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 IGLESIA DE INIZA

(Bayárcal - Almería)

 

Un ejemplo de dominio ideológico en la Alpujarra almeriense.

 

 

 

 

Tanto en la religión cristiana como en la musulmana, los lugares de culto se consideraban inviolables. Imanes y sacerdotes asumían cotas considerables de poder, influyendo de forma notoria en la toma de decisiones de la comunidad. Obtenían este privilegio sirviendo a las aristocracias  como instrumento de sometimiento ideológico de la población, o bien enfrentándose a esas élites, imponiéndoles sus intereses de clase. Iglesias y mezquitas  se erigieron como elementos fundamentales para organizar y controlar barrios y territorios.  Desde esta perspectiva, era lógico que al frente de estos núcleos religiosos se colocaran líderes que estuvieran en absoluto sincronismo con las jerarquías gobernantes.

 

Era también importante que estos jefes espirituales conocieran bien el territorio y las gentes sobre las que iba a ejercer su influencia. En el mundo islámico los grupos humanos alcanzaban tal preponderancia local, que las comunidades  eran administradas por los propios vecinos, en cuya fidelidad confiaba el sultán o el califa. En el siglo XI en Córdoba y Granada se ejercía esa autonomía de tal forma, que los bienes colectivos eran administrados desde los centros religiosos. Lo mismo ocurrirá, tras la conquista, con las iglesias en los territorios ocupados. En el reino nazarí, el agua de los aljibes solía estar controlado por las mezquitas, como ocurría en el barrio del Albaycín granadino. Muchos de los hornos en los que se cocía el pan, así como los molinos y algunas almazaras eran gestionados por las comunidades religiosas.

 

Otro ejemplo lo tenemos en Mondújar, en la que su alfaquí administraba hazas de tierra, acequias, casas,  olivos el aceite de  la lámpara de la mezquita el aceite . También poseían telares, fábricas de ladrillo, alfares y toda suerte de talleres e industrias  de  uso y consumo para la comunidad. Según nos informa Carmen Trillo San José, en la Alpujarra las alquerías disfrutaban de ese tipo de  organización, asumiendo los clanes familiares tareas  de redistribución y control de los bienes colectivos. Vemos ejemplos en la toponimia de barrios y pagos, que en algunos casos llegaron a consolidarse en títulos nobiliarios decretado por los respectivos monarcas. Así ocurre con el marquesado de Inizar, que siendo una de sus familias ocupantes dueña de gran parte del territorio, acaba consolidándose como una marca nobiliaria.

 

A la hora de explicar las distintas iglesias que encontramos en la Alpujarra no podemos olvidar el concepto de ribat/rábita (Alcudia), que permiten comprender las razones de la ubicación de estos edificios dentro de un territorio determinado y su evolución y desarrollo en el tiempo. Máxime teniendo en cuenta que muchas de ellas ocuparon el lugar de antiguos oratorios árabes. En la religión islámica, la idea de Yijá  o guerra santa estaba sostenida por soldados cuya sensibilidad mística podría comparare con órdenes cristianas de monjes guerreros. Desde sus iglesias, algunas de ellas auténticas fortalezas, decidían sobre vidas y haciendas de los ocupantes de sus territorios.

 

 Según nos informa Carmen Trillo, al suroeste de Paterna y junto al Alto del Castillo estaba el despoblado de Yniça, del que subsisten dos referencias geográficas: Iniza Alta e Iniza Baja, topónimo que se repite  más al Sur (Loma de Iniza y loma de Hiniza). Contaba con dos rábitas: Açequia y Alcaria. Parecen que fueron abandonadas tras la primera sublevación morisca de la Alpujarra, hacia el año 1.500. Estos patrones de poder se mantuvieron en la mayoría de los asentamientos de la Sierra tras la conquista del reino nazarí por los Reyes Católicos, debido a en parte a la conversión de algunos de los alfaquíes más importantes de la comarca.

 

Un buen ejemplo de ello lo encontramos en el lugareño Hernando Abenedeuz, responsable de la rábita Joheri ( Jehavry) de Laujar de Andarax. Fue dotado por los soberanos castellano-leoneses de una renta vitalicia en el año 1500 con la que le facilitara la posibilidad de:

 

 "...aprender las cosas de nuestra Sancta Fee catolica e podays tener con que vos sustentar e mantener".

 

Una vez fallecido, los bienes y ganancias con las que hubiera sido favorecido pasarían a formar parte del patrimonio de la iglesia de Laújar.

 

"Por cuanto vos Hernando que antes vos soliades llamar Abenhaduz, alfaqui, vos convertistes a nuestra Sancta Fee catolica, por la presente mandamos que vos sea eçedido para en toda vuestra vida con la quitaçion e salado que soliades llevar por alfaqui con que podays aprender las cosas de nuestra Sancta Fee catolica e podays tener con que vos sustentar e mantener. Y mandamos a qua lesquier personas que tienen o tuvieren cargo de cobrar e reçebir las rentas que para los dichos salarios estan diputados que vos eçeda este presente año e dende en adelante en cada un año con lo que en cada un año vos solia ser eçedido.

Fecho en la çibdad de Granada a treynta dias del mes de Agosto año de mill e quinientos.

Yo el Rey. Yo la Reyna

Libro dé Habices de 1530, fol. 314v. Archivo de la Curia Eclesiástica de Granada.

 

Después de la primera sublevación morisca en el año 1.500, y viendo la decisión de los vencidos de permanecer en sus lugares de origen, a pesar de las duras condiciones impuestas por los vencedores, las capitulaciones que se hicieran al firmar las paz fueron sistemáticamente violadas, aplicando los fueron no escritos de los nuevos dominadores. Forzados a convertirse al cristianismo para hacer posible la supervivencia, personajes como Hernando Abenedeuz fueron elementos claves en la ideologización de la región. La importancia de la población musulmana autóctona era imprescindible para mantener la economía alpujarreña hasta que los nuevos colonos conocieran y dominaran los recursos de  región. Para potenciar la llegada de nuevos pobladores cristianos, los otrora alfaquíes, enseñaban la nueva religión a sus fieles en las mezquitas reconvertidas en iglesias. Con el tiempo, se edificarían otras de nueva planta, pero siguiendo las directrices arquitectónicas de los antiguos templos árabes, como es el caso de la iglesia de Iniza.

 

Paterna del Río estaba situad en uno de los puntos estratégicos más destacados de la región. Era el paso natural que comunicaba la costa mediterránea con los las tierras de Cenete (Granada) y Jaén. También ponía en conexión distintas vías de explotación de yacimientos minerales y contaba con abundantes recursos agrícolas y ganaderos. La producción de la famosa seda alpujarreña y otras actividades artesanales como la producción de objetos de hierro, constituían igualmente importantes fuentes de riqueza. Era esta zona de la Alpujarra una de las más desconocidas por los soldados castellano-aragoneses. Su dominio en todos los aspectos, tanto militar, civil y religioso,  se convirtió en objetivo primordial para consolidar la conquista del reino nazarí.

 

En ella se instalaron dotaciones de soldados en agrupaciones llamadas “presidios”. Actualmente todavía se mantiene algunos topónimos que recuerdan ese momento de la historia. Un ejemplo es el municipio de Presidio, a escasos kilómetros de Paterna. Estos militares tenían la misión de evitar y reprimir los levantamientos moriscos  así como el de repeler las incursiones  deas tierras podían ser adquiridas a bajo coste. Puede citarse el caso, citado en las crónicas de apeos, como le fue comprada a una viuda su vivienda por cuatro maravedies, incluyéndose en la transacción el mobiliario de la vivienda, ropas y ajuares así como las tierras de labor que regía esa propiedad. En estas condiciones, los soldados invasores adquirieron haciendas de grandes proporciones. Sus jefes militares obtuvieron títulos nobiliarios que los convirtieron en señores de las vidas y haciendas.  la piratería de los monfíes huidos a África, que desde la costa saqueaban y destruían las poblaciones sometidas por los cristianos.

 

 

Iglesia mudéjar de Guarros (Paterna del Río), en proceso de destrucción y restos del castillo de Inizar.

 

Algo parecido sucedió con los sacerdotes que llegaron a cristianizar a los herejes sometidos. Cabe citar el caso de la familia de los Rodríguez-Chacón, del Marquesado de Iniza. Según tenemos noticias, su primer miembro destacado fue el capitán de milicias Francisco Rodríguez-Chacón de Valdivia, ya nacido en la villa de Presidio el 24 de Junio de 1630 y fallecido en ella cuarenta años después. Su hijo, Francisco Rodríguez-Chacón de Arévalo, nacido en Paterna del Río, fue nombrado Primer Marqués de Iniza el 17 de Junio de 1730, según título concedido por un real decreto ordenado por el monarca-----.Fuente del Marqués de Iniza en Laujar - Fuente: Panoramio

 

El Reino nazarí de Granada, del que formaba parte la actual Almería, es declarado en el año 1.571 como zona de repoblación. Hasta ese momento, los moriscos habían predominado en número sobre el resto de sus habitantes. En 1.570 los colonos cristianos que decidieron trasladarse a esas tierras  fueron beneficiados con lotes de tierra que se les atribuía casi a perpetuidad. Disfrutaban también de privilegios como “cristianos viejos” sobre los antiguos propietarios, lo que les permitió convertirse en poco tiempo en adinerados terratenientes y comerciantes.

 

Muchos miembros de la nobleza musulmana se posicionaron al lado de los conquistadores y también recibieron títulos y tierras, una vez aceptaron hacerse al cristianismo. Se forjó así una nueva clase de gobernantes locales al servicio de la Corona que tuvieron como objetivo primordial la conversión de los seguidores de la religión musulmana y la sumisión al nuevo orden. Por parte de los monarcas se obligó a esta nueva nobleza a invertir grandes cantidades de dinero en la construcción de templos  y en la reutilización de las otrora mezquitas. Por su parte, la iglesia invirtió grandes cantidades de dinero en la construcción de nuevas iglesias en las que los mozárabes eran obligados a escuchar misa y recibir los sacramentos.

 

En este contexto histórico debemos entender la construcción de la iglesia de Iniza. Datada en el siglo XVI por algunos investigadores, se engloba dentro de un proyecto de evangelización que formaba parte de la estrategia de sometimiento a la población morisca del territorio. La rebelión morisca en el año 1.568 en la Alpujarra fue determinante para que se acelerara este proceso. El mismo arzobispo Pedro Guerrero, nombrado prelado por el emperador Carlos V, recorrió la diócesis para interesarse personalmente por la ordenación religiosa del territorio, forzando la participación económica de los nobles en este proyecto. En ese momento, los Rodríguez-Chacon eran los que controlaban el territorio.

 

 Su estructura arquitectónica responde a un patrón típico de la comarca. En ella encontramos elementos que vinculan el arte románico, el mudéjar y el renacentista. Su enclave y las formas constructivas nos indican que se concibió como un punto de referencia en la ocupación del territorio. Fue seguramente un lugar de poder, concebido para ejercer el dominio ideológico desde la proyección de la religión cristiana. Sus muros hablan de la preparación del santuario para repeler posibles ataques de los moriscos rebeldes. Aunque distaba poco del castillo, estaba protegido contra las agresiones externas y era el primer punto de refugio para los campesinos.

 

 

 

Su nave presenta una planta rectangular, con muros de sillería irregular mezclada con argamasa y con revestimiento alisado en las paredes interiores. En el exterior, la decoración consiste en esgrafiado semejante al de otras construcciones similares de la Alpujarra, como en el caso de la iglesia mudéjar de Nuestra Señora del Rosario (Pedanía de Guarros, en Paterna del Río, Almería). Los vanos de luz son de pequeñas dimensiones, lo que da al edificio una sensación de robustez comparable al de una fortaleza. En la fachada principal se adelanta una suerte de torreón campanario de base cuadrada con tres módulos de altura. El acceso al templo se hace a través de una única puerta en la fachada del torreón, con dintel y enmarcado en sillería. Según documentos de la época, el coste de su construcción fue considerable. 

 

   

 

 

 

La iglesia de Iniza fue construida bajo la prelatura del arzobispo Pedro Guerrero en los años

inmediatamente anteriores a la rebelión de los moriscos y su costo fue evaluado en 1.133.000 maravedíes.

Aunque no fue saqueada por los moriscos, al quedar despoblado el lugar, el carpintero Antonio Velázquez

desmontó su armadura en 1592 para aprovechar la madera en la reparación de la de Bayárcal. Es posible

que la sacristía ocupara la planta baja de la torre, que posteriormente fue demolida. Al menos poseía otro

cuerpo.

 

Expoliada en su canteria

 

  

 

 IGLESIA DE INIZA

Se encuentra en el antiguo poblado de Iniza. Presenta una nave rectangular y sacristía en el lado de la

epístola. La cantería aparece enmarcando los escasos vanos (una ventana abocinada a los pies y otra con

aspecto de saetera en la sacristía) y los muros son de mampostería con sillares angulares de refuerzo que

le confieren un aspecto de semifortaleza. La única puerta se abre en el centro del lateral de la epístola y

consiste en arco rebajado que se recorta directamente en el muro. Al exterior los muros presentan un

revoco de mortero que deja visto el mampuesto.

La iglesia de Iniza fue construida bajo la prelatura del arzobispo Pedro Guerrero en los años

inmediatamente anteriores a la rebelión de los moriscos y su costo fue evaluado en 1.133.000 maravedíes.

Aunque no fue saqueada por los moriscos, al quedar despoblado el lugar, el carpintero Antonio Velázquez

desmontó su armadura en 1592 para aprovechar la madera en la reparación de la de Bayárcal. Es posible

que la sacristía ocupara la planta baja de la torre, que posteriormente fue demolida. Al menos poseía otro

cuerpo.

Su sólida construcción de mampostería y los escasos y reducidos vanos demuestran que la iglesia tenía

también una función defensiva

CEMENTERIO MEDIEVAL

 

 

 

 

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