tardar días en ser recuperado y su proceso de deterioro es más complejo a la hora de diagnosticar las causas del fallecimiento.

 

Un piloto de la R. A. F. cuyo avión hubiera sido derribado sobre el océano o un paracaidista fallecido en su lanzamiento fueron de las primeras propuestas. Rápidamente quedaron descartadas, ya que no resultaba verosímil que a soldados de esa graduación se les hubieran confiado órdenes de tal envergadura. Tampoco ese recurso restaba peligrosidad al viaje, pues se hubieran visto obligados a sobrevolar territorios ocupados por Alemania. La ficción entonces se organizaría en torno a la creación de un mensajero especial, enviado con ese propósito, pero que encontraría una muerte imprecisa en un accidente aéreo en su viaje entre África y el Reino Unido. Además, su identidad tenía que estar a la altura del mensaje que transportaba, pues como Montagu dijera: Los alemanes no actuarán por meros rumores entre generales.

 

Vista de la ría de Punta Umbría (Huelva), a principios del siglo XX.

Foto antigua de Punta Umbría (Huelva)

 Los vuelos entre Inglaterra y el norte de África eran frecuentes, sobre todo entre oficiales británicos que actuaban como correos de enlace. Esto se sabía en Berlín, por lo que la posibilidad de que uno de ellos hubiese sido derribado por las baterías antiaéreas que vigilaban la costa,  resultaba perfectamente creíble.

 

El último detalle consistía en determinar el lugar donde debía ser encontrado el oficial fallecido. Se pensó en España, por las buenas relaciones existentes entre el régimen fascista de Franco con el de Adolfo Hitler. El gobierno del dictador español había permitido al servicio de inteligencia nazi  establecer redes de información que resultaron de cierta eficacia. La cooperación entre ambos países en este aspecto era pública y notoria.  La costa de Huelva resultaba propicia para que se produjera el hallazgo. Sus pueblos junto al mar tenían pocos pobladores y todos se conocían entre sí. El hallazgo de un extraño, muerto en sus playas, sería de inmediato puesto en conocimiento de las autoridades locales, que a su vez, pasarían la información a sus amigos del K.O.W.  De hecho, ya se habían encontrado otros, consecuencia del enfrentamiento bélico por mar y aire que se estaba produciendo en el Atlántico.

Primer Ministro inglés,Winston Churchill y el general norteamericano Eisenhower (1.943)

Winston Churchill, primer ministro inglés.

 

Adolf Clauss, espía alemán en España durante la Operación "Mincemeat"

Adolf Clauss, espía alemán destacado en Huelva.

 

 

Existía también otro factor determinante. En Huelva se encontraba el espía alemán con más fama y credibilidad en el sur de Europa: Adolf Clauss. Clauss había trabajado en plantaciones de café en la Guinea española y estaba bien relacionado con grupos de extrema derecha en la Península Ibérica. Durante la Guerra Civil se afilió a la Falange Española y participó en las acciones de guerra de la Legión Cóndor. Fue nombrado jefe de la Abwehr en Huelva, ciudad en la que su padre era cónsul de Alemania y tenía contactos con altas personalidades militares del régimen en Madrid.  Fijó su residencia en La Rabita (Huelva). Bajo la apariencia de un técnico agrícola organizó sabotajes en barcos ingleses. Por sus numerosos contactos con las autoridades españolas y alemanas, Montagu sabía que era el personaje ideal para enviarle el señuelo. Si conseguían engañar a Clauss, el éxito de la misión estaría asegurado.

 

La gran mentira ya tenía organizada su infraestructura, pero todavía faltaba terminar de darle forma a los detalles. El primer ministro inglés, Winston Churchill, fue informado del proyecto, que aprobó de forma entusiasta nada más conocerlo.  Pidió la colaboración y el apoyo de Eisenhower, comandante supremo del ejército aliado en África, que obtuvo inmediatamente. Eisenhower, tras la Segunda Guerra Mundial se convertirá en el trigésimo cuarto presidente de los Estados Unidos, visitando España en 1959, hecho que dio legitimidad internacional al régimen franquista, que fuera aliado de Hitler. Una vez aceptado el plan por ambos dirigentes, Ewen Montagú empezó a forjar la personalidad del hombre que nunca existió.

 

3.- LA IDENTIDAD DEL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIÓ

 

Jean Leslie o Pamela, la novia ficticia del ficticio Mayor  William Martin.

  

  En el momento de perfilar la identidad del cadáver se pensó   que fuera la de un capitán  de la Marina Real (Royal Navy) con atribuciones de Mayor. Aún así, existía el riesgo de ser descubierta la estratagema, pues entre los círculos de los Royal Marines los oficiales no eran muy numerosos y se conocían entre ellos.  Entonces se buscó un nombre que fuera frecuente entre los soldados de la Marina Real, eligiéndose el de William Martin, lo que permitiría la duda en la identificación. Incluso la nota de su defunción en la prensa pasaría desapercibida, dado que podría ser confundido con cualquier otro soldado fallecido en el frente que se llamara así. Los Servicios Secretos ingleses estaban convencidos que sus homólogos alemanes no dejarían de investigar ese detalle, ya que sus espías eran especialmente minuciosos examinando la documentación recogida al enemigo.

 

La biografía del personaje creada por Ewen Montagu y aceptada por la Inteligencia Naval Británica dio como resultado el perfil de un oficial de enlace, destinado en la Marina Real y que prestaba su servicio realizando correos de conexión, entre las  tropas de África y Londres. Nacido en 1907 (Cardiff, Gales), encontraría la muerte en un accidente aéreo durante el viaje Gibraltar-Londres, cuando transportaba información de gran importancia para el desarrollo de la guerra en el Mediterráneo. Se cuidaron todos los detalles sobre su familia, personalidad, vida y costumbres. En su equipaje, en su cartera y en sus bolsillos se pusieron cartas de amor con aspecto de haber sido leídas en muchas ocasiones, junto a una fotografía de su novia ficticia, llamada Pamela. El retrato correspondía a una miembro femenina del equipo de Montagu.  Para ella había comprado Martin un anillo de prometida, según podía comprobarse en un recibo en el que constaban su importe en libras esterlinas. Unas entradas al teatro para ver la Strike a New Note en el Teatro Príncipe de Gales de Londres indicaban que había estado con Pamela en la representación el día 22 de Abril,  víspera de su fatal viaje.

 

Equipo responsable de la operación Mincemeat, dirigida por Ewen Montagu.

 

 

En su cuello pusieron una cadena con una cruz de plata y placas de identificación en las que podía leerse: "Mayor Martin, R.M., R/C" cuyo significado era: Mayor Martin, Royal Marine, Roman Catholic. Si las cosas salían como estaban previstas, se garantizaba que fuera enterrado en el cementerio católico de Huelva y no en la colonia inglesa

Objetos hallados en el cuerpo de W. Martin.

 

 de Gibraltar. Así se facilitaban las tareas de investigación  a los espías alemanes, que actuaban libremente en el camposanto onubense, con el beneplácito de las autoridades españolas. También llevaba otra misiva de su padre, algunas llaves, recibos atrasados que explicaran los  movimientos de Martin los días previos a su partida. Además de billetes de autobús, cigarrillos, cerillas... Por los objetos que portaba, podrían deducir que se trataba de un joven algo descuidado en su vida cotidiana, despreocupado de sus cuentas económicas (llevaba un aviso de pago por una deuda con el Lloys Bank) y hábil especialista en organizar maniobras militares anfibias, motivo por el que había sido destinado al frente del norte de África. Así constaba expresamente  en la carta dirigida por Lord Louis Mountbatten, jefe de Operaciones Combinadas  a Andrew Cunningham, Comandante Naval británico en el Mediterráneo. En ella se decía que el mayor William Martin era gran conocedor de las técnicas de desembarco en lanchas. Mountbatten cedía al oficial William Martin para que prestara sus servicios en el desembarco que se avecinaba. Según su propio criterio, Martín hizo un buen trabajo en Dieppe, y el el fracaso de la operación se debió al error de los otros oficiales.

 

4.- SE BUSCA UN CADÁVER

        

Hombre ahogadoElaborada la estrategia y conformado el perfil psicológico y biográfico de William Martin, faltaba encontrar el cuerpo que protagonizara la aventura . No es que faltaran cadáveres en tiempos de guerra, sino que éste habría de adaptarse a las condiciones inventadas para el  ficticio oficial inglés. Tenía que tener una edad determinada y las condiciones físicas de un militar encargado en ese tipo de  misiones. Además, la causa de la muerte sería investigada, tanto por las autoridades españolas como por las alemanas. El motivo de la defunción debería también coincidir con el plan elaborado.

Sir Bernard Spillsbury, patólogo forense que ayudó a Montagu a seleccionar el cadáver

Sir Bernard Spillsbury.

 

  Ewen Montagu consultó con el patólogo forense Sir Bernard Spillsbury, y este a su vez con W. Bantley Purchase, el Jefe del Servicio Forense de Londres al que pertenecía el Hospital Saint Pancrass. Según algunas versiones, en este centro sanitario acababa de fallecer un hombre entre 30 y 34 años que parecía haberse suicidado  en un almacén de la capital, con un producto matarratas. Sus pulmones podrían presentar semejanza con patologías de fallecimientos producidos por inmersión. Sin embargo, parece poco probable que el fallecido por ingesta tóxica fuera el elegido, ya que esa circunstancia podría detectarse en la autopsia. Por otra parte,  algunas fuentes aseguran que la víctima había sido desestimada para alistarse en el ejército, otro dato que lo hacía incompatible con el rango de oficial y que los alemanes habrían descubierto de inmediato.

 

 

Sir Bernard Spillsbury, patólogo forense consultado por Ewen Montagu.

 

Otra teoría afirma que el muerto fue un paciente que sufría de neumonía, con lo que el encharcamiento pulmonar servía para indicar varios días flotando en el agua, con el chaleco salvavidas. Aunque la diferencia entre una muerte y otra podrían establecerse en un estudio exhaustivo, Bernard Spillsbury tranquilizó a Montagu diciéndole:

 

- No tiene nada que temer de una autopsia española; detectar que este joven no ha muerto después de un accidente aéreo en el mar requeriría de un patólogo de mi experiencia, y no existe ninguno en España.

 

Una tercera hipótesis hablaría de un soldado que encontró la muerte en la explosión del portaviones HMS Dasher (8.200

Pasaporte de William Martin >>PULSAR IMAGEN PARA AMPLIAR <<

Falso pasaporte del Mayor William Martin

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 toneladas), hundido el 27 de Marzo de 1943 por los mismos aliados, en un error fatal, que se cobró 379 muertos. La magnitud de la tragedia fue silenciada, tanto por los 149 supervivientes como por las autoridades civiles y militares para no minar la moral de la población ni que el dato fuera utilizado por el enemigo. Montagu contactó entonces con la familia del difunto y solicitó su permiso para utilizar el cuerpo, explicando de serviría a un propósito noble  y que posteriormente sería enterrado con todo cuidado y respeto, pero bajo un nombre falso. La familia consintió, haciendo prometer al jefe del Servicio Secreto inglés, que el nombre verdadero nunca sería revelado. Eso explicaría algunos de los recorridos que los agentes del servicio secreto inglés realizaron por esas fechas.

 

Aceptadas las condiciones, el desconocido fue trasladado a una cámara de conservación frigorífica secreta, en las dependencias  del MI5. Todavía quedaba un asunto por resolver en el caso de William Martin: La fotografía que habría de ponerse en su cartilla militar de identidad. Cuando intentaron hacérsela al verdadero fallecido, el aspecto cadavérico no se podía disimular, ni con trucos de revelado ni con retoques de maquillaje. Circunstancialmente se localizó a un militar con cierto parecido, que una vez caracterizado, posó para el retrato. 

 

 

5.- EL MALETÍN DEL ROYAL MARINE 

 

Avión de la fuerza aérea alemana (Luftwaffe) como los que vigilaban las aguas del Mediterráneo durante 1943.El objetivo de la Operación Micemeat consistía en engañar al mando alemán sobre la forma de invadir Europa desde África. El encargado de transmitir el mensaje de la confusión esperaba su momento depositado en una cápsula mantenida en hielo seco. Ahora había que preparar los documentos que llevaría en su maletín, de forma que no fueran demasiado  evidentes en su propósito, lo que podría resultar sospechoso. Se descartó, por lo tanto, enviar una carpeta con planes  falsos sobre las operaciones militares que presuntamente se preparaban.

 

La idea era convencer al enemigo de que los primeros ataques se producirían simultáneamente en dos puntos: la isla de Cerdeña  y las playas de Kalamata, en Grecia. Hacerlo de una manera directa no parecía ser la forma idónea, así que emplearon una serie de cartas, simulando correspondencia entre altos cargos militares, comentando  detalles de la operación. En ellas, el general Sir Archibald Nye, Viceprimero del Estado Mayor se dirigía al general  Sir Harold Alexander, nombrado en  Agosto de 1942 Comandante en Jefe del ejército aliado en África del Norte y Oriente Medio, bajo las órdenes del general norteamericano Dwight D. Eisenhower. De forma extraoficial, Nye comentaba a Alexander las razones de la desautorización a Eisenhower para realizar operaciones engañosas en las costas de Grecia, ya que le habían sido encomendadas al Mariscal de Campo Sir Henry Wilson. Eisenhower debería seguir la misma estrategia, pero en Sicilia.

 

1Vista aérea de Kalamata, donde presuntamente se produciría el desembarco aliado > PULSAR PARA AMPLIAR < 2Rutas de los aliados hacia Berlín >>PULSAR PARA AMPLIAR IMAGEN <<

PULSAR IMÁGENES PARA AMPLIAR.

1.- Kalamata (Grecia)   2.- Hoja de Ruta para la falsa invasión.

 

1Teniente Jewell junto al periscopio del  submarino "Seraph" 2 General Mark Clark, Captain Fawkes y “Bill” Jewell. 3Capitán Jerauld Wright (U.S.N.) con el teniente “Bill' Jewell (R.N.). Wright llegará  a ser  Comandante Supremo de la OTAN

1.- Jewell y la tripulación del Seraph junto al periscopio. 2.- General Mark Clark, Capitán Fawkes y el teniente Bill Jewell. 3.- J.Wright y Jewell.

 

Seraph a su regreso de Blyth, 28 de Enero de 1943

Submarino HMS Seraph elegido para trasportar el cadáver del Mayor Martin a Huelva.

 

De este mensaje se deducía que Sicilia no era el verdadero objetivo, sino que las fuerzas situadas en la zona tenían como misión desorientar al enemigo sobre los que serían los verdaderos objetivos para entrar en Europa: Kalamata y el cabo Araxos, en el Peloponeso griego, y la isla de Cerdeña. Una vez conquistada Cerdeña, atacarían Sicilia desde el Este y el Oeste, para avanzar,  hacia Berlín. Se puntualiza que las maniobras en la isla de Sicilia serían de distracción para engañar al enemigo. Una segunda carta se introdujo en el equipaje de William Martin. Iba dirigida por Lord Louis Mountbatten, Jefe de Operaciones Combinadas,  al Almirante Andrew Cunningham. Justificaba el viaje de Martin, como una cesión de su personal, para llevar a buen término las maniobras de desembarco que se aproximaban, dado que William era un experto en este tipo de actuaciones, siendo además un hombre de su absoluta confianza.

 

1 General Sir Archibald Nye, comandante del Estado Mayor británico en el Norte de África en 19432 3General  Sir Harold Alexander

1.- General Sir Archibald Nye.  2.- General Alexander Patton y el admirante Kirk  3.- General Sir Harold Alexander

 

 

Mountbatten hace alusiones, con juegos de palabras, a la isla de Cerdeña (sardine y Sardinia en inglés), indicando así el verdadero objetivo de los aliados:

 

- Creo que encontrará en Martin el hombre adecuado - escribía Mountbatten a Nye-. Le ruego no obstante, que cuando termine la batalla nos lo devuelva. Podría aprovechar para traernos unas sardinas. Aquí están racionadas.

 

Esta broma no fue muy del gusto de los británicos, que la calificaron como derrotista y  cargada de mal tono. Las cartas de ambos militares fueron firmadas por ellos mismos, para evitar que pudieran ser descubiertos por la caligrafía, en caso de ser inspeccionado este aspecto por el servicio secreto germano. Todo parecía perfectamente articulado, pero si los servicios secretos alemanes no se creían la historia urdida por el MI5, la situación sería considerablemente peor que si no se hubiera llevado a cabo, pues dejaría al descubierto las verdaderas intenciones de los aliados, con lo que Sicilia sería fortificada y preparada para repeler el ataque. Finalmente, el maletín con los documentos meticulosamente elaborados, fue puesto con una correa de cuero en la cintura de Martin. Desde ella, una cadena lo esposaba a su muñeca. La cartera había sido diseñada para que el agua no deteriorara su contenido. Como punto de humor británico, se introdujo también, entre los documentos, un ejemplar del libro Operaciones secretas en la guerra para que Eisenhower lo prologara.

 

1Lord Louis Mountbatten,hijo del principe de Battenberg y viznieto de la reian Victoria de Inglaterra.Emparentado con las familias reales inglesa y alemana.  2 Detalle de la correa atada a al cintura de William Martin, con cadena para esposar el maletín a su muñeca. 3Momento en el que los oficiales del MI5 encadenan el maletín al cadáver de W.Martin. Del film "El Hombre que nunca existió"

1.-  Louis_Mountbatten  2.- Correa que llevaba el Mayor Martin  3.- Escena de la película El hombre que nunca existió.

 

6.-  WILLIAM MARTIN, EL PASAJERO DEL SERAPH.   

 

Viaje del submarino "Seraph" con el cuerpo de Martin >>PULSAR PARA AMPLIAR IMAGEN <<

Viaje del submarino Seraph.

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El submarino HMS Seraph  fue el elegido para transportar al Mayor Martin hasta las costas onubenses. Estaba al mando el  teniente-comandante  N. A. Jewell, que ya había participado  con éxito en acciones de espionaje y enlace durante el transcurso de la contienda. Entre ellas el desembarco en África del general Mark Clark y el rescate del general francés Giraud. Su botadura se produjo el 16 de Agosto de 1940, siendo heredero de prototipos que participaron en la Primera Guerra Mundial. Su centro de acción fue el Mediterráneo.  La dotación era de 43 marineros y cinco oficiales cuando la operación Mincemeat se llevó a cabo.

El día 19 de Abril de 1943, sobre las 18:00 horas zarpó de la base de Holy Loch con rumbo a la isla de Malta. El cadáver, transportado en coche desde Londres, se había colocado en un recipiente metálico de dos metros de longitud y 60 cm. de ancho, simulando llevar en su interior, según algunas versiones, material óptico. Otras afirman que dijeron a la tripulación que se trataba de instrumental óptico para uso meteorológico.

 

1 El general francés Giraud con sus captores alemanes, antes de ser rescatado por el "Seraph" 2General Henri Giraud (Francia)  Presidente Franklin D. Roosevel (EE.UU.),  General Charles de Gaulle (Francia) y  Primer Ministro  Winston Churchill (Reino Unido).Conferencia de Malta.3 Depósito en el que viajaba el cuerpo de Martin en el submarino Seraph

1.-  Giraud con sus captores alemanes. 2.-  Los principales líderes aliados  3.- Cápsula en la que se transportó el cadáver de William Martin.

 

El día 30 de Abril, aproximadamente a una milla marina de las playas de Huelva, el submarino sale a superficie para terminar su misión. Tuvieron que esperar a que unas barcas de pescadores terminaran de faenar, para no ser vistos. Otro contratiempo estuvo a punto de dar al traste con la operación: Un avión de la R. A. F. bombardeó el navío, confundiéndolo con otro alemán.  Se estudiaron las condiciones meteorológicas y de navegación con el fin de que no fuera detectado por el enemigo. Navegaban de día y durante la noche subían a la superficie. Cuidaron que las corrientes del Estrecho  de Gibraltar depositaran el cuerpo en el lugar previsto.

 

Sobre las 4:30 h. de la madrugada, llegado el momento, y según el horario previsto por Montagu, se dio la orden de subir el catafalco a cubierta. Junto a él solo permanecieron los oficiales a la hora de ser abierto. Jewell  era el único conocedor del secreto, así que antes de proceder a destapar el cuerpo, tomó juramento de silencio  a los allí presentes. Se celebró un breve oficio fúnebre, según tradición en la marina real inglesa. Jewel seleccionó un versículo relacionado con la necesidad de guardar silencio sobre lo que estaba aconteciendo. Después, colocaron el chaleco salvavidas (llamado Mae West con el típico humor británico) y se aseguraron de que el maletín permanecería esposado al mayor Martin. Sólo entonces arrojaron al mar sus restos mortales. Dejaron con él un bote salvavidas de las Fuerzas Aéreas británicas para dar la impresión de que se había producido un accidente de aviación. Observaron durante algún tiempo la trayectoria que seguía el cadáver, ayudándolo con las olas de navegación del submarino a seguir el recorrido deseado. Una vez hechas todas las comprobaciones de seguridad, continuaron su viaje hacia la isla de Malta. Jewell informó a sus superiores enviando el siguiente mensaje: Mincemeat completed.

 

 Submarino "Seraph"

Submarino HMS Seraph elegido para trasportar el cadáver del Mayor Martin a Huelva.

 

7.- EL CAPITÁN INGLÉS.   

 

Aquella misma mañana, varios pescadores descubrieron el cuerpo de William Marín flotando cerca de la playa de Mata Negra. Sería el vecino de Punta Umbría de origen portugués llamado José Antonio Rey María, quien se encargaría de remontarlo hasta la orilla. Junto a él encontró una lancha neumática de la R. A. F. (Royal Air Force), que había dejado horas antes el Seraph. El lugar no parece bien determinado, ya que se habla de las playas de Mata Negra y El Puntil. Algunos testigos de la zona aseguran que el hallazgo se produjo en la playa de Mata Negra, según declararía el propio José Antonio Rey.

José Antonio Rey, pescador lusitano que recogió en su barca el cuerpo de W.MartinEl Portil, en Punta Umbría (Huelva). Aquí fue encontrado el cuerpo del capitán inglés William Martin

José Antonio Rey (Foto: Huelva Información)  y Playa de El Puntil en Punta Humbría (Huelva)

 

José Antonio intentó pedir ayuda a otros pescadores para rescatar el cuerpo, siendo finalmente ayudado por uno de ellos. Mientras uno remaba, el otro se encargaba de sujetar el cadáver, que siempre permaneció dentro del agua atado por varios cabos hasta llegar a la costa. El hallazgo fue puesto inmediatamente en conocimiento de las autoridades locales, que informaron rápidamente a la Comandancia de Marina y desde allí, ordenaron el traslado a Huelva para que el cuerpo fuera analizado. El juez  instructor de la Marina de Huelva, Mariano Pascual del Pobil, se trasladó a la zona para efectuar el levantamiento del cadáver. Se hizo cargo del maletín del capitán inglés y se dispuso a entregárselo a su amigo personal, el  vicecónsul británico Francis Haselden.

 

Haselden, que estaba al corriente de la Operación Mincemeat, rechazó el maletín, pidiéndole a Mariano Pascual que siguiera el trámite ordinario con las pertenencias del ahogado y las entregara a las autoridades españolas. Así lo hizo el juez instructor, facilitando que estas cayeran en manos de los espías alemanes.  La autopsia se realizó en el depósito del cementerio de Nuestra Señora de la Soledad el día 1 de Mayo por el forense titular, Eduardo Fernández del Torno. En su informe concluía que Martín había fallecido aproximadamente entre cinco y diez días atrás.  Señaló el hecho de que no tenía las típicas mordeduras de peces. Familiarizado con este tipo de informes por los efectuados a otros marineros ahogados,  manifestó su extrañeza ante estas anomalías. Sin embargo, los espías alemanes no prestaron atención a estos datos. De haberlos tenido en cuenta, habrían asociado que Martin no pudo estar en el teatro la noche del 22 de Abril, porque en esa fecha llevaría varios días muerto. Por otra parte el servicio de inteligencia español detectó la falta de sincronía entre algunos de los documentos que portaba el cadáver.

 

Tanto Alemania como Inglaterra minusvaloraron los informes que habían emitido las autoridades españolas. De ellos se desprendía claramente que la coartada inventada para William Martin no era posible. Al contrario de lo que pensaron los responsables de los distintos bandos en litigio, la autopsia se hizo con extrema minuciosidad. Entre otras cosas, y como declararía más tarde un familiar del médico encargado de realizarla, porque el muerto iba muy bien vestido y era militar.

 

Sepultura de William Martin en el cementerio de HuelvaAspecto de la tumba de William Martin en el cementerio de Huelva

Fotografías de la tumba de William Martin en el cementerio de Huelva.

Es posible que los alemanes,  como el arrogante patólogo inglés Bernard Spillsbury,  no creyeran en la profesionalidad de un médico español. Esos pequeños detalles, ignorados por petulancia, les impidió descubrir el engaño a los alemanes y con eso, la isla de Sicilia con todas sus consecuencias. Tanto a británicos como a alemanes les hubiera ido bien recordar el proverbio inglés que afirma como por un clavo se pierde una herradura, por una herradura un caballo, por un caballo un general, y por un general, una batalla. Una consideración  tan pedante como la de Spillsbury podría haber resultado muy cara al ejército aliado. Tuvo la inmensa fortuna de que sus enemigos pensaron igual que él. De alguna manera, esa misma presunción de necios benefició a unos y fue letal para otros.

 

Entierro del Mayor William Martin en la película "El hombre que nunca existió"

Entierro de William Martín recreado en la película El hombre que nunca existió.

 

Es probable que los miembros de la Abwehr estuvieran más interesados en el contenido de los documentos que en el cuerpo del mensajero. Pero precisamente en el cuerpo estaba la clave del engaño. Adolf Clauss fotografió, parece ser que con una Leika dotada de lentes especiales,  las cartas de Martin. Pudo hacerlo en la misma Comandancia de Marina en Huelva, ya que su responsable en aquel momento mantenía estrecha relación de amistad con su padre, el cónsul alemán. La información  le fue remitida a Gustav Leissner, Jefe de los Servicios Secretos germanos en España, aunque Clauss parece ser que también  los envió  por su cuenta directamente a Berlín. Cuando Haselden recibió el cuerpo del capitán Martin, organizó su entierro el día 2 de Mayo, rindiéndole todos los honores militares. Encargó la ceremonia a la agencia Morris & Haselden y una lápida a la Casa López de Huelva, procurando que no faltara ningún detalle al evento, incluida una corona de flores enviada por su prometida, Pamela y también de su familia. Sobre su sepultura podía leerse:

 

WILLIAM MARTIN

 BORN 29TH MARCH 1907

 DIED 24TH APRIL 1943

BELOVED SON OF JOHN

GLYNDWYR  MARTIN  AND THE

 LATE ANTONIA MARTIN OF

 CARDIFF, WALES

DULCE ET DECORUM PRO PATRIAM MORI

R. I. P.

GLYNDWR MICHAEL

SERVED AS MAYOR

 WILLIAM MARTIN, R.M.

 

Aspecto del cadáver que adoptó la identidad de William Martin >>PULSAR PARA AMPLIAR IMAGEN <<

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En el mes de Junio, el periódico The Times publica, en su lista diaria de los caídos en el frente, el nombre de William Martin. El Almirantazgo  hace lo mismo, vinculándolo a la muerte de otros dos  oficiales realmente fallecidos en un vuelo  sobre el mar. Estaban seguros de que los servicios secretos alemanes permanecían atentos a ese detalle.

 

8.- LA INTELIGENCIA FASCISTA  

 

Cuando la Abwehr tuvo conocimiento de lo sucedido, movilizó sus influencias en España para recoger todos los pormenores del suceso. El Vicecónsul inglés había sido informado de la localización del cuerpo de William, pero se le ocultó que fuera portador de un maletín. Para dar mayor veracidad a toda la historia, el 4 de Mayo el Servicio Secreto Naval inglés dirige desde Londres un mensaje confidencial y urgente a Sir Samuel Hoare, embajador del Reino Unido en España en una clave secreta de bajo nivel. En él se le insta a que envíe a Inglaterra, con absoluta prioridad, los documentos de Martin, por ser estos de alto secreto y gran trascendencia.  Le pide que eleve al gobierno español una petición formal para que le sean devueltos, con la máxima inmediatez posible, los papeles originales.

Karl Döenitz, Gran Almirante de la Marina alemana, designado por Hitler como su sucesor.

Karl_Doenitz, designado Reichspräsident por Adolfo Hitler.

 

General George Smith Patton y su perro.

El general Patton y su perro.

  

Los documentos en cuestión habían sido entregados al comandante general  Ramón Agecino Armas del Departamento Marítimo de Cádiz, que a su vez los reportó al vicealmirante Alfonso Arriaga, Jefe del Estado Mayor de la Marina española. Arriaga se puso en contacto con el agregado naval en Madrid, capitán de navío Wilhelm Lenz para entregarle la cartera, llagando así hasta la embajada alemana, que radiará su contenido a Berlín. Mientras se estudiaban y fotografiaban, Arriaga contesta con evasivas a la petición del embajador británico. Cuando por fin, el día 13 de Mayo son entregados a la Embajada, se remiten inmediatamente a Londres, donde comprueban que las cartas han sido abiertas y vuelto a cerrar.

 

Era evidente que estaban manipuladas. Montagu supo que el contenido había llegado a su destino; ahora la cuestión  era averiguar si los alemanes se habían tragado el anzuelo. No obstante, para comunicar el final de la operación,  Montagu mandó un mensaje cifrado a Winston Churchill, en ese momento en viaje oficial a Estados Unidos, con el texto: Mincemeat swallowed whole  ( Carne-picada tragada entera). Aunque todavía no podían saberlo, la misión había resultado un éxito absoluto.

 

Al terminar la Guerra, investigando los archivos secretos de la Kriegsmarine, encontrados en la ciudad de Tambach (Alemania), pudo comprobarse que las cartas de Martin se dieron por verdaderas, apenas catorce días después de descubrir el cadáver.  El oficial inglés que estudió los documentos llegó a pensar que William Martin había sido un espía al servicio de Reich, cuando encontró las copias fotográficas de las cartas que fueron enviadas al almirante Karl Döenitz, militar alemán designado por Hitler como su sucesor, bajo la denominación de Reichspräsident. Es posible que junto a los documentos,  también les fuera enviado el cuerpo del capitán Martin, aunque de esta afirmación no se tiene prueba alguna.

 

 

Döenitz desempeñó el cargo de Reichspräsident desde el 30 de Abril y el 23 de Mayo de 1945. Al terminar la guerra fue procesado en Nuremberg acusado de crímenes de guerra, pero consiguió escapar de la pena de muerte. Como contó con la absoluta confianza de Hitler, estuvo informado de todos los detalles del hallazgo del cuerpo de William Martin ( Mincemeat ) Dejó reflejado en sus diarios de guerra:

- El  Führer  no está de acuerdo con la idea del Duce de que el punto más probable de la invasión sea Sicilia. Según su opinión, los documentos anglosajones encontrados en España confirman que el desembarco se producirá en la isla de Cerdeña y el Peloponeso.

 

 Por su parte, Hitler emitió una orden  el día 12 de Mayo de 1943 en los siguientes términos:

- ...en  lo concerniente a las medidas en Córcega y el Peloponeso, tienen prioridad sobre todas las demás.

 

 

El alto mando alemán determinó el envío desde Sicilia a Grecia (Kalamata y Cabo Aroxos)  de varias divisiones acorazadas. Una de panzers se desplazó desde Francia y otras, destinadas al Frente del Este en un momento decisivo (Kurch), fueron dirigidas hacia los Balcanes. También la flota de dragaminas puso rumbo al Egeo, dejando indefensa la isla. Lo mismo sucedió con las baterías antiaéreas de la zona. Córcega y Cerdeña fueron fortificadas dejando Sicilia totalmente desguarecida. El desembarco (Operación Husky) tuvo lugar el día 10 de Julio de 1943. A pesar de la evidencia, el Fünher seguía manteniendo que se trataba de una estrategia de despiste, enviando al mariscal Erwin Rommel a la ciudad de Atenas, al mando de todo el dispositivo alemán movilizado.

 

Invasión de Sicilia por las tropas aliadas. Bombardeos  Desembarco de los marines norteamericanos en Sicilia Desembarco de los marines norteamericanos en Sicilia

Distintos momentos del desembarco en la isla de Sicilia por las tropas aliadas.

 

Mapa estratégico sobre la invasión de Sicilia..

PULSAR IMAGEN PARA AMPLIAR.

 

La invasión de Sicilia se produjo desde el sur, estando todas  las defensas germanas orientadas hacia el norte.  Los aliados sorprendieron a italianos y alemanes, que mantenían centrada su atención en Cerdeña. Los italianos se vieron obligados a replegarse rápidamente hacia Messina. El día 17 de Agosto, el general Patton del Séptimo Ejército y el mariscal de campo Montgomery del Octavo Ejército, habían tomado la isla. El coste de vidas humanas se redujo en ambos frentes, gracias al éxito de la operación Mincemeat. Lamentablemente no ocurrirá lo mismo, meses más tarde en el desembarco de Normandía ( Francia, 6 de Julio de 1944) en la que participaron muchos soldados de los que estuvieron en la batalla de Sicilia.

 

9.- EPÍLOGO

 

La Operación Mincemeat se mantuvo en secreto hasta bastante tiempo después de terminada la Segunda Guerra Mundial, por loPortada del libro de Ewen Montagu, "El hombre que nunca existió". que los ingleses nunca supieron de la importancia que tuvo para conseguir la victoria final. Montagu en la camioneta que trasportó el cadáver de Martin al submarino SeraphEn los archivos de la Marina de Guerra alemana se encontraron documentos que hablaban sobre la filtración de información del Mayor William Martin. Eso tenía también una segunda lectura: la seguridad del Servicio de Inteligencia británico había fallado.

 

 Sin embargo, nada se desmintió. Todo quedó al descubierto cuando Winston Churchill lo comenta en una reunión con sus ministros, jactándose de la idea. Esta indiscreción fue aprovechada por Alfred Duff Cooper, que en 1950 escribiría el libro Operación Desengaño.  Entonces, el Primer Ministro inglés encargó a Montagu que relatara la verdadera historia de William Martin. Esta fue publicada por entregas en el periódico Sunday Express con el título  The man who never was (El hombre que nunca existió), obteniendo un eco popular sin precedentes.

 

Fue tal su impacto en la sociedad inglesa que se convirtió en un éxito de ventas, dando lugar a que se hiciera una película con el mismo título, protagonizada por el actor  Clifton Webb. Desde que la historia del capitán William Martin salió a la luz se ha especulado mucho sobre cual sería la verdadera identidad del cuerpo que jugó tan importante papel.  Ewen Montagu mantuvo la promesa que hizo a la familia del fallecido. Sólo en 1977 reveló:Ewen Montagu, capitán de corbeta que dirigió la operación "Micenmeat"

- Fue un poquito holgazán (...) la única cosa realmente importante que hizo en su vida fue después de su muerte.

 

Ewen Montagu recibió la condecoración de la Orden del Imperio Británico por su participación en le Operación Mincemeat. En 1953 escribió su famosa obra. Cuando William Martín recibió sepultura en el cementerio de Huelva, miembros de la embajada y el consulado ingles visitaba con asiduidad su tumba, en la que nunca han faltado flores. Cuando se descubrió el misterio de quien era la persona que las colocaba fielmente, se supo que se trataba de Isabel Naylor, hija de un empleado de la empresa minera Rio Tinto Company, que siguió la tradición que le inculcara su padre cuando apenas contaba con 14 años de edad. La reina Isabel II la condecoró por su fidelidad al soldado desconocido.

 

10.- DOCUMENTALES SOBRE EL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIÓ.  

EL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIÓ.

Los Reporteros. Octubre, 1993.

http://www.youtube.com/watch?v=ZTO7v70Z_wE&feature=related

 

José Antonio Rey María, vecino de Punta Humbría que recogió el cadáver del supuesto Mayor William Martin.

EL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIÓ.

BBC2 - 2010

http://www.youtube.com/watch?v=QBx3tkVaz40

 

EL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIÓ.

Secretos de la IIGM.

http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&v=9QDEL64mDv4&NR=1

 

 

 

ARTÍCULO PUBLICADO EN "EL PAÍS" (fragmento)   


Papeles desclasificados.

En 1953, el Comité Conjunto de Inteligencia británico, ante el riesgo de que apareciesen informaciones periodísticas fuera de su control, encarga a Montagu que escriba la versión oficial de la Operación Mincemeat. El libro se convierte en un éxito de ventas e incluso da lugar a una película, El hombre que nunca existió, protagonizada por Clifton Webb.
Cuando en 1993, transcurridos los 50 años de secreto oficial, se desclasifica la mayor parte de los documentos de la operación guardados en la Public Record Office de la ciudad inglesa de Kew, la decepción de los investigadores es enorme al descubrir que ninguno revela la identidad del mayor Martin. Sin embargo, en 1996, un funcionario local, Roger Morgan, descubre unos papeles recién desclasificados donde se identifica el cadáver con el nombre de Glyndwr Michael. un mendigo nacido en Gales y muerto por suicidio con matarratas. Los periódicos se hacen eco del secreto finalmente desvelado tras cinco décadas de persistente misterio, y el Gobierno británico, apenas dos años después, encarga que se grabe ese nombre en la lápida de Huelva. Todo muy rápido. Demasiado rápido, según algunos, para ser convincente.
Jesús Ramírez Copeiro, ingeniero de minas retirado y residente en la localidad onubense de Valverde del Camino, lleva arios estudiando, con el apoyo entusiasta de su esposa, la noruega Elin von Muthe, la Operación Mincemeat. Juntos han pasado meses enteros en archivos británicos y españoles, y el mismo publicó hace ocho años un fascinante libro, titulado Espías y neutrales. Huelva en la II Guerra Mundial, donde recoge el resultado de sus pesquisas. Desde la autoridad que le otorga el ser quizá el mayor experto mundial en este asunto, Copeiro es concluyente: el cadáver no podía ser el de un mendigo suicidado con matarratas. Hubiera sido demasiado burdo y demasiado fácil de detectar por los alemanes.
El doctor Luis Concheiro, catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Santiago y uno de los mas eminentes forenses españoles, también se ha sentido atraído desde hace tiempo por los pormenores de esta operación. Concheiro disculpa a su colega onubense de la época diciendo que "hubiera sido fácil que confundiese el aspecto de un pulmón afectado por neumonía con los pulmones de un sumergido, pues si el análisis microscópico necesario para distinguirlos no se hace de forma rutinaria ni en la actualidad, mucho menos en 1943".
Los especialistas no hacen si no plantear unas dudas sobre la versión oficial que ya subieron de tono hace unos años, cuando otro concienzudo investigador del caso, el inglés Colin Gibbon, consiguió entrevistar al que entonces era uno de los últimos testigos vivos de la operación, el hombre que vio el cadáver antes de depositarlo en el agua: Norman Jewell, ex comandante del Seraph. Jewell -fallecido el pasado verano- fue bastante explícito: era muy improbable, dijo, que el cuerpo de un mendigo suicidado con veneno hubiera sido utilizado en la operación.
Pero, entonces, ¿por que tanto misterio?

Las piezas comienzan a encajar.
John Steele era solo un niño cuando el 27 de marzo de 1943 vio cómo frente a su pueblo, ubicado en el estuario del Clyde, en el noroeste de Escocia, un enorme barco explotaba y se hundía en un suspiro. Aquella imagen le obsesionó durante toda su vida, y cuando le llegó la jubilación se dedicó a investigar el que es uno de los episodios mas tr´<gicos y oscuros de la historia naval inglesa: el hundimiento del que se fue a pique en sólo 18 minutos tras sufrir una explosión fortuita a bordo. Murieron 379 marinos, pero por alguna razón el Gobierno británico se limitó a enviar un telegrama a las familias y sólo enterró oficialmente 12 cuerpos. Ante la lluvia de reclamaciones, la respuesta fue "alto secreto". Nunca se entregaron los cientos de cadáveres restantes ni se dieron mas explicaciones.
Cuando Steele publicó en 1995 la primera edición de su libro Los secretos del HMS Dasher todavía no había establecido relación alguna entre ese suceso y la Operación Mincemeat ni sabía que un tenaz ingeniero de minas de un pueblo del sur de España seguía concienzudamente los pasos del mayor Martin. Sus investigaciones causaron cierto revuelo, y, curiosamente, pocos meses después apareció el papel mágico en los archivos oficiales con el nombre del mendigo suicidado.
Estos tres hombres, Steele, Gibbon y Copeiro, entran finalmente en contacto, y, tras varias reuniones en Huelva y Escocia, las piezas del puzzle comienzan finalmente a encajar. Buceando en la documentación desclasificada, reparan en que Montagu se reunió con el comandante del submarino en Londres para comunicarle los pormenores de la operación el 31 de marzo de 1943, esto es, cuatro días después de haberse hundido el Dasher. En ese encuentro se le ordena que lleve el Seraph, que estaba atracado en la base de Blyth, al noreste de Inglaterra, hasta la de Holy Loch, en el noroeste de Escocia... y a sólo 18 millas del punto donde acababan de morir, la mayor parte ahogadas, casi 400 personas.

Montagu, en su libro, dice que trasladaron el cadáver desde Londres a Holy Loch conduciendo sin parar durante horas en una furgoneta. Pero si el submarino ya estaba atracado en Blyth, mucho mas cerca de la capital, ¿por que hacerle navegar cientos de minas hasta el noroeste de Escocia en plena guerra y en un mar lleno de peligros? "Pues la respuesta", concluye Copeiro, "es que se utilizó uno de los cuerpos de los fallecidos en el hundimiento del Dasher".
Todos los investigadores piensan lo mismo. Solo así se explicaría la convicción de Hitler. Porque, por otra parte, también están convencidos de que los alemanes hicieron su propia autopsia. El hijo de Adolf Clauss, Federico, que reside en un pueblo sevillano, también lo cree. "Mi padre", cuenta, "me dijo que se llevaron el cuerpo poco después del entierro, que lo metieron en un submarino alemán que se acercó en secreto a la costa y se lo llevaron a analizar a Alemania". "Estoy convencido", añade, por su parte, el doctor Concheiro, "que un patólogo alemán, en una segunda autopsia, habría realizado el análisis histológico de los pulmones y, por tanto, descubierto el engaño".
¿Está, pues, la tumba del cementerio de Nuestra Señora de la Soledad vacía? "Es posible", opina Copeiro. Pero por ahora es difícil que lo sepamos porque la voluntad de ocultamiento persiste. El ingeniero español lo sabe bien. Cuando en 1993 quiso acceder, tras su desclasificación, a uno de los últimos y más secretos documentos de la Operación Mincemeat, el CAB 93/7, le negaron el acceso porque había pasado a situación de "préstamo permanente" (permanent loan).
Al interesarse por el destino del préstamo, la respuesta le dejó estupefacto: el 10 de Downing Street, la residencia del primer ministro. Allí escribió solicitar una copia. Hasta la fecha no ha obtenido respuesta.

 

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