LA GUERRA CIVIL EN ALMERÍA por Milagros Soler
1.- PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA EN ALMERÍA 3.- EL GOLPE DEL GENERAL CASADO
1.- PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA EN ALMERÍA
Durante las primeras décadas del siglo XX, la prosperidad económica en la provincia de Almería inició un proceso de recesión motivado, en buena parte, por la crisis de sectores tan importantes como la exportación de minerales y la explotación del cultivo de la uva.
La llegada de la nueva República suscitó ilusiones y esperanzas entre trabajadores y campesinos, que vieron en las reformas de modernización emprendidas por el gobierno, un atisbo de mejoras en el futuro.
Sin embargo, estas actuaciones innovadoras que se proyectaban desde el poder, tuvieron que enfrentarse a dos posicionamientos ideológicos totalmente encontrados. Por una parte, los sectores mas conservadores, encarnados en la iglesia, el ejercito y la burguesía tradicional, consolidada en la impunidad y el caciquismo. Por otra, las corrientes progresistas que emanaban del marxismo o del internacionalismo obrero de los grupos anarquistas.
Desaparecidos los partidos monárquicos, en las elecciones a Cortes Constituyentes convocadas para el día 3 de Junio de 1931, rivalizaban por alcanzar el poder diferentes partidos republicanos de distintas ideologías. Los socialistas desvincularon sus candidaturas de aquellos que todavía albergaban en sus filas elementos del antiguo régimen derrocado.
El Partido Republicano Radical Socialista obtuvo buenos resultados electorales, pero la gestión del Ayuntamiento de Almería dará lugar a enfrentamientos y divisiones entre ellos, quedando finalmente dividido en tres grupos.
La derecha obtuvo un diputado: Rogelio Pérez Burgos.
Mientras la izquierda, desgastada por el ejercicio del poder en momentos tan conflictivos se dividía, la derecha protagonizaba el proceso inverso. Desde la organización “Acción Nacional” se reagrupan y organizan. Pasarán a llamarse “Acción Popular”, fundada por Herrera Oria. Tuvo como figura emblemática a José María Gil Robles que había participado en la dictadura del general Miguel Primo de Rivera y colaborado con José Calvo Sotelo. Gil Robles es también elegido diputado y creará la “Confederación Española de Derechas Autónomas (C. E. D. A.) Formará parte de la comisión legislativa de las Cortes Constituyentes redactora. Desde este posicionamiento se opuso a la política religiosa (laicidad, modernización de las escuelas, etc.) de los grupos progresistas parlamentarios. Nunca se mostró antirrepublicano, aunque manifestaba su simpatía por los grupos radicales conservadores y el militarismo como forma de gobierno.
Otros miembros destacados de A.P. en Almería fueron Lorenzo Gallardo Gallardo, José López Quesada y Rafael Calatrava Ros, entre otros. Con participación mucho menos importante, otros partidos derechistas en Almería fueron Comunión Tradicionalista (monárquicos radicales), Falange Española y el Partido Agrario.
Estos
grupos derechistas se expandieron con mucha rapidez, lo mismo
que sucedió con los seguidores de la UGT y el PSOE, de
tendencias mas aburguesadas y objetivos moderados. Comunistas y
anarquistas vivieron avances más lentos, siendo los que
encabezaban los movimientos populares de mayor trascendencia
social y revolucionaria. La Confederación Nacional del Trabajo
(CNT) dejó de participar en las llamadas Casas del Pueblo, dada
las dificultades de consen
El triunfo del Frente Popular consiguió la representación de la provincia con los diputados Gabriel Pradal y Benigno Ferrer (PSOE), Augusto Barcia Tréllez y Juan Company (IR) y Alvaro Pascual (UR) En el caso de Barcia, los sindicatos y los partidos obreros tuvieron serios enfrentamientos para otorgarle su confianza en la investidura, ya que este había colaborado con instituciones monárquicas además de haber tenido una participación protagonista en las actuaciones represoras de los caciques de Vera. Tampoco se había olvidado el pacto con los seguidores de Lerroux (1933). Abogado asturiano, fue diputado por el Partido Reformista hasta que se afilió a Izquierda Republicana de Manuel Azaña. Fue nombrado Ministro de Estado en sucesivas legislaturas y será Ministro de Hacienda en el gobierno del destierro, tras el derrocamiento de la II República. Francmasón, Gran Maestro del Gran Oriente de España y Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo, murió en el exilio.
La C. E. D. A. consiguió acta para los diputados Lorenzo Gallardo Gallardo y Luis Giménez Canga-Argüelles.
La derecha española nunca llegó a aceptar
el resultado de las urnas, lo que contribuyó a que sus
dirigentes se decidieran a apoyar las conspiraciones militares ant
El Partido Socialista Obrero Español presentó entre sus candidatos a Gabriel Pradal Gómez, arquitecto de familia acomodada que escribía artículos de denuncia social en la prensa nacional. Nacido en Almería en el año 1911, en 1919 se afilia al partido, entablando una relación especial con Pablo Iglesias. Cuando detecta la reorganización de los elementos derechistas, dirige varios llamamientos a las juventudes liberales para que se movilicen ante el avance del fascismo. Solía firmar con el nombre de “Pericles García”. Fue elegido como diputado por la provincia de Almería preocupándose de que esta se incorporara al tren del progreso con el que soñaban los republicanos de izquierdas. Murió en el exilio.
Formó parte de los organizadores del Comité Central Antifascista en Almería en el mes de Julio de 1936, órgano de poder paralelo al Gobierno. Estaba formado por delegados de todas las organizaciones sindicales y políticas. Fue elegido presidente del mismo el también socialista Cayetano Martínez Artés (Alhama de Almería, 1900 - 1939). Este Comité tenía como objetivo controlar los altercados que la declaración de Estado de Guerra pudieran provocar. Cayetano Martínez fue apresado y fusilado al final de la contienda, a pesar de que intentó mediar en actos de represión contra grupos de derechas. La llegada del "Lepanto" con órdenes precisas de Madrid y la del grupo "Los Panchos" , enviados desde Málaga, neutralizaron su cometido. Sería el gobernador Gabriel Morón el que conseguiría, con la ayuda de los tribunales, imponer el orden que Cayetano Martínez no pudo conseguir. El hecho de haber abogado en defensa de presos antigubernamentales, estos no prestaron testimonio en el juicio sumarísimo que presidió XXX
Según informa Eusebio Rodríguez Padilla,
el primer Comité Central Antifascista estuvo compuesto por
Cayetano Martínez Artés, Ramón García Ramírez de Arellano y
Benito Vizcaíno Vita ( PSOE); Pedro Pérez Castillo y Manuel
Alférez Samper (UGT) ; José Torres García y Juan García Maturana
(PCE), por el PCE; Juan del Águila Aguilera y Juan Fernández
Villegas y otro miembro, cuyo nombre no consta ( CNT-FAI y JJLL)
y Ángel Aguilera Gómez (
El socialista cordobés Gabriel Morón Díaz , gobernador de Almería (Noviembre,1936 - Junio,1937) intentó terminar con el poder de los comités y las partidas milicianas, para fortalecer el poder del gobierno central, siguiendo las directrices dadas por Largo Caballero. Esto provocó el serias disputas entre sus miembros. Cuando intentó sustituir los comités, en los que había representación de todas las fuerzas populares de los municipios, por las corporaciones locales, en las que iglesia y terratenientes tenían mayor influencia, se encontró con la fuerte oposición de los anarquistas de la CNT -FAI. No obstante, consiguió su objetivo antes de terminar su mandato, devolviendo el poder al Estado y poniendo fin a la etapa de descontrol existente cuando asumió la gobernación y en la que se produjo mayoría de los actos de represalia que se llevarían a cabo a lo largo de la guerra.
Le sucedió en el cargo el comunista Vicente Talens Inglá (Julio,1937 - Abril,1938) , que preocupado por continuar organizando la retaguardia republicana almeriense y proteger a la población de los constantes bombardeos de la aviación nacionalista, inició la construcción de los refugios antiaéreos en la capital, apoyado por el Partido Comunista. También potenció el desarrollo del la Quinta Columna en la provincia. Eustaquio Cañas Espinosa, sucesor de Talens y de origen vasco, emprendió una serie de actuaciones de orden público cuyo objetivo era reprimir las acciones anti-republicanas en la zona. En Noviembre de 1938 fue nombrado gobernador Salvador Sánchez Hernández, perteneciente a la UGT y dirigente del Sindicato Nacional Ferroviario de Valencia
En Málaga la sublevación del general Patxot había fracasado. En Almería, el Batallón de Ametralladoras número 2, mandado por el general Juan Huerta Topete y el jefe de carabineros Toribio Crespo no se decidían a unirse a los militares rebeldes. Esta situación de incertidumbre será decisiva a la hora de que la capital, y con ella toda la provincia, pudiera mantenerse fiel al gobierno constitucional republicano.
El día 19 de Julio las autoridades almerienses reciben ordenes desde Madrid de repartir armas entre civiles y milicianos. Por su parte, los militares golpistas presionan para que Huerta Topete se una al alzamiento, pero este mantiene su negativa. El día 20, y a pesar de haber sido tomada también Granada por las tropas fascistas, sigue sin declarar el Estado de Guerra. El día 21 de Julio fue detenido el coronel constitucionalista Isaac Llopis por el coronel sedicioso Toribio Crespo. Huerta Topete resuelve finalmente declarar el Estado de Guerra. El 21 de Julio de 1936 el teniente en la capital de Almería, coronel Juan Huerta Topete, al mando del Batallón de Ametralladoras nº 2 declaró el estado de guerra. Se unieron al levantamiento militar grupos de carabineros, algunos guardias civiles y una treintena de civiles de ideología fascista. Poblaciones como Alhama, Sorbas, Cuevas de Almanzaroa y Berja siguieron su ejemplo.
Desde primeras horas de la
madrugada, el Batallón de Ametralladoras del que estaba al
mando, guardias civiles y carabineros toman las calles de la
capital ocupando posiciones en lugares estratégicos para
las comunicaciones, como los edi
En el Gobierno Civil les esperan milicianos y guardias de asalto fieles a la República, que poco hubieran podido resistir sin la providencial llegada de un centenar de soldados fugitivos de la base aérea de Armilla en Granada y la decisiva intervención del "Lepanto", situado frente al puerto de Almería. Su capitán, Valentín Fuentes expresó su voluntad de bombardear la ciudad si los antigubernamentales no deponían las armas. Huerta Topete se rindió sin condiciones, quedando la capital bajo el control del gobierno central.
En el fracaso de la insurrección golpista jugaron un papel decisivo el gobernador civil, Juan Peinado, junto a los socialistas Rafael García, Gabriel Pardal y Francisco Vizcaíno. Otros republicanos, cuyas acciones contribuyeron a este éxito fueron, Francisco Barrilado, Hernández Cerrá y Burgos Seguí así como la del comunista Adrián Romero.
La falta de coordinación, de decisión y de unidad entre las fuerzas conservadoras y la rápida reacción de las milicias populares decidieron la suerte de la capital almeriense. El mismo día 21 quedó controlada la situación, y reducidos los núcleos rebeldes de la mayoría de los pueblos de la provincia.
Casi la totalidad de las acciones represivas que se producirían a lo largo de la guerra se produjeron en este momento. La resistencia a los avances de las tropas franquista se convirtió en el objetivo principal del Frente Popular. Sin embargo, la supervivencia cotidiana minaba la moral de los resistentes. Algunos testigos declararon que en Almería nunca escaseó la comida, pero que la falta de dinero impedía que esta llegara a la población. Los almacenes contaban con abastecimiento, pero nunca se emprendió una acción socializadora que permitiera que llegaran a los ciudadanos. Solamente al final de la contienda, la llegada de refugiados agudizaría el problema de la escasez.
Así como los carabineros se manifestaron leales al poder constitucional, la guardia civil mantuvo durante esos primeros días una actitud que puso en guardia a las milicias republicanas. Una de las compañías que tenía su sede en Cuevas de Almanzora (Almería), perteneciente al Octavo Tercio regido desde Granada, se negaron con pretextos a facilitar la ayuda necesaria para combatir a los insulgentes pedida desde Gobernación.
Acorazado republicano "Lepanto". Participó en los bombardeos de Málaga, donde un proyectil lo hizo encallar. Se refugiará en Almería, donde fue alcanzado por otras tres bombas. Tuvo que ser remolcado a Cartagena, donde sufrió una explosión interna que causo mas de trescientos muertos y su definitiva destrucción.
1.- Marineros del acorazado "Jaime I", haciendo el saludo oficial de la Armada republicana. 2.- La fotógrafa alemana Gerda Taro en el "Jaime I", atracado en Almería (1.937). Foto atribuida a Robert Capa.
Los acuartelamientos pertenecientes a la Línea de Sorbas (puesto de Los Gallardos) bajo las ordenes de Domingo Sánchez Quevedo y los de la Línea de Vera (puesto de Garrucha) mandados por el teniente Juan Aliaga Rodríguez, se concentraron el el pueblo de Vera siguiendo las ordenes del capitán de la Guardia Civil Pascual Morales. De allí pasaron a Cuevas de Almanzora, donde se unieron los de Los Lobos, Pulpí y Herrerías. Esa estrategia de reagrupamientos se produjo en también en otras regiones de la provincia.
Aunque alegaban que se debía a motivos de seguridad de los propios guardias civiles, la población desconfiaba de tales maniobras. El día 21 de Julio, y ante la amenaza de ser atacados por los milicianos, empezaron a desarmar a estos. Se encargaron de esa misión los de Cuevas de Almanzora (22 de Julio) en las demarcaciones de Vera, Aguilas y Turre
Cuando en la capital la sublevación fue sofocada, Pascual Morales intentó legitimizar su posicionamiento alegando que el poder ya no estaba en manos del gobierno central, sino en el de los comités locales. Solo bajo la amenaza de ser bombardeados por el avión del teniente José Hellín pudieron ser controlados y neutralizadas sus maniobras de sublevación.
La represalias contra los golpistas no se hicieron esperar. Comenzaron las detenciones, el desmantelamiento de iglesias y todos aquellos núcleos de poder que tuvieran que ver con los seguidores de los militares antirepublicanos y los grupos tradicionales de derechas. La responsabilidad del orden público y de las prisiones recayó sobre el anarquista Juan del Águila.
Desde el recientemente creado Comité Central Antifascista se pretendió controlar el avance que pudiera producirse desde Granada. Aunque consiguieron algunos triunfos, no se pudo llegar a tomar esa ciudad. En Vera se creó el "Comité del Frente Popular" y en Los Gallardos el "Comité Antifascista del Frente Popular".
Se crearon algunas colectividades (Antas, Mojácar y Vera) y se expropiaron algunas tierras, si bien estas medidas apenas tuvieron repercusión en el proceso revolucionario ya que durante la primera etapa de la república se habían realizado algunas acciones al respecto.
El Gobierno Civil , cuyo máximo representante era Juan Peinado Vallejo, apenas tenía capacidad de decisión frente a los distintos comités locales que se habían ido organizando por milicianos y trabajadores. Largo Caballero intentó devolver el poder a las autoridades políticas civiles nombrando como nuevo gobernador civil a Gabriel Morón Díaz. Una de las primeras medidas fue acabar con la Delegación de Presos controlada por los anarquistas, organizando el Consejo Provincial de Seguridad.
En Almería, más que
inquietudes revolucionarias se produjo un sentimiento
antifascista y de fidelidad a la República, como régimen legal
constituido. Seguramente por eso, cuando Gabriel Morón
estableció una política de protec
La vertebración del gobierno
republicano empieza a consolidarse con la creación de los
Consejos Provinciales. Gabriel Morón fue designado para ocupar
la presidencia del Consejo Provincial de Almería. Los Consejos
Municipales tuvieron como mandatarios a miembros de la
UGT, el PSOE o la CNT. En el Consejo Provincial los anarquistas
quedaron fuera, teniendo solo representación marxistas del
Partido Comunista, el sindicato UGT y el PSOE.
Los Consejos Municipales tuvieron que enfrentarse a problemas económicos, de orden y sobre todo de articulación y consenso entre las distintas fuerzas sociales que los sustentaban. El abastecimiento de productos de primera necesidad para mantener a la población fue uno de los que más problemas llegaron a plantear, dado que en algunos lugares el patrón monetario que facilitaba el intercambio había desaparecido totalmente. La población campesina contribuyó a paliar el problema. No obstante, las cartillas de racionamiento hicieron pronto su aparición. A diferencia de otros puntos de la geografía andaluza y española, en la provincia apenas se llevaron a cabo reformas sociales revolucionarias.
3.- EL GOLPE DEL GENERAL CASADO Y LA TRAGEDIA FINAL
En Almería, según nos confesaba un
antiguo combatiente, el problema no era la escasez de alimentos
de primera necesidad, que seguían llegando, de una forma o de
otra, por el mar. Además, en el medio rural, los recursos
campesinos permitieron
ciertos márgenes de subsistencia en casi toda la provincia. Los
almacenes tenían productos, pero escaseaba
el dinero con el que poder adquirirlos. A medida que se iba
reduciendo
Los continuos bombardeos y la llegada de noticias del frente anunciando las derrotas de las fuerzas republicanas desmoralizaba a la población, que veía inminente el fracaso del esfuerzo popular por hacer su revolución, ante el avance victorioso de las tropas fascistas. Esto hizo que muchos almerienses desearan que el final de la guerra se produjera lo antes posible.
Dentro de los grupos de izquierdas,
el caos era total. Largo Caballero y Negrín formaron sus propios
sectores de afinidad sobre la política a seguir.
Socialistas y comunistas tampoco unían sus objetivos, a
pesar de lo que anunciaba la propaganda proselitista de la
izquierda. Anarquistas y comunistas no dudaban en llevar
a cabo ejecuciones de militantes de una y otra ideología.
Sucesos como los fusilamientos de anarquistas en
Hasta tal punto llegó el desprestigio popular debido a los enfrentamientos internos y a las luchas intestinas por el poder, que el Comité Provincial de Almería del Frente Popular (1938) acordó que ninguno de los partidos o entidades políticas que lo formaban publicaran en sus órganos de prensa y propaganda críticas o denuncias que perjudicaran la imagen de unidad entre los sectores de la izquierda que lo integraban. El estado agónico de la República hacía estragos en la moral de los gubernamentales. Negrín mantenía la consigna de resistir a ultranza. Sin embargo, un grupo de militares bajo las ordenes de Segismundo Casado decidió crear un Comité Nacional de Defensa (5-6 de Marzo de 1939) para firmar una paz pactada con Franco. Se unió a ellos el general Miaja, que llegó a presidirlo, así como el anarquista Cipriano Mera.
Fue secundado casi inmediatamente
por grupos socialistas, comunistas y anarquistas. En el caso de
los anarquistas, más que por el hecho de desear el fin de la
guerra (con lo que se frustraba su revolución social),
se adhirieron para intentar terminar con la política de
represión que los seguidores de Ngrin esta
Para muchos observadores, el gesto de Casado fue considerado como una traición al Frente Popular. Para otros, fue un acto heroico, comparable al de los militares del alto estado alemán de Hitler, cuando viendo la guerra perdida, intentaron firmar una paz digna con los Aliados. Se trataba de evitar que se perdieran mas vidas en una empresa que tenía su final sentenciado. Franco y sus seguidores, contemplaban complacidos, como los comunistas vivían su propia guerra civil interna, llegando incluso a enfrentamientos armados que se cobraron bastantes víctimas.
En Almería, el golpe del estado
republicano recrudeció el enfrentamiento entre los partidos de
izquierda. Los comunistas, lo mismo que suce
" España, quieran o no los
que pretenden imponernos programas exóticos, no obedece ordenes
ni obedecerá ordenes de Berlín o de Moscú"
El teniente Julián del Castillo, Cayetano Martínez Artés (presidente del Consejo Provincial de Almería) y el alcalde de la capital, Manuel Alférez Samper, junto a miembros del Comité Central de P.C.E. en Almería se sumaron inmediatamente al movimiento de Casado y Miaja. Entre los miembros del Partido Comunista de España almeriense, el enfrentamiento entre las distintas tendencias llegó a provocar incidentes armados, en los que aquellos que eran acusados de traición eran encarcelados y, excepcionalmente, condenados a muerte en juicios sumarísimos. Su Secretario General, Juan García Maturana se mantuvo al lado del gobierno de Negrín. Todas las organizaciones y prensa relacionadas con la Unión Soviética fueron clausuradas. También se cerró el periódico "Diario de Almería", perteneciente al Partido Comunista de España en de la provincia. Entonces, se creó otro Comité Central en la clandestinidad, presidido por Ángel Aguilera Gómez.
Manuel Alférez (alcalde) y Cayetano Martínez Artés (Presidente del Consejo Provincial) fueron fusilados poco tiempo después de terminar la guerra. Los principales dirigentes del PCE y de JSU consiguieron escapar embarcando la madrugada del día antes de que fuera tomada la ciudad por las tropas de Franco.
La caída de Cataluña en manos de los sublevados y el reconocimiento de Inglaterra y Francia al régimen franquista inició el principio del fin. . En esas fechas, muchos políticos ya estaban en el exilio, y aunque algunos regresaron, la mayoría prefirió mantenerse a salvo en el extranjero. Juan Negrín, el médico que ingresó en el Partido Solista Obrero Español en un despertar tardío de vocación política y que llegó a ser presidente de la República, fue uno de los primeros en abandonar el país. Eso, pesar de sus prédicas para que los combatientes republicanos resistieran hasta el final en el frente. Una de sus últimas hazañas fue la del envío del oro del Banco de España a la Unión Soviética, un episodio que se recuerda como el de "el oro de Moscú". Aficionado a la buena comida, las mujeres y la bebida, un líder libertario como Diego Abad de Santillán decía de él:
Era tal el desorden y el pillaje dentro de los mandos republicanos, tanto en el ejército como en los políticos que regían los destinos de los soldados que luchaban en el frente, que resulta fácil comprender como parte del ejército republicano, sobre todo los que habían participado en las principales batallas, decidieran acabar lo antes posible con episodios como el del yate "Vita"
Con la entrada de los nacionales en Barcelona, según nos cuenta Antony Beevor, intentó en las Cortes reunidas en Figueras (cerca de la frontera, naturalmente) que se propusiera la rendición a Franco, a cambio de respetar la vida de los derrotados. Propuesta que Franco ni llegó a considerar. El golpe de estado de Segismundo Casado, apoyado por José Miaja, Julián Besteiro y Cipriano Mera, cambiaron el rumbo de planes que tenía forjados Negrín para terminar la guerra, "dignamente". El recién creado Consejo Nacional de Defensa , emitió el siguiente manifiesto:
Con este ejemplo desmoralizante de
los mandos republicanos , que trataban de regular el orden y la
vida de los ciudadanos que gobernaban a través de miedo, censura
y represión personal ejercida por la policía secreta, fir Se llevó a México en el "Giralda", el que fuera el yate de Alfonso XIII " , rebautizado con el nombre de "Vita" cantidades ingentes de dinero y otros objetos de valor. Cuando llegó a la ciudad de Veracruz, Prieto se hizo con el control del tesoro, del que Negrín pensaba sacar beneficio propio a través de la fundación "Servicio de Evacuación de refugiados Españoles" (SERE). Prieto pensaba que la ayuda debía darse directamente, creando para ello la "Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles" (JARE). El espectáculo, valorado desde el juicio de la Historia, resulta a todas luces, indignante y vergonzoso
Todo lo contrario sucedía en la
zona de los sublevados. Los movimientos clandestinos se
organizaron con bastante eficacia, financiado por la iglesia y
los terratenientes. Se encargaban de potenciar el sentimiento
derrotista en la retaguardia , transmitir información sobre el
movimiento de tropas del Frente Popular y esconder a los
que eran perseguidos por los gubernamentales republican
La permanente llegada de la población derrotada de las provincia limítrofes, que iban cayendo, una tras otra, bajo el poder de Franco, llevaban consigo un mensaje implícito de una realidad que no necesitaba explicaciones adicionales.
La actualidad protagonizada por los gobernantes estaba absolutamente disociada de la realidad que vivía el pueblo, día a día. Almería, zona de retaguardia desde el inicio de la sublevación fascista, estaba cansada de una lucha que contemplaba sin esperanzas, seguramente desde mucho tiempo antes de iniciarse sus reiterados bombardeos. Sus ciudadanos, asqueados del comportamiento de los políticos republicanos, que huían a toda prisa, dejando a la población abandonada a su suerte, con promesas de ayuda desde el extranjero. Ayudas que nunca llegaron.
Mientras la población era masacrada en acciones de represalia, como la acontecida en la carretera de Málaga a Almería, los dirigentes políticos se habían puesto a salvo en Londres, Francia, México, Moscú... Negrín ya había huido a primeros del mes de Marzo. Su política de resistencia resultaba, ante esa actitud, poco menos que una burla a para los que lucharon hasta el último momento, para todos aquellos que conocieron los campos de concentración, las cárceles franquistas, el maquis y los pelotones de fusilamiento.
Exilio dorado para unos; muerte, hambre y represión para la aquellos que vieron en una república burguesa, el espejismo de una revolución social desvinculada de la tiranía soviética. Exilio de reyes para quienes se disputaban, en beneficio propio, los fondos de solidaridad recaudados para los republicanos que quedaron atrapados en España.
Franco nunca perdonó a la ciudad de Almería su fidelidad a la República. Sin contar con el apoyo de las ayudas del nuevo régimen, abandonada a su suerte, tuvo que salvarse a sí misma del dolor y la miseria.
Cabe decir, para mayor gloria de los almerienses, que estos nunca echaron de menos , el perdón del Dictador.
En el puerto de Alicante, el "Stanbrook" (con 2.600 pasajeros) y el "Maritime" iniciaban su último viaje con refugiados republicanos (28 marzo, 1939)
4.- ENLACES Dr. Norman Bethune: La caravana de la muerte “El final de la guerra civil: Almería, marzo de 1939” Los refugios antiaéreos de Almería Los muertos del "Parte Inglés" de Almería, por J. M. Naveros Los bombardeos de Almería La masacre de la carretera Málaga - Almería EL FINAL DE LA GUERRA CIVIL EN ALMERÍA
|