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PATERNA DEL RÍO (Almería)

 

HISTORIA

Artículo: Milagros Soler Cervantes

Fotografías: Jesús Vílchez

 

 

 

PREHISTORIA

 

Los estudios del territorio que se han realizado en los últimos años han demostrado la ocupación del Alto Andarax desde los tiempos más remotos de la antigüedad. En las proximidades de Paterna del Río se han encontrado evidencias arqueológicas de asentamientos que abarcan todo el recorrido cronológico que va desde la Prehistoria hasta nuestros días. Esta ocupación continuada se debe a las grandes posibilidades de supervivencia que brindan sus recursos naturales, tanto en lo que se refiere a la agricultura y la ganadería como a las explotaciones de minerales. Testimonio de la presencia en el Paleolítico y del Neolítico en Almería lo tenemos en toda su geografía. Entre los yacimientos más importantes cabe mencionar la cueva de la Zajara (Cuevas de Almanzora) con enterramientos correspondientes al homo neanderthalensis durante el Musteriense (230.000 y 29.000 a.d.C.). En la cueva de la Zajara II la cultura Perigordienses se manifiesta en buriles, rascadores, puntas de flecha, que se conservan actualmente en el Museo Arqueológico de Almería.

 

 En Vélez Blanco se localiza Cueva Ambrosio, correspondiente al Paleolítico Superior y que puede tratarse de la que ya describiera Luís Siret con el nombre de Cueva del Tesoro. El Cerro del Serrón (Jauro, Antas) ha dado restos de los periodos Perigordienses, Auriñaciense y Solutrense, con continuidad hasta el Eneolítico. Lo mismo sucede con la Cueva de los Morceguillos (Lubrín) y Cueva Humosa (Olula del Río), con restos solutrenses y perigordienses, respectivamente. Las pinturas rupestres alcanzan su máxima expresión en lugares como los Abrigos de Maimón (Vélez Blanco), frente al Valle de Chirivel. Entre sus diferentes manifestaciones de arte esquemático se encuentran los siete paneles de la Cueva de los Letreros. La figura de uno de sus arqueros se adoptó como icono para representar la identidad del pueblo almeriense; se trata del famoso "indalo". Hay en ellos escenas de danzas, de caza y con atuendos rituales.

 

 

 1 PULSAR LA IMAGEN PARA VER PINTURAS RUPESTRES.

1.- Abrigo de la Cueva de los Letreros (Vélez Rubio-Almería)   

2.- Abrigo con pinturas rupestres en la Cueva de los Letreros. (Pulsar imagen para ver las pinturas)

 

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1.- Abrigo de Cueva Ambrosio (Vélez Rubio- Almería)   2.- Calco de las pinturas rupestres en Cueva Ambrosio. (1.- Ánade / 2.- Caballo)

 

En la Sierra de María se hallaron pinturas de estilo levantino y esquemático en Cueva Chiquita (figuras antropomorfas, ciervos y cabras), Cueva Maina (figuras humanas), Cueva del Queso y Cueva de Lazar, en las que se ha creído interpretar una escena de enterramiento. El Neolítico y el Calcolítico está bien representados en la región con yacimientos de la importancia de Los Millares. La Edad del Cobre adoptó identidad propia con la llamada Cultura del Argar.

 

Durante el Neolítico en la región de las Alpujarras se recolectaba la miel y se trabajaba el esparto, con el que se fabricaban canastas y sandalias de ese material. Se ha constatado una economía colectiva  con una cultura material en la que apenas existían objetos para la guerra. En este contexto cultural y geográfico, considerando la idoneidad de los recursos acuíferos, cinegéticos y minerales, es lógico pensar que los lugares en los que se asienta Paterna del Río fue transitada y seguramente ocupada desde épocas remotas. Afirmación que vendría respaldada por los hallazgos aislados que se han localizado en los alrededores del pueblo.

 

 

Mapa con la distribución de las civitates romanas y yacimientos metalúrgicos de Almería.

 

 

Distribución de yacimientos arqueológicos en el Alto Andarax, según estudios publicados en AAC 11, 2000 pp. 33-52.

 

EDAD ANTIGUA

 

En las tierras del Alto Andarax las edades del cobre y el bronce han quedado representadas en distintos yacimientos arqueológicos. Los barrancos de Paterna y Bayárcal fueron transitados por los buscadores de minerales, cuyos beneficios eran aprovechados por comerciantes tartésicos que  desde el Guadalquivir, buscaron su expansión hacia el interior a través del Puerto de la Ragua. Llegarían hasta Linares y otros núcleos mineros de Jaén y Granada. En el siglo VIII a.d.C. los fenicios que recorrían el Mediterráneo arribaron a las las costas almerienses fundando colonias en Villaricos (Baria) y Abdera (Adra). Se consolidaron puntos de intercambio de mercancías entre las gentes ibéricas y los extranjeros semitas. En una primera etapa, con los fenicios y posteriormente con los cartagineses.

 

Durante la Edad del Hierro en sus proximidades ya debió existir un número considerable de pobladores, a juzgar por las diversas espadas ibéricas que se han encontrado en las minas de La Gaviarra. Este hecho implica una explotación continuada del sitio que se mantendría en época romana y visigoda. Siguiendo los valles de los ríos Andarax y Almanzora continuaron explorando las vías de los metales, sobre todo de hierro y plomo, localizados en sierras próximas como la de Filabres, las tierras de los Vélez, Vera y Dalías.

 

Falcata ibérica

 

 

En su lucha por la hegemonía en el Mediterráneo se enfrentarán romanos y cartagineses en las llamadas Guerras Púnicas (264 a.d.C.-146 a.d.C.).Gran parte de la contienda se desarrolló en la Península Ibérica. Tras la derrota cartaginesa los romanos mantuvieron y ampliaron las rutas de la explotación de los metales. Cuando Almería cayó en manos de Publio Cornelio Escipión el Africano, fundaron Portus Magnus. En Adra, Torregarcía y la misma línea de costa de la capital almeriense se han localizado restos de factorías púnicas y romanas que confirman la importancia de estos lugares para los nuevos visitantes. Abdera, Baria y Urci seguirán siendo núcleos importantes de población durante la etapa visigoda. El legado romano en la comarca del Andarax no ha sido bien estudiado. De ahí que para muchos investigadores apenas tenga importancia su presencia en ella. Sin embargo olvidan la cantidad de canalizaciones de agua, infraestructuras de regadío, puentes, atalayas y villas que proliferaron en ese momento histórico. Muchas de esas edificaciones fueron reutilizadas por los árabes, que se acomodaron en asentamientos preexistentes.

 

   

 

La importancia del mundo fenicio y romano en Almería quedó reflejado en monedas y monumentos. En esta moneda de Abdera (Adra) se representa un templo que pudo existir en esa localidad. En la foto de la derecha, mausoleo romano de Alba (Abla).

 

En los yacimientos mineros de la Sierra de Gádor se intensificó la producción, adquiriendo importancia lugares próximos a las rutas que comunicaban estas tierras con el Itinerario de Antonino (Itinerarium Antonini) que unía Linares (Cástulo) con Málaga (Malaca). En él se incluía la ciudad de Abla (Alba), situada entre Almería (Urci) y Guadix (Acci), en cuyas proximidades se encuentra Paterna del Río. Su ubicación estratégica y sus posibilidades agrícolas y ganaderas la convertirían en un enclave secundario, pero de considerable importancia en el mantenimiento del control y el abastecimiento de otros nudos viarios de mayor entidad. En este sentido, las creaciones de grandes haciendas (villae) administradas por funcionarios romanos cumplían un papel trascendente en la infraestructura de la economía local.

 

La existencia de templos, baños (Pedanía de Guarros) y otros edificios públicos en los alrededores de Paterna indican que una clase social pudiente y de élite estaba asentada con carácter permanente en la zona. Numerosas torres de vigilancia, puentes y calzadas jalonaban los caminos para asegurar el tráfico de personas, ganado y mercancías por el Puerto de la Ragua, a través del que se accedía a la Vía Augusta. Muchas de estas explotaciones mineras y atalayas siguieron siendo utilizadas durante el periodo visigodo y la posterior dominación musulmana.

 

Según algunos investigadores, el nombre de esta localidad pudo tener su origen en el denominativo romano "fundus paternum" (granja/ bienes paternos). Aludiría a una posible heredad agrícola, resultado de la repartición que se hizo entre los soldados romanos de las tierras conquistadas. Por sus condiciones climatológicas, eran propicios los campos de trigo y olivos, así como las producciones ganaderas, debido a la abundancia de sus pastos.

 

Otra interpretación vendría a través de la palabra "paterns", que establecería su vinculación tributaria al senado de Roma como colonia, o bien perteneciente a la familia del emperador. Tenemos ejemplos de topónimos en los que la palabra "paterno" o "paterna" hacen referencia a propiedades dependientes del imperio a través de sus patricios o por estar hermanadas con Roma a través de su política imperial. Tal es el caso de Narbona (Colonia Iulia Paterna Narbo Martius Decimanorum) o Barcelona (Colonia Iulia Augusta Paterna Barcino). Con la designación "patern" se creaba un vínculo psicológico y de poder entre la población indígena de la colonia y Roma.

 

Cuando llegaron los árabes al territorio organizaron la población en cuatro barrios diferenciados, seguramente respetando tradiciones romano-visigodas. Dependían de una fortaleza que les aseguraba la defensa contra posibles agresiones de los enemigos. Esta división se mantuvo después de la conquista de los Reyes Católicos, siendo el monarca Felipe II el que consolida la unión de lo que ahora conforma el actual municipio..

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA

 

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