INICIO WEB ALMERÍA INDICE  FOTOGRAFICO DE LA CATEDRAL

 

LA CATEDRAL DE ALMERÍA

Artículo: Milagros Soler Cervantes

 

Fachada principal de la Catedral de la Encarnación. Foto:Jesús Vilchez

 

1 - PRECEDENTES HISTÓRICOS

2 - OBISPOS Y ARQUITECTOS

- DON PEDRO GONZÁLEZ DE MENDOZA

- FRAY DIEGO FERNÁNDEZ DE VILLALÁN

- ANTONIO CORRIONERO BABILAFUENTE

JUAN DE OREA

3 - ENTIDAD DEL EDIFICIO

- DIFICULTADES DE LA FINANCIACIÓN

- SIMBOLOGÍA Y FUNCIONALIDAD

4 - DESCRIPCIÓN DE LA CATEDRAL

- FACHADA PRINCIPAL

- PUERTA DE LOS PERDONES

- CAMPANARIO

- MURALLA, GIROLA Y SOL DE PORTOCARRERO

- INTERIOR DE LA CATEDRAL

     ·  CAPILLA MAYOR

     ·  CAPILLAS MENORES

     ·  SACRISTÍA

     ·  CORO Y TRASCORO

     ·  CLAUSTRO 

 

 

 

INDICE  FOTOGRAFICO DE LA CATEDRAL

 

 

 

CATEDRAL DE LA ENCARNACIÓN DE LA VIRGEN

 

 

1 - PRECEDENTES HISTÓRICOS

Con la ocupación del Reino nazarí de Granada por parte del ejército de los Reyes Católicos (1492) se dio por terminado el periodo de la Reconquista en la Península Ibérica. Tres años antes, en el mes de diciembre de 1489, la ciudad de Almería se había rendido a las tropas cristianas sin presentar apenas resistencia.

 

Desde que se firmaran las Capitulaciones de Vera en junio de 1488, los asesinatos, las intrigas y el derrotismo de la aristocracia musulmana se habían convertido en el mejor aliado de los castellano-aragoneses en su camino hacia la victoria. Sucesos como la traición de Yahya Alnayar (1485) hacían prever que el triunfo de la Cruz sobre la Media Luna era sólo cuestión de tiempo. Siendo éste Alcaide de la ciudad, prometió entregarla a los cristianos a cambio de cuantiosas sumas de dinero y beneficios personales. Tras el sitio de Baza, las plazas de Guadix y Almería serán sometidas definitivamente al yugo de Isabel y Fernando.

 

Boabdil  entrega de las llaves de la ciudad de Granada a los Reyes Católicos.

"Rendición de Granada"  pintada por Francisco Pradilla.

 

En los tratados firmados para la paz fueron muchas las concesiones que se otorgaron a los árabes derrotados. Se les permitiría mantener costumbres y religión, sus tribunales de justicia y la mayoría de sus derechos individuales. Además, se les brindaba la posibilidad de exiliarse, abandonado el territorio si así lo deseaban. Era una fórmula para facilitar que se marcharan los elementos más conflictivos de la resistencia musulmana. Nada de esto se cumplió y las rebeliones se sucedieron una tras otra, siendo siempre sofocadas y reprimidas con incruenta violencia.

 

La cristianización de los nuevos territorios adquiridos fue considerada tarea prioritaria, entendida como recurso para el sometimiento a través de la ideología. Muchas de las mezquitas fueron destruidas para edificar en su lugar iglesias y catedrales. Desde estos lugares de culto se imponía e impartía la religión de los vencedores. La repoblación con gentes emigradas desde el norte de la Península fue otra forma de contrarrestar la influencia que el mundo islámico todavía tenía en Al-Andalus.

 

Moriscos andaluces

Los mudéjares fueron maltratados y masacrados tras la conquista.

 

2 - OBISPOS Y ARQUITECTOS

DON PEDRO GONZÁLEZ DE MENDOZA

 

 

Retrato ecuestre del Cardenal Mendoza atribuído a Manuel Peti Vander (1705)

Retrato del Cardenal Mendoza

Atribuido a Manuel Peti Vander

Una de las primeras resoluciones que dictaron los monarcas fue la autorización al cardenal Don Pedro González de Mendoza, hijo de Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, para organizar los obispados de la comarca. Bajo el amparo de las Bulas del Papa Inocencio VIII y el apoyo incondicional de la reina Isabel I, inicia la construcción de iglesias y parroquias.  Las mezquitas más importantes fueron sustituidas por grandes templos o catedrales, cuyos mandatarios se quedaron con las rentas, casas y huertas  que habían sido propiedad "de los moros".

 

En época musulmana, los bienes que los creyentes donaban a las mezquitas eran administrados por el alfaquí de la villa, que tenía la responsabilidad de arrendarlos para sacar de ellos mayor beneficio. Los Reyes Católicos adaptaron esta forma y el patrimonio confiscado a los vencidos pasó a ser administrado por las llamadas "fábricas" de las distintas iglesias. Con esas riquezas sustraídas se financiaron los nuevos clérigos.

 

Siguiendo esta estrategia de ejercer el poder político a través del sometimiento religioso surgió la necesidad de construir la primera catedral de Almería. Se erigió sobre los restos de la Mezquita Mayor de la Almedina, fundada en el año 965 por el califa Alhaquem II. En su concepción y planta se parecía a la Mezquita Mayor de Córdoba. El día 22 de septiembre del año 1522 un gran terremoto, con epicentro en el Mar de Alborán, causó más de mil muertos destruyendo la mayoría de las casas de Ugíjar (Granada) y Almería. La catedral sufrió daños irreparables que la dejaron parcialmente inhabitable. En el siglo XVII sobre sus ruinas se levantó la iglesia de San Juan Bautista, que ha llegado hasta nuestros días. La iglesia de San Juan tuvo que ser restaurada a mediados del siglo XX, como consecuencia de los efectos que dejara en ella la Guerra Civil española (1936).

 

FRAY DIEGO FERNÁNDEZ DE VILLALÁN

 

El día 17 de julio del año 1523 el Papa Adriano IV nombra a Fray Diego Fernández de Villalán  obispo de Almería a instancias del heredero de los Reyes Católicos, Carlos V. El 10 de noviembre de ese mismo año toma posesión, por poderes concedidos por el deán de la catedral Don Francisco Ortega.

 

Cisneros es presentado de Isabel I de Castilla por el Cardenal Mendoza.

  El cardenal Mendoza presenta a Cisneros a la reina Isabel I de Castilla.

Natural de Valladolid, era predicador de los Reyes Católicos y amigo del Cardenal Cisneros, confesor de la reina. A su vez, Cisneros había sido presentado a Isabel I de Castilla por el impulsor de la primera catedral, Don Pedro Fernández de Mendoza. Diego Fernández de Villalán se traslada a la capital apenas cuatro meses después de tomar posesión de su cargo, convirtiéndose en el primer obispo que fija su residencia en ella. Con carácter inmediato se planteó organizar la Diócesis, para lo que proyecta la construcción de numerosos templos. Desde ellos se controlarán y adoctrinaran a los "nuevos cristianos" que, de origen musulmán o judío, habían adoptado la fe católica. El propósito era facilitar y hacer posible la convivencia dentro de la triunfante sociedad católica. Continuaba así la obra emprendida por el obispo Don Pedro González de Mendoza.

Piratas berberiscos en las costas de Almería. Sierra de Laujar al fondo.

Barcos piratas berberiscos.

Al fondo, sierra de Laujar (Almería)

 

En un difícil contexto social, tiene que enfrentarse a una población con gran número de cristianos conversos, mercenarios y soldados de fortuna que expoliaban a los habitantes de la región, sumida en la más absoluta pobreza tras un largo periodo de guerras. Por otra parte, los piratas berberiscos asaltaban reiteradamente el litoral almeriense. Para poder enfrentarse a todas estas dificultades, reparte cargos de importancia entre familiares y amigos, llegando a conformar un grupo autoritario de poder, del que Villalán era el dirigente indiscutible.

 

Carlos V con Isabel de Portugal.

Carlos V con Isabel de Portugal

Con sus buenas dotes de organización y bajo la protección del emperador Carlos V conseguiría grandes logros.  La maltrecha economía con la que se inició el siglo XVI se benefició de los cambios introducidos por el obispo, incentivados principalmente por su empeño en construir la nueva catedral. En ese proceso tuvo trascendental importancia el nombramiento de Don Pedro Maldonado, como responsable de la reestructuración de la economía eclesiástica. Viajará por toda la diócesis inspeccionando, corrigiendo y aumentando los impuestos de la población morisca y de la nobleza local.

 

Villalán tuvo que enfrentarse y reconducir algunos Señoríos de la región. Los nobles de más de cincuenta dominios disfrutaban, por concesión papal, de los diezmos de las iglesias asentadas en sus territorios. Además, tenían la potestad de efectuar nombramientos en ellas, administrándolas a su libre albedrío y con absoluta independencia. Algunos de estos litigios llegaron a tal grado de exacerbado enfrentamiento, que se hizo necesaria la intervención del Papa y del emperador. Fueron destacados los que tuvo con Doña María de Luna marquesa de Águila Fuente, Don Luís Sotomayor de Haro, marques de Carpio y Morote (Sorbas y Lubrín, 1527) y Don Pedro Fajardo, marqués de los Vélez. En este último caso el conflicto durará más de cuatro años,  finalizando con la intervención del Papa Clemente III  en el año 1531. 

Sepulcro del Obispo Villalán en la Capilla del Cristo de la Escucha de la Catedral

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sepulcro del obispo Villalán

(Catedral de Almería)

 

A cambio de cobrar parte de los tributos recaudados en las parroquias, los nobles tenían la obligación de contribuir en la construcción de nuevas iglesias y el mantenimiento del culto. Sin embargo, se desentendían abiertamente de este compromiso con excusas difícilmente aceptables. Fernández de Villalán, aprovechando un viaje de Carlos V a Granada (1526), le expuso la situación en un extenso informe donde se detallaba el estado lamentable de las iglesias de su Obispado. La carencia de templos, además de restar influencia política a la Corona, justificaba y fomentaba el absentismo a los cultos de los nuevos cristianos. En muchos lugares se pasaban años enteros sin que se oficiara una misa.

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Sepulcro de Diego F.de Villalan. Pulsar para AMPLIAR imagen.   Pulsar para AMPLIAR. Sepultura del Obispo Villalán en la catedral de Almería. Foto: Carlos Úbeda

Capilla del obispo Villalán con  su sepulcro en el centro.

 

Carlos V en ese mismo año ordena que en el plazo de dos meses, a partir de la fecha de publicar su decreto, se inicie la edificación de los templos que obligaba la bula del Papa Alejandro VI. La respuesta de los nobles afectados fue la de adaptar antiguas mezquitas al culto cristiano (Doña María de Luna, marquesa de Águila Fuente) o de presentar proyectos que nunca llegaban a realizarse (Don Pedro Fajardo, marqués de los Vélez). Algunos, ni siquiera llegaron a contestar. Villalán vuelve a informar al Emperador de tales desidias y desacatos. Éste dicta en Toledo una nueva ejecutoria: En un año deberían estar terminadas las obras comprometidas. De no ser así, las rentas de tercios les serían confiscadas para ese fin.

 

Villalán se preocupó por terminar con ciertos privilegios y costumbres cuyas prácticas desprestigiaban a los religiosos de la época. Contundente y decisiva fue la resolución de prohibir la fiesta del "obispillo". Consistía en una reunión de los clérigos de Almería en el coro de la catedral el día 6 de diciembre, onomástica de San Nicolás de Bari. Con disfraces y fingiendo pertenecer a profesiones licenciosas, designaban a uno de ellos que ejercería de "obispillo" hasta la misa del día de los Santos Inocentes. Bajo pena de excomunión condenó la celebración del evento, que dejó de llevarse a cabo sin ninguna manifestación de protesta. Para compensar las presuntas pérdidas del cambio,  donó de su propio dinero (un ducado anual) para pagar al mejor predicador de la ciudad. Éste se encargaría de realizar el sermón del día de los InocentesSan Agustín sentado en el scriptorium. Miniatura. Anónimo del siglo XV. Ms Vat. Lat. 451 (II parte), fol. 1r. en la catedral.

Escultura con el retrato de Villalán.

 

El canónigo doctoral Diego Marín, contemporáneo del obispo, decía de Villalán que era "hombre de gran ingenio, cristiano en sus obras y palabras y zelador de la iglesia". Se manifestó como un buen administrador de las finanzas eclesiásticas y un severo controlador de los diezmos, así como de que los nobles temporales cumplieran sus obligaciones con las parroquias a su cargo. Ordenó las heredades promoviendo censos que regulaban las rentas. Protagonizó enfrentamientos con el arzobispo de Granada y el Cabildo de Almería. Sus costumbres eran austeras, como correspondía a su formación franciscana y su carácter marcadamente autoritario. No obstante, debió disfrutar de prestigio intelectual, ya que fue invitado a pronunciar la oración fúnebre de Gonzalo Fernández de Córdoba, "El Gran Capitán", cuando fue enterrado en Granada.

 

Según las crónicas de la época padeció de "perlesía", una parálisis que pudo estar ocasionada por debilidad muscular. Eso le impidió firmar documentos al final de su vida, para lo que designó a Don Luís de Zamora, que rubricará sus últimas disposiciones. Por su enfermedad no pudo asistir al Concilio de Trento al que fue invitado expresamente por Carlos V. En marzo de 1556 se empiezan a preparar sus pompas fúnebres, deduciéndose de este hecho que para esas fechas su estado de salud debía ser grave. El día 7 de julio de ese mismo año falleció, a los 90 años de edad y más de treinta años de episcopado.

 

Por expresa voluntad, recibió sepultura en la Capilla del Cristo de la Escucha, en el ábside de la Catedral. En su sepulcro de mármol de Macael, atribuido a Juan de Orea, puede leerse en su epitafio:

 

 

 

DOMS

 

FRATER DIDACUS FERNANDEZ DE VILLALAN

 

HUIUS SANCTAE ECCLESIAE EPISCOPUS QUARTUS

 

HIC IACET IN GELIDO MARMORE CLAMORE CLAUSUS HUMO

 

QUI HANC ECCLESIA MAGNO ANTEA TERREMOTUS DIRUTAM

 

 

Sepulcro del obispo Villalán. Foto:Carlos Úbeda

 

Sepulcro del obispo Villalán.

 

Sepulcro del obispo Villalán.

Sepulcro de Fray Diego Fernández de Villalán,

Cuarto Obispo de la Reconquista en Almería.

 

 

ANTONIO CORRIONERO BABILAFUENTE

 

Antonio Corrionero Babilafuente será el designado para suceder a Villalán. Nació el prelado en Babilafuente, lugar perteneciente a la diócesis de Salamanca. En su universidad alcanzó el grado de Maestro de Teología. De allí pasó a ocupar la canonjía de la Catedral de Zamora, donde gano fama como predicador y teólogo. Felipe II se fijó en él para formar parte del grupo de religiosos que debían acompañarle en su viaje Inglaterra. Fue tan destacada su actuación en la

Felipe II, hijo de Carlos V y biznieto de los Reyes Católicos.

El emperador Felipe II

Pintado por Alonso Sánchez Coello

lucha contra el avance del protestantismo, que cuando falleció Villalán, el rey  no dudó en concederle el complejo obispado de Almería. Tras pagar la tasa de ochenta florines, tomó posesión de su cargo bajo el pontificado del Papa  Paulo IV (1557). El día 27 de marzo de 1558 inicia su gobierno, que durará hasta el momento de su muerte, el 13 de mayo de 1570.

Escudo del obispo Antonio Corrionero

  Escudo del obispo Antonio Corrionero

 

Escudo del obispo Antonio Corrionero

  Dibujo del escudo del obispo Corrionero

 

Como le sucediera a su predecesor, llegó a Almería rodeado de parientes cercanos entre los que repartió cargos. Ambos destacaron en su empeño por erradicar a los moriscos andaluces en guerras declaradas. Las ausencias de Almería del nuevo obispo fueron muchas y prolongadas. Recién iniciado su mandato inaugura y bendice la iglesia de Santiago Apóstol construida por el marqués de los Vélez, resultado y colofón del enfrentamiento sostenido entre éste con Villalán.

 

Participa activamente en el Concilio de Trento, del que posteriormente ignorará las directrices que en él se impusieron. Intentó con vehemencia controlar y reprimir el problema de los rebeldes moriscos. Si bien reconoce que se producen abusos por parte de ciertos clérigos, alega en su defensa que existían falsos conversos y la desconfianza sobre las intenciones de los sometidos era grande.

 

No cree en la integración sincera de este grupo de población, por lo que escribe a Felipe II pidiendo su intervención en este asunto. Pide una nueva provisión real y los medios para que se lleven a cabo las anteriores, ordenadas por los Reyes Católicos y Carlos V. Propone, entre otras medidas, la prohibición de ropas de uso moro, abandono del idioma árabe, impedimento de entrar o permanecer en el Reino de Granada a miembros de la Bebería, no permitir esclavos negros a los moriscos, supresión de todos los ritos públicos de religión árabe y que todos los hijos de nobles musulmanes vayan a estudiar y formarse en Castilla la Vieja.

Concilio de Trento (Tiziano).Tuvo lugar  entre 1545 y 1563.

Concilio de Trento pintado por Tiziano

Tuvo lugar entre 1545 y 1563.

 

Tanto el obispo de Granada (Pedro Guerrero y Melchor Álvarez de Vozmediano) como Corrionero, extremaron las formas de severo control contra los árabes recién vencidos. Ello contribuyó sin duda a que se produjera un importante levantamiento para defender sus últimos privilegios. Las capitulaciones de Granada, aunque dejaban ciertos derechos a los musulmanes derrotados, forzó bautismos a los mudéjares y exilios forzosos. El impedimento de ceremonias religiosas en público, como bodas y entierros o la prohibición de llevar la ropa de sus mayores, colmaron las medidas de la desesperación.

 

El primer levantamiento en Granada tras la Reconquista se produjo en el barrio del Albaycín (1499), en la comarca de Níjar y la Sierra de los Filabres de Almería un año después. En 1500 se firman las capitulaciones de Tabernas. En 1502 se decreta la pragmática por la que se ordena la conversión obligada al cristianismo o el destierro de los reinos cristianos. La represión cristiana contra estos levantamientos fue cruenta e inmisericorde. Más de 35.000 mudéjares y  moriscos tuvieron que abandonar el Reino de Granada; se ignora el número de muertos que pudieron serlo en la contienda.

 

No se sabe con seguridad si fue el obispo Corrionero quien consagró la Catedral de Almería. Durante su mandato se  llevó a cabo la realización por Juan de Orea de la sillería del coro, en madera de nogal de estilo plenamente renacentista. También se remodela la Capilla Mayor y se construye el tabernáculo y los púlpitos. Le sobrevino la muerte en la ciudad de Almería antes de que finalizara la guerra contra los moriscos, el 13 de Mayo de 1570. Por su expreso deseo, fue enterrado en la Capilla de Nuestra Señora de la Piedad, en un sepulcro de piedra de alabastro. En su epitafio, ordenado por su sobrino Alfonso Ruano, canónigo de la catedral de Córdoba, puede leerse:

 

1 Capilla de Ntra. Sra. de la Piedad. En ella está enterrado el obispo Corrionero.  2  Sepulcro del obispo Corrionero en la Capilla de Ntra. Sra. de la Piedad

  

 

1.- Capilla de Ntra. Sra. de la Piedad. En ella está enterrado el obispo Corrionero.

2.- Sepulcro del obispo Corrionero en la Capilla de Ntra. Sra. de la Piedad

 

Texto en latín escrito en su lápida

6

 

 

DOMINO, DOMINO, DOCTORI D. ANTONIO CORRIONERO,

VIRO CLARISSIMO PATRI, OPTIMO PASTORI ALMERIENSI,

BENIGNISSIMUS DOMINUS ALFONSUS RUANUS CORRIONERO,

CANONICUS CORDUBENSIS, EX FRATRE NEPOS AMORIS,

ET PIETATIS ERGO POSUIT.

ANGLICA QUE COMITE VIDERUNT REGNA PHILIPI.

TRENTINIQUE PATRES QUEM FIDEI COLUMEN,

PASTOREM IN REDITU VIGILEM ALMERIA SALUDAT.

HANC FOVET ILLE PRECUM MUNERE, VOCE, MANU.

DECUMBIT MISERIS, DUM DECUMBENTIBUS ASTAT.

HIS BONA IUS DUCIT DICERE. DIXIT. OBIT.

COELO MATURUS, TERRAE DAT CORPUS EDACI;

AST ANIMUM MENSIS INTULIT ATHEREIS.

OBIIT ANNO SALUTIS 1583, DIE PRIMA MENSIS MAII.

AETATIS SUAE

 

 

 

JUAN DE OREA

 

El Renacimiento surge en Italia en el siglo XIV  y se extiende por Europa en los siglos XV y XVI. Nace como respuesta estilística al arte gótico con el que termina la Edad Media. Hasta entonces, las sociedades se habían regido por las directrices políticas e intelectuales marcadas por la nobleza feudal y la Iglesia, que fundamentaban su economía en la explotación de los recursos agrícolas. Las teorías humanistas, en las que la individualidad y la figura humana se convierten en el eje de toda filosofía, influyen en la forma de concebir todas las manifestaciones culturales.

Hombre de Vitruvio

Hombre de Vitruvio

 Dibujo de Leonardo da Vinci

Cristobal Colón llega al Nuevo Continente. Museo Naval de Madrid

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cristóbal Colón descubre América en 1492

 

En Alemania Lutero iniciará la Contrarreforma rompiendo la unidad del catolicismo religioso, no cuestionada hasta entonces. En España la Corona de Castilla financia el viaje de Colón, que partiendo de Palos de la Frontera (Huelva) culmina con el descubrimiento de América. Este hecho inicia una etapa de expansión para la cultura europea a la que se incorporarán Portugal e Inglaterra y se consolidan los nacionalismos. Las instituciones políticas se centralizan y la economía se transforma en mercantil y urbana.

 

Los artistas renacentistas toman conciencia del valor que tiene lo peculiar de su obra, apartándose definitivamente del anonimato medieval. Empiezan a preocuparse por descubrir leyes de perspectiva y nuevas técnicas de construcción. El genio y la personalidad del autor deben quedar reflejados en sus creaciones. En Arquitectura se desarrolla la construcción de importantes edificios religiosos y civiles que se financian gracias al mecenazgo de los grandes señores.

 

Entre los elementos que cobran importancia figuran los "sustentantes" (columnas y arcos de medio punto, tomado de la tradición romana) y los "sustentados" (bóveda de cañón, desarrollada a través del arco de medio punto, y las cúpulas). Los elementos decorativos incorporan almohadillados, frontones, pilastras, grutescos, medallones, pórticos y decoraciones heráldicas en las que se colocan los blasones y escudos de aquellos que han hecho posible la edificación del monumento. En este contexto socio-cultural se incorpora Juan de Orea al proyecto de la construcción de la catedral de Almería.

 

Palacio de Carlos V, obra de Pedro Machuca

Palacio de Carlos V, obra de Pedro Machuca

Pedro Machuca

Pedro Machuca

Medallón en la fachada del Museo del Prado

 

Se desconoce el lugar y el año de nacimiento de Juan de Orea. Sabemos que vivió en Granada y emparentó con Pedro Machuca, del que era yerno. Colaboró con él en la realización del Palacio de Carlos V de Granada, diseñando los relieves de la fachada principal. En ellos se glorifica la figura del Emperador. Continuará en ese proyecto durante el reinado de Felipe II. En Granada también realiza la fachada de la Iglesia de San Pedro y San Pablo y la sillería del coro del convento de Santo Domingo. En el año 1556 compite con Andrés de Vandelvira, Diego de Vergara, Luis Machuca y Hernán Ruiz para terminar las obras de la Capilla Real de la catedral de Sevilla, que se encargaran a Hernán Ruiz.

 

Juan de Orea pudo llegar a la capital almeriense alrededor del año 1550. En Almería contrae matrimonio por segunda vez con Ana Corral. Hijos de ambos pudieron ser Martín de Orea, nombrado secretario del Cabildo (1530) y Juan de Orea, Sacristán de Vélez Rubio (1569). Ya consta su residencia en esa ciudad el año 1553 según las cuentas de Cristóbal de  Albeda, administrador del Hospital Real de Santa María Magdalena. Informa que le fueron pagados cincuenta ducados por una sobre escalera que hace para el edifico. En 1556 el Cabildo lo nombra maestro de obras de la catedral y de las demás iglesias del obispado. Sabemos que siguió en ella hasta 1569, fecha en la que solicita el puesto de maestro de obras de la Iglesia Real de Sevilla, tras el fallecimiento de Hernán Ruiz.

 

 

 

 

LA OBRA DE JUAN DE OREA EN ALMERÍA

Iglesia de Santiago Apóstol

 

Fachada principal de la iglesia de Santiago Apóstol diseñada por Juan de Orea

 

 

Dos ángeles sostienen cartelas con la inscripción ALANUS CUARTO, identidad de Villalán

En el centro, una imagen de Santiago Matamoros ataviado con ropas semejantes a las del emperador

 

 

Escudo del obispo Villalán, en la fachada principal de la iglesia de Santiago

 

Hospital de Santa María Magdalena, conocido actualmente como Hospital Provincial de Almería

 

 

 

 

LA OBRA DE JUAN DE OREA EN GRANADA

Palacio de Carlos V

 

Alhambra: Dibujo Palacio de Carlos V

Alhambra: Dibujo Palacio de Carlos V

 

Palacio de Carlos V en el año 1885

Palacio de Carlos V en el año 1885

 

Palacio de Carlos V a finales del siglo XX

Palacio de Carlos V a finales del siglo XX

 

Bajorrelieve en la fachada principal del Palacio de Carlos V

Bajorrelieve en la fachada principal del Palacio de Carlos V

 

 

 

IGLESIA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

 

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Iglesia de San Pedro y San Pablo 
 

 

 

Orea será el arquitecto que introduce y consolida definitivamente el Renacimiento en la provincia de Almería. En la capital interviene en varias actuaciones, como es el caso del Hospital Real de Santa María Magdalena (seguramente con el cargo de supervisor de obras) y en la Iglesia de Santiago Apóstol con un impresionante altorrelieve del apóstol Santiago a caballo. Se asemeja a otra iglesia del mismo nombre construida por el arquitecto en el municipio de Vélez Blanco (Almería). Su obra más significativa será la Catedral de la Encarnación de la Virgen en Almería, bajo el impulso y la protección del obispo Diego Fernández de Villalán.

 

Cuando en el año 1576 muere el maestro mayor de la catedral de Granada, Juan de Maeda, el Cabildo designa como sucesor a su hijo Asensio de Maeda. En ese momento se encontraba dirigiendo las obras de la catedral de Sevilla, por lo que envía una carta declinado el cargo y ofreciendo como candidatos a Juan de Orea, Lázaro de Velasco y a Francisco del Castillo. En el tribunal formado para tomar la decisión, Francisco del Castillo es desestimado, produciéndose un empate entre Orea y Velasco. Finalmente  el nombramiento recaerá sobre Lázaro de Velasco. Orea interpondrá un pleito que hará abandonar al titular, encargándose él de la dirección, que solo ejercerá durante un año, pues fallece en Granada en el año 1581.

 

3 - ENTIDAD DEL EDIFICIO

 

DIFICULTADES DE LA FINANCIACIÓN

 

La construcción de una catedral en Almería rigió la vida y la obra del obispo Diego Fernández de Villalán. Para conseguir su objetivo tuvo que enfrentarse a la pobreza en la que vivía inmersa la población de la comarca y someter la rebeldía de los nobles almerienses. Éstos  se opusieron enérgicamente a la injerencia del clero en sus asuntos económicos planteando una ardua batalla contra el creciente poder de la Iglesia en sus feudos.

 

 

Escudo de Diego Fernández de Villalán en la puerta principal de la catedral.

Escudo del obispo Diego Fernández de Villalán en la entrada principal de la catedral.

 

Los habitantes de Almería querían que el gran templo se construyera en la Almedina, lugar en el que estuvo ubicada la Mezquita Mayor y posteriormente la primera catedral iniciada por el obispo Don Pedro González de Mendoza y que fue destruida por el terremoto de 1522. Rehuyendo de cualquier idea que supusiera continuismo respecto a sus predecesores, Diego Fernández de Villalán se empecinó en conseguir que se erigiera en un espacio que nada tuviera que ver con edificios emblemáticos anteriores. La obra tenía que vincularse, desde su inicio hasta su finalización, solamente a su nombre. La nueva catedral tendría que estar solamente asociada a la persona de su fundador. Su escudo se colocará, como sello incuestionable de autoría, en las dos fachadas renacentistas, sobre la entrada de la sacristía, en una capilla del ábside y en uno de los torreones defensivos de poniente.

 

 

 

ESCUDOS DEL OBISPO DIEGO FERNÁNDEZ DE VILLALÁN EN LA CATEDRAL DE ALMERÍA.

 

 

Escudo del Villalán con los cuatro lebreles que aluden a su apellido: Villadecan.

 

 

A finales del siglo XII la necesidad de identificar ejércitos dio lugar a la creación de imágenes para la diferenciación emblemática de los mismos. Esa señas, reflejadas en escudos y armerías fue posteriormente adoptado por familias las familias aristocráticas, órdenes religiosas y altos mandatarios de la iglesia.

 

En las instancias eclesiásticas el capelo era uno de los timbres más utilizados. Lo pondrá de moda el clero italiano a lo largo del siglo XIV. Consiste en un sombrero de ala ancha sujetado por cordones de seda terminados en borlas, cuyo número dependerá de la importancia del cargo.

 

Los colores también asumieron responsabilidad diferencial. El rojo púrpura era el utilizado por los cardenales y el verde (sinople) por arzobispos y obispos. En el año 1832 la Sagrada Congregación del Ceremonial reguló por decreto el número de borlas con las que habrían de adornarse las dignidades de la iglesia: Quince utilizarían los cardenales,  diez los arzobispos, seis los obispos, tres para los deanes, chantres, abades y canónigos y uno para los sacerdotes.

 

 

 

 

 

La utilización de imágenes de animales era frecuente en los escudos nobiliarios. Sus virtudes eran asociadas a la persona, familias o grupos que los incluían en sus blasones.  Los lebreles que aparecen en el escudo del obispo Villalán aluden a su lugar de procedencia (Villacán); el hecho de llevar un collar simboliza la fidelidad del clérigo a su príncipe o emperador. También vienen a indicar la fiereza en la lucha y el valor a la hora de enfrentarse a los peligros.

 

En el caso del obispo Corrionero Babilafuente, el ciervo junto a la fuente alude al cristiano que acude a beber el agua de la verdad de Cristo.

Salmo 42 de David: Así como ciervo anda en pos del agua, así mi alma anda en pos de tI, Señor

 

Escudo del obispo Antonio Carrionero

 

 

Escudo ubicado sobre la puerta de la fachada principal. Dos ángeles tenantes lo sujetan  por los cordones de salen del capelo recogiéndose sobre el cuerpo de ambas figuras.

 

Escudo bajo capelo, cordones entrelazados y colgantes de sinople con diez borlas cada uno, correspondiente al grado de arzobispo. Fuente: etimologias2004.blogspot.c

 

Puerta de los Perdones

 

 

Escudo de la fachada norte sobre la Puerta de los Perdones. Solo aparece un cuartel con los dos lebreles del apellido Villalán. En el cuello muestran un collar significando súbdito fiel.

 

 

 Sacristía de la catedral. Foto: Jesús Vílchez      Escudo del obispo Villalán en la Sacristía de la catedral. Foto: Jesús Vílchez

 

Escudo sobre la puerta de la Sacristía, visible desde el mismo momento en el que se entra en la catedral. Presenta capelo y cordones de sinople entrelazados anudados en diez borlas a cada lado (arzobispo)

 

 

 

 

Cristo de la Escucha o "Cristo de Villalán". Desaparecido durante la Guerra Civil Española (1936)

Cristo de la Escucha

 o "Cristo de Villalán"

A tal grado llegó la presión de la aristocracia almeriense en sus reivindicaciones contra el vallisoletano, que en 1534 el Emperador ordenó paralizar los trabajos y solicitar información sobre lo que estaba aconteciendo. Contando con el apoyo del ejército en plaza y la mayoría de los jueces, consiguió del soberano una resolución favorable para su proyecto. Su principal opositor era el conde de Tendillas, pues sostenía que la catedral sería mucho más fácil de defender dentro de la Almedina. Villalán alegó que el templo era en sí una fortaleza y que reforzaría  la zona de la Musalla.

 

La ubicación de la Catedral formó parte de la estrategia defensiva de la ciudadEl día 4 de Octubre de 1534, onomástica de San Francisco, fundador de la orden en la que el obispo tomara sus votos (Orden de los franciscanos), una regia procesión salió de la iglesia que lleva nombre de este santo, encabezada por Villalán. Cuando llegaron al lugar en el que habría de edificarse la catedral, fue colocada solemnemente la primera piedra. El 28 de ese mismo mes, donde hoy se encuentra la Capilla Mayor, se colocó un gran crucifijo de madera para que presidiera las obras, según dictaba la costumbre.

 

Edificada en el centro de la antigua medina árabe, la necesidad de terreno hizo imprescindible el derribo de muchos edificios, la mayoría de ellos casas moriscas. Sufragando con los diezmos eclesiásticos, todas fueron compradas por el obispo, tal y como queda reflejado en distintas actas notariales de la época. Villalán levantó su catedral en el mismo corazón de la antigua ciudad árabe.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sepulcro del Obispo Villalán

La financiación no resultó ser cosa sencilla. La Corona y la nobleza local estaban obligadas a contribuir con los diezmos que percibían de la Iglesia, según los dictados papales. Sin embargo ponían dificultades y excusas para su envío, por lo que el retraso en los pagos solía ser frecuente. El Cabildo aportó los beneficios obtenidos de su fábrica y el obispo Diego Fernández de Villalán donaba  anualmente de sus rentas personales aproximadamente unos dos mil ducados.

 

Es cierto que parte de este capital debía ser entregarlo por imposición episcopal desde su nombramiento, pero la cifra resulta excesiva según el criterio de algunos historiadores especialista en el tema. Las limosnas de los almerienses también fue una importante fuente de ingresos. La actividad en el ciudad generada por tan magna empresa ayudó a combatir la pobreza de muchos obreros y artesanos de la diócesis. En las obras parece que fueron evitadas las contrataciones a moriscos. Por deseo expreso del obispo, Cristóbal de Abelda,  Pedro de Gámez y Luís Zamora fueron los responsables de la administración y organización económica de la obra.

 

La construcción de la catedral duró treinta y cinco años. Ocupó una superficie de más de cinco mil metros cuadrados, siendo concebida como un templo-fortaleza en la que pudieran refugiarse los habitantes de  Almería, en caso de ataques piratas y rebeliones de los moriscos y árabes insumisos. Si bien la Alcazaba cumplía también ese cometido, el templo en la villa se convirtió en una especie de ciudadela en la que, física y espiritualmente, se brindaba protección a cuerpos y almas. Aunque no llegó a verla totalmente terminada, Diego Fernández de Villalán tuvo la satisfacción, antes de su fallecimiento, de poder cantar en ella el primer Te Deum.

 

 

Escudo de la fachada norte, sustentado por un águila con las alas extendidas.

Fuente: www.fuenterebollo.com

 

SIMBOLOGÍA Y  FUNCIONALIDAD

No se tiene la certeza del nombre del arquitecto que dibujó la planta de la catedral, aunque algunos investigadores la atribuyen a  Enrique Egas y otros a Diego de Siloe.  También se han detectado influencias de Rodrigo Gil de Hortañon, autor de la catedral de Segovia o la Universidad de Alcalá de Henares. Se concibió como una fortaleza con  torres y murallas capaces de repeler ataques de artillería. Además de servir para el culto, complementaba las funciones defensivas de la Alcazaba contra las agresiones piratas dirigidas desde el mar o la de moriscos sublevados que podían atacar desde el interior. Predomina en su construcción el gótico tardío, aunque  sus fachadas principales, la sacristía y el lucernario están realizados al uso renacentista. Seguramente esta inflexión de estilos coincide con la incorporación como director de la obra del arquitecto Juan de Orea, que trabajó en la catedral desde 1555  fecha en la que es contratado por el obispo Diego Fernández de Villalán, hasta el año 1572. 

 

Existe la opinión de que la singularidad de la catedral de Almería consiste en ser la única catedral-fortaleza de la Península. Conviene decir que la idea de iglesias fortificadas tiene notables precedentes en Europa que se remontan al Románico. Entre los ejemplos más conocidos citaremos  la catedral de Sainte-Cecile (Francia) y la catedral de Guarda (Portugal). En España contamos con la catedral de Ávila, la de Sigüenza y la de Tuy. Lo que diferencia a la catedral de Almería de todas las anteriores es que éstas se proyectan como templos fortificados y la almeriense  se plantea desde sus orígenes como un espacio fortificado en el corazón de la antigua medina necesario en la ciudad, que además debería servir  también como catedral.

 

 

CATEDRALES-FORTALEZAS

 

Catedra-fortaleza de Albi (Francia). Girola  Catedra-fortaleza de Albi (Francia). Girola

 

Catedra-fortaleza de Albi (Francia)

Catedral fortaleza de Albi (Francia)

 

Catedral de Guarda (Portuga). La distribución de las puertas presenta paralelismos con la de Almería.

Catedral fortaleza de Guarda (Portugal)

 

 

  Catedra-fortaleza de Avila (España)

  Catedral fortaleza de Ávila (España)

 

  Catedra-fortaleza de Sigüenza (España)

  Catedral fortaleza de Sigüenza en Guadalajara (España)

 

Catedral de Tuy (Pontevedra) Foto:Arturo García

  Catedral de Tuy en Pontevedra (España)

 

 

 

 

El perímetro de la Catedral de la Encarnación de la Virgen se inscribe en un rectángulo del que sólo sobresalen las capillas de la girola, adoptando forma de bastiones. Observando los planos de las catedrales-fortaleza españolas podemos comprobar como el espacio reservado al templo es el que tiene mayor dimensión. El claustro se concibió como un patio de armas más que cómo un lugar de distribución del tránsito entre distintos espacios o de recogimiento y oración, de ahí su desproporción métrica comparada con las antes citadas. Aunque las trazas más antiguas se construyen bajo los cánones del gótico tardío, su planta incorpora estructuras defensivas que tienen en cuenta los posibles ataques con artillería. Eso condiciona tanto la altura de sus muros como la orientación de sus fachadas y la terminación de las cubiertas. Los techos se hacen de forma que puedan servir como plataformas para colocar catapultas y cañones.

 

Las murallas se orientan hacia el puerto,zona de mayor peligro debido a los ataques por mar.

Vista aérea de la catedral.

La puerta principal estaba orientada hacia los barrios populares. Las murallas, hacia el puerto.

 

La puerta principal de la catedral se abre mirando a la ciudad, facilitando el refugio de la población en caso de agresión. Esa circunstancia hace que al entrar en ella, la primera perspectiva frontal no sea sobre la Capilla Mayor, sino de la Sacristía y el claustro. El primer emblema que percibe el visitante es el escudo del arzobispo Villalán sobre la puerta de dicha Sacristía. La ubicación de la entrada principal en un lateral y no a los pies del crucero, como suele ser habitual, acortaba la distancia de acceso al patio de armas (claustro) y se propuso como solución estratégica para facilitar el tránsito a la zona militar en momentos de conflicto.

 

La fachada que se orienta hacia el mar es prácticamente un lienzo de muralla rematado en sus extremos por dos torreones de planta octogonal. El campanario inscrito en un cuadrado, actuaba como torre de la vela con control visual sobre el puerto y la villa. Todo el edificio se concibe como una muestra de la fuerza triunfante de la cristiandad y del incipiente Imperio español. El escudo del obispo Villalán aparece en sus dos portales de acceso. En el principal, aparece el de Carlos V; en la Puerta de los Perdones, el de su sucesor, Felipe II.

 

En la Catedral de la Encarnación de la Virgen quedan reflejadas las formas simbólicas de la transición entre la Alta Edad Media a la Edad Moderna. Se manifiesta el abandono definitivo de los conceptos que sustentaban el señorío feudal y comienza a tomar protagonismo figuras que habrán de conformar la imagen de los mecenas renacentistas del que Villalán podría entenderse como predecesor. Si bien el escudo de Carlos V se superpone en la puerta principal a todos los demás signos iconográficos, incluido el de la Virgen, su presencia queda limitada prácticamente a ese espacio. Sin embargo, el del  Obispo y las alegorías que recuerdan su apellido (perro con collar, indicando fidelidad a la corona) está omnipresentes en todo el edificio. En las cartelas de la Puerta de los Perdones, por su ubicación, se da la misma importancia al obispo y al rey

 

4 - DESCRIPCIÓN DE LA CATEDRAL

 

Plano de la Catedral de la Encarnación (Almería). Fuente: floresdelsureste.org

Plano de la catedral de Almería, consagrada a la Encarnación de la Virgen.

 

 

 

FACHADA PRINCIPAL

 

Siguiendo el espíritu de todo el edificio, esta fachada se resuelve como un sólido lienzo de muralla en el que se localiza la puerta principal de acceso. Ésta se  inserta entre el segundo vano de los tres primeros contrafuertes próximos a la girola, de los seis que hay en total. Solamente en este espacio se condensa la intención decorativa y simbólica de este lado de la iglesia-fortaleza. Se inició su construcción durante la etapa gótica, siendo una de las partes más antiguas del monumento. Fue diseñada por el arquitecto Juan de Orea en el año 1567 y se terminó tres años después. Organizada en tres cuerpos estéticos horizontales, éstos decrecen en altura a medida que se distancian del suelo. Todos los elementos decorativos simbólicos se ordenan en ellos asumiendo un compromiso temático. El conjunto se sustenta en estereóbatos con boceles y escocias que dejan paso a un friso resuelto con distintos motivos escultóricos de inspiración clásica. Por su parte, los elementos ornamentales se distribuyen de forma simétrica en torno a un eje vertical.

 

Fachada principal de la Catedral de la Encarnación.Foto:Jesús Vilchez    Catedral de Almería

Fachada principal de la catedral de la Encarnación de la Virgen.

 

Figura 1 - Distribución simbólica de la fachada principal.

A.- Zona dedicada a Villalán. B.- Zona dedicada a la Virgen  C.- Zona dedicada al Emperador.

 

 

El primer cuerpo (Fig.1-A) está dedicado al obispo constructor, Diego Fernández de Villalán: el segundo (Fig.1-B), a la exaltación de la Encarnación de la Virgen María y el tercero (Fig.1-C) al emperador Carlos V. En el espacio dedicado al obispo Villalán (A) se encuentra la entrada principal, que recibe el nombre de Puerta de la Encarnación. Su concepción responde al tipo de arco de triunfo romano por el que se accede, desde el ámbito de lo terrenal, al mundo del espíritu. En toda la fachada se manifiesta el declive de los cánones góticos dejando paso abiertamente a los renacentistas.  Las cuatro columnas que la enmarcan son de orden corintio (5), dos a cada uno de sus lados. Entre ellas hay cabezas de querubines, tondos  y hornacinas (6). El basamento de las columnas se apoya en un plinto con bajorrelieves (2) que representan ángeles sedentes frente a emergencias de las virtudes del príncipe de la iglesia. En sus laterales se contrasta la quietud de las figuras con otras que aparecen en movimiento. La cornisa triangular (7) tiene en su vértice central el escudo del mecenas constructor con los cordones jerárquicos de su timbre arzobispal, sostenido por dos ángeles tenantes.

 

 

 

EXPLICACIÓN INTERACTIVA DE LA FACHADA DE LA CATEDRAL

Pulsar sobre los números para ampliar la imagen.

 

 

 

 

 

El protagonismo del escudo es incuestionable y constituye, junto al de Carlos V y a la imagen de la Virgen, uno de los tres puntos visuales más destacados de la portada catedralicia. Los ángeles que custodian el escudo de Villalán sostienen con una mano el cordón arzobispal y en la otra llevan una granada, fruta asociada a la abundancia. TambiénMotivos arquetectónicos era símbolo iconográfico del recién conquistado Reino nazarí de Granada, al que entonces pertenecía la provincia de Almería. Al lado de cada uno de ellos, colgada de una anilla que parece salir del muro, cuelga un racimo formado también por racimos de esa fruta.

 

En el caso de los contrafuertes que dan marco a la fachada, en su cara exterior y sobre cada uno sus frisos, aparecen igualmente figuras aladas: una en cada contrafuerte.  Las dos esculturas están ubicadas en posiciones equidistantes al eje del parteluz de la puerta de acceso. Sin embargo su factura es muy diferente. La que aparece a la izquierda recuerda a los querubines heredados directamente del mundo helénico. Responde pues, a un modelo profano típico en las reproducciones escultóricas del dios Eros. Adopta una pose praxitélica, mostrándose absolutamente desnuda.

 

La que aparece a la derecha está esculpida siguiendo el gusto del llamado "naturalismo" gótico. Vestida con una ligera armadura, a sus pies y apoyándose en el muro, resalta un escudo en el que puede leerse el patronímico del obispo (ALANUS) y un lebrel en actitud sumisa, como el que aparece en su heráldica. Lo sacro y carnal del querubín helénico situado a la izquierda tiene su antagonismo en este otro ángel ubicado a la derecha, que preconiza la espiritualidad de la fe combatiente y la fidelidad (lebrel) al emperador.  Las figuras localizadas sobre los frisos de los plintos representan el antagonismo entre lo sacro y lo profano, lo antiguo y lo moderno así como el enfrentamiento entre la banalidad de la carne y la trascendencia espiritual de la fe combatiente.

 

Escultura de bulto redondo sobre el bajorelieve del contrafuerte.  Escultura de bulto redondo sobre el bajorelieve del contrafuerte.

Figuras sobre los frisos de los plintos que simbolizan los antagonismos entre lo sacro y lo profano.

 

Siguiendo la línea vertical de estas figuras de los contrafuertes y sobre el cambio de cota, se muestran mascarones con cabezas de león (9) en la primera y en la segunda un rostro grotesco de quimera, con las fauces abiertas. Gárgolas, quimeras, monstruos y demonios eran colocados durante la Edad Media en las portadas de los templos para amedrentar a infieles, pecadores y enemigos de la iglesia, protegiendo así el recinto sagrado. Sobre el entablamento y a cada uno de sus extremos, tres jarrones (8) inician el recorrido por el espacio dedicado a la Virgen de la Encarnación.

 

 Mascarón con cabeza de león que remata el segundo nivel del  contrafuerte.Quimera que remata el segundo nivel de los contrafuertes.

Mascarones y grutescos adornan los contrafuertes de la entrada principal.

 

 

ORNAMENTACIÓN DE LA FACHADA EN LA ZONA DEDICADA AL OBISPO VILLALÁN

 

Frontón con escudo de Villalán custodiando por ángeles y rodeados de granadas, símbolo del reino.

 

Querubines, tondos y hornacionas entre las culumnas del primer cuerpo.

Hornacina detrás de las columnas.

 

 

Escultura de bulto redondo sobre el bajorelieve del contrafuerte.   Escultura de bulto redondo sobre el bajorelieve del contrafuerte.

Figuras que aparecen sobre los contrafuertes que enmarcan la puerta principal.

 

Plinto que sustenta las columnas del primer cuerpo, con figuras aladas sedentes.   Lateral del plinto que sustenta las columnas del primer cuerpo, con figuras aladas en movimiento

Friso del plinto que sustenta las columnas. Los ángeles sedentes contrastan con los laterales en movimiento.

 

 

 

 

El segundo cuerpo (B), consagrado a la Virgen de la Encarnación, cuenta con cuatro columnas corintias pareadas adosadas al muro, entre las que se puso la Imagen de la Virgen mostrando en sus brazos al  Niño Jesús (10). Es la zona de la fachada dedicada exclusivamente a la divinidad. Rinde homenaje a la encarnación del Hijo de Dios por la virgen María. La imagen de la madre de Cristo está contenida en un nicho rectangular bordeado por una guirnalda de laurel. Sobre ella se localiza una cabeza de querubín de grandes proporciones. A cada uno de los lados de la hornacina aparecen dos tondos con las figuras de los padres de la iglesia: San Pedro y San Pablo  (11 y 12). Los medallones están rodeados por una guirnalda de laurel como ocurre en el nicho de la Virgen, viniendo a significar el triunfo del cristianismo sobre otras doctrinas como la islámica o la judaica. El mito de Hércules es utilizado para explicar la fuerza de Carlos V a la abundante población morisca.

 

 

 

ORNAMENTACIÓN DE LA FACHADA EN LA ZONA DEDICADA A LA VIRGEN DE LA ENCARNACIÓN

 

 

Hornacina de la Virgen en el segundo cuerpo de la fachada principal.

Hornacina conteniendo la imagen de de la Virgen de la Encarnación.

Se sitúa en el segundo cuerpo de la fachada principal

 

 

Medallones de mármol con las imágenes de San Pedro y San Pablo.

 

Jarrones con mascarón de cabeza de león sobre arquitabe del primer cuerpo. 

Jarrones sobre el entablamento del primer cuerpo. Columnas corintias pareadas junto al nicho de la Virgen

 

 

 

El tercer cuerpo (C) rinde homenaje al emperador Carlos V.  En la cornisa de  la hornacina de la Virgen, interrumpiendo la sima en su parte central, se puso el escudo del monarca (13). Consiste en un águila bicéfala coronada, que contiene los blasones del heredero de los Reyes Católicos. La inscripción de las Columnas de Hércules ("Non Plus Ultra") ha suprimido la negación ("Non") indicando que en los dominios de rey "No se ponía el sol". En el epistilo aparece el Vellocino de Oro correspondiente a la Orden del Toison, invadiendo el espacio superior de la hornacina de la Virgen. 

 

 

 

 

ORNAMENTACIÓN DE LA FACHADA EN LA ZONA DEDICADA AL EMPERADOR CARLOS V

 

 

Tercer cuerpo de la Puerta de los Perdones.

Tercer cuerpo de la fachada principal de la catedral dedicada al emperador Carlos V.

 

Escudo de Carlos V sostenido por águila bicéfala y vellocino de oro (Orden del Toisón)

 Frontón abierto conteniendo el escudo de Carlos V con el águila bicéfala.

 

 El escudo del emperador con el toisón de oro

 

 

 Detalles de las dos cabezas del águila imperial en el escudo de Carlos V

 

 

Columnas de Hércules  Columnas de Hércules

 El mito de Hércules se popularizó durante el Renacimiento. A cada lado del escudo imperial vemos las famosas columnas con la inscripción "PLUS ULTRA" sugiriendo que en los dominios de Carlos V "no se ponía el sol".

 

 

 

LA PUERTA DE LOS PERDONES

 

Por la Puerta de los Perdones accedían a la catedral quienes solicitaban amparo de la Iglesia frente a otras Instituciones. Fue diseñada por Juan de Orea (1569) siguiendo los mismos patrones arquitectónicos que la puerta principal, pero con menor profusión ornamental y factura menos brillante.

 

Protegido por lonja de hierro forjado, el retablo de la Puerta de los Perdones se sitúa entre dos sólidos contrafuertes.

 Puerta de los Perdones  diseñada por Juan de Orea  con lonja de hierro forjado diseñada por Enrique López Rull.

 

Se organiza igualmente en tres cuerpos simbólicos. El primero  (A) está dedicado a Villalán; el segundo (B) se reservaba para la divinidad y el tercero (C) al emperador. En este caso aparece el escudo de Felipe II, sucesor de Carlos V.

 

 

 Niveles simbólicos de la Puerta de los Perdones.

 

La portada, orientada hacia poniente, está enmarcada entre dos contrafuertes que se apoyan en un plinto con base de escocias y boceles. Sobre cada uno de los plintos vemos una cartela conteniendo inscripciones conmemorativas. En la situada a la izquierda podemos leer "ALANUS QUARTUS 1569" aludiendo a la toponimia de Villalán y al hecho de haber sido el cuarto obispo de la ciudad tras la Reconquista. También menciona el año de su construcción. En la que aparece a la derecha, con el rótulo de "REGNANTE PHILIPO" se hace referencia Felipe II, monarca reinante durante esa fase de su construcción.

 

 

  

 Cartelas con inscripciones aludiendo al obispo Villalán y al emperador Felipe II.

 

La puerta de acceso está situada en el centro de este cuerpo de la fachada entre columnas pareadas de orden dórico. Sostienen un frontón redondo encerrando en su parte más ancha la cabeza alada de un querubín y rematado en sus extremos con esferas coronadas, que bien pudieran ser granadas esquematizadas, simbolizando el antiguo reino nazarí. El friso del entablamento alterna  triglifos con gotas  y metopas decoradas con rosetones encerrados en un círculo. Sobre el frontón, presidiendo todo el cuadro, se colocó el escudo de Villalán. Solo muestra una de las cuartelas en las que aparecen los dos característicos lebreles de su apellido. Bajo capelo, los  diez nudos de sus cordones aluden a su jerarquía de obispo.

 

 

 Frontón con querubín en su centro con entablamento de triglifos y metopas. Escudo de Villalán.

Foto: "Luisde" en Panoramio.

 

Esudo del obispo Villalán, sobre la puerta de entrada.Luce una sola de sus cuartelas con los lebreles que aluden a su apellido.

 Variante del escudo de Villalán con dos perros alanos, aludiendo a su apellido.

 

 

 Segundo y tercer nivel de la portada de la Puerta de los Perdones dedicados a la divinidad y a Felipe II respectivamente.

Foto: "Luisde" en Panoramio.

 

En el nivel reservado para la representación religiosa (B) se repite el esquema del piso inferior, siendo en este caso las columnas pareadas de orden jónico, si bien el frontón es triangular aunque albergando igualmente una cabeza de niño alada. En el centro está la hornacina (vacía) reservada a la divinidad bajo la sombra de una cúpula venera, en cuya base encontramos otra cabeza de ángel. A cada uno de los lados del nicho hay dos jarrones decorados con grecas, entre los que se asoman dos mascarones con cabezas aleonadas. 

 

Bajo la hornacina con venera se situaba la imagen de la divinidad

Foto: "Luisde" en Panoramio.

 

Jarrones con las esencias simbólicas del cristianismo y mascarón en el centro.

Foto: "Luisde" en Panoramio.

 

 

Segundo y tercer cuerpo del retablo de la fachada.El segundo está dedicado a la Virgen; el terero a Felipe II.

Cuadro total de los niveles B y C de la Puerta de los Perdones

 

Esta zona de la fachada se reparte en tres áreas estéticas, siendo la central la que contiene la imagen, posiblemente de la Virgen. A su lado, los jarrones que guardan las esencias del cristianismo son defendidos con fiereza por los mascarones que aparecen tras ellos. Dos grandes guirnaldas laureadas se les sobreponen marcando, junto a unas cenefas de grecas, la transición a la zona dedicada a Felipe II.  El tercer nivel, dedicado al emperador, es el más austero. Solamente contiene un águila sujetando el escudo del monarca y dos mascarones de cabeza de león en la terminación de cada uno de sus contrafuertes. Detrás del águila real, el gran óculo que contiene el rosetón que ilumina la nave central. En el año 1905, el arquitecto Enrique López Rull realiza una lonja con enrejado de forja para solucionar el problema del desnivel del suelo.

 

 

Distintos aspectos de la Puerta de los Perdones.

 

 

EL CAMPANARIO

 

El campanario fue la única estructura del perímetro catedralicio que dejó inconcluso el obispo Villalán. En su tiempo se consolidaron los cimientos, pero será durante el gobierno de Portocarrero cuando se termine esta torre. Se erige en la zona de Poniente y sus muros se construyen con sólidos tabiques de mampostería, exentos de adornos. En la paste inferior, a poca distancia de la base, se incrustaron cabezas de leones que sujetaban aros de hierro entre sus fauces. También vemos un escudo en una de sus fachadas y pequeñas ventanas en los pisos superiores, que más que cumplir una función de iluminación natural parecen concebidas para ejercer desde ellas controles de vigilancia.

 

Es posible que las plantas inferiores se utilizaran como vivienda para los campaneros o personas relacionadas con el cuidado del templo. Actualmente su estado de deterioro es notable, tanto en su interior como en el exterior. La torre se corona con varias campanas que parece se ubicaron en cada uno de sus huecos, llegando a un número de ocho ejemplares.

 

 

 

http://campaners.com/php/catedral.php?numer=59

 

 

Parece probable que hubo campanas en los ocho huecos de la torre. Por otra parte, y de acuerdo con el modelo tradicional andaluz y murciano, las campanas mayores estarían fijas, como lo está la única antigua litúrgica conservada (ya que las otras desaparecieron en la guerra civil).
En consecuencia cabe suponer que habría cuatro campanas fijas, que se tañerían mediante badajo, y cuatro de volteo, que tocarían probablemente mediante sogas enrolladas al yugo, del modo que aún se hace en diversas poblaciones andaluzas.
La torre de la Catedral de Almería, tiene ocho campanas, dispuestas en dos plantas. Las seis inferiores corresponden a las campanas de uso litúrgico, mientras que las dos superiores se utilizan para las señales horarias.
El conjunto, muy irregular, está formado por bronces de distinta procedencia, con tres campanas antiguas de gran valor histórico y documental. Hay una campana, fundida en Almería, de poco interés pero con algún valor documental. También existe un grupo de cinco campanas, hechas en 1942 por Fernando Villanueva Sáenz, un fundidor extremeño de baja calidad, como lo prueba el hecho que tres estén rajadas y por tanto inservibles. El conjunto exige una seria intervención para recuperar sus valores estéticos, musicales y documentales.
En la actualidad existen dos grupos de campanas bien diferenciados: las dos del reloj, instaladas en su espadaña y construidas por José CORONA, junto a otras dos y el reloj (que él denomina "relox"), en 1781, y seis campanas litúrgicas, ubicadas en la sala de campanas.
De éstas, solamente la mayor es antigua, de 1805 y autor desconocido hasta la fecha, y permanece fija, mientras que hay otras cinco de volteo, de escasa calidad, tres de ellas rajadas. La menor es de TALLERES OLIVEROS, una empresa local sin experiencia en campanas, que la hizo en 1940, seguramente para suplir la ausencia de las antiguas campanas de volteo, y cuatro más, de Fernando VILLANUEVA SÁENZ, de Villanueva de la Serena (Extremadura) de escasa sonoridad y calidad, de las que tres están rajadas, aunque dos siguen usándose (una entera y otra levemente rota). Este conjunto y sus instalaciones no reproducen los toques tradicionales de Almería.

 

De acuerdo con las tradiciones comparadas de otras catedrales andaluzas y murcianas, es probable que hubiese diversas campanas fijas, probablemente cuatro, que se utilizarían en solitario para las diversas señales diarias y semanales, y conjuntamente para los toques de difuntos (ya que probablemente las otras cuatro campanas de volteo no se tañerían más que girándolas).
A la altura que están las campanas es muy probable que se volteasen con una soga, como ocurre en la mayoría de catedrales de Andalucía, esto es en un sentido y en otro, solución tradicional que introduce una amena variación del volteo.
Los diversos volteos anunciarían las diversas clases de festividades litúrgicas, junto con distintas señales de las campanas fijas. No es improbable que para el coro diario voltease la campana menor, con el repique de una o dos fijas, las dos pequeñas, mientras que para el domingo ya hubiese otra campana de volteo, y seguramente otras de repique. También es posible que para las segundas clases volteasen las tres campanas menores con el repique de las tres menores fijas. Finalmente, para las fiestas mayores (como el Corpus Christi, Navidad o Pascua, la Virgen del Mar y quizás también San Indalecio), se repicaban las cuatro fijas, coordinándose con el volteo de las cuatro correspondientes.
No hay que olvidar las señales diarias, desde la oración tres veces al día, el coro de mañana y de tarde, así como las funciones menores (rosario, novenas) que marcarían el paisaje sonoro diario de las campanas de la Catedral.

 

Tras la instalación, en 1940 y 1942 de las nuevas campanas de volteo, antes de 1992 se produjo la sustitución, por Salvador MANCLÚS de València, de los yugos de tres campanas de volteo, con la instalación de sus correspondientes motores continuos. También fueron dotadas con sendos electromazos trifásicos, pesados y lentos, las dos campanas del reloj (dejando los antiguos martillos por gravedad), la campana (3) (la de volteo en buen estado de conservación), así como la mayor (6). Las otras dos campanas de VILLANUEVA SÁENZ, ya rajadas, fueron dejadas sin uso.
En tiempos recientes los electromazos de MANCLÚS han sido sustituidos, funcionalmente, por otros monofásicos, instalados por empresa desconocida, e inadecuados al tamaño de las campanas.
En 2005 la Catedral tomó la decisión de restaurar las dos campanas del reloj, una de las cuales carecía de asas (por defecto de fundición de origen). Se soldaron nuevas asas por LACHENMEYER en Alemania, se limpiaron ambas campanas, y también se renovaron los yugos de madera (en realidad vigas empotradas en la espadaña).
Sobre todo, el conjunto fue dotado de los mismos mazos externos originales, que fueron dotados de mecanismos de tiro movidos por aire comprimido, para recuperar la sonoridad y la apariencia estética históricas, que habían sido modificadas con el añadido de aparatosos electromazos trifásicos. No obstante la nueva instalación no reproduce la forma original de toque, por gravedad, sino que impulsa el mazo, produciendo un toque más agresivo y diferente, a pesar de utilizar los elementos originales.
Los trabajos fueron realizados por RELOJERÍA VALVERDE S. L. de Alcantarilla, a la que asesoramos en algunos aspectos técnicos para ejecutar la restauración.

 

MURALLA, GIROLA Y SOL DE PORTOCARRERO

 

 

 

 

Recorrido fotográfico por ...    

 

EXTERIOR DE LA CATEDRAL MURALLA Y GIROLA

 

 

EL INTERIOR DE LA CATEDRAL

Fotos: Jesús Vílchez y Carlos Úbeda

 

La nave del templo se inscribe en un rectángulo con girola de tres cuerpos adosada en uno de los lados menores. A la girola se adosan tres torreones, dos de ellos semicirculares y el central  coPlanta del templo de la Catedral de la Encarnación. n planta octogonal. Su interior se ordena en tres naves al mismo nivel de suelo cubiertas con bóvedas de cañón sostenidas por columnas. Está decorada con pechinas, medallones, nervios entrecruzados, cartelas y grutescos, así como otros elementos típicos del periodo gótico y renacentista. En el transepto se encuentra la linterna con vidrieras de colores con motivos geométricos, obra de Juan de Orea. Es el único elemento que sobresale  en los niveles de la cubierta.

 

El edificio se interpreta a partir de un eje de simetría longitudinal que parte desde la Puerta de los Perdones hasta la Capilla Mayor  y la torre del Sol de Portocarrero. En su recorrido nos encontramos, en la zona más próxima a la entrada por la puerta principal, el Trascoro, seguido del Coro, el Crucero, la Capilla Mayor y las capillas de la girola. A la derecha se abre el Claustro y la Sacristía y a la izquierda, la Puerta de la Encarnación de la fachada principal.

 

El recinto fue construido bajo las directrices de cánones góticos, con bóvedas de cañón y columnas de baseTrío de óculos que resuelven el problema de la iluminación interior. Foto: "Homer J." octogonal que se adosan en sus aristas. De los capiteles emergen los nervios que conforman las crucerías de las bóvedas. La iluminación se resuelve con óculos y ventanales, además de una linterna con cúpula abovedada sostenida por cuatro arcos torales. Se erige sobre la ¿Capilla Mayor o el transepto? en la parte central de la nave, elevándose sobre el nivel de las otras bóvedas.

 

Los tríos de óculos se rodean de figuras simbólicas con toda suerte de motivos antropomorfos, vegetales o geométricos. Vemos mascarones con rostros humanos, animales, quimeras, ángeles y toda suerte de elementos decorativos, característicos de ese periodo artístico. En los medallones circulares se colocan imágenes relacionadas con la Historia de la Iglesia. Los tragaluces se rodean de hojas de acanto y los nervios se rematan en sus cruces con rosetones circulares.

 

 

Tríos de óculos sobre el arco de la cúpula.Bóveda decorada con nervios entrecuzados rematados con rosetones circularesEstrella octogonal inscrita en el espacio cuadrangular de la bóveda.

 

Columna de base octogonal de la que parten los nervios de la crucería que adorna la bóveda.Bóvedas de crucería de las naves.

Las bóvedas de cañón están sostenidas por columnas corintias de base octogonal de la que parten los nervios que decoran la cubierta.

 

La bóveda de crucería está formada por arcos apuntados en los que se entrecruzan nervios. Estos parten de las columnas y se subdividen en otros secundarios. Los llamados terceletes dan lugar a bóvedas de estrella. Las claves o punto centrales de la crucería  se adornan con florones esculpidos, de madera o metálicos, generalmente policromos. Reciben el nombre de arandelas.  La distribución de estos nervios, su disposición y profundidad tienen gran importancia en la sonoridad de la música y los rezos en la iglesia, por lo que fueron especialmente cuidados en la catedral de Almería. El interior contrasta con la impresionante robustez que se obtiene contemplándolo desde el fachadas exteriores, si bien en el conjunto de sus estructuras no alcanza el grado de esbeltez de otras catedrales góticas.

 

 

 

Recorrido fotográfico por ...    

 

NAVES, BÓVEDAS Y COLUMNAS LAS VIDRIERAS OBJETOS Y MOBILIARIO

 

 

CAPILLA MAYOR

Si la catedral de Almería destaca por su exterior austero con aspecto de fortaleza, la Capilla Mayor puede considerarse parte de la solución con la que sus artífices pretendieron contrarrestar este efecto, haciendo que en su interior se creara un ambiente de sereno recogimiento y solemnidad que armonizara con la identificación del culto a la Encarnación del Hijo de Dios por la Virgen María. Se inicia su construcción  durante el reinado del heredero de los Reyes Católicos, el emperador Carlos V. Se concibió bajo los todavía imperantes cánones medievales, edificándose como una estructura de base poligonal cerrada. Sin embargo, su planta poligonal con bóveda de crucería de arcos apuntados responde a formas góticas en un momento en el que las tendencias renacentistas ya se practicaban en Europa.

 

    Capilla Mayor con los púlpitos, el retablo y el  tabernáculo.

Módulo de la Capilla Mayor con escaleras renacentistas. Púlpitos con tabernáculo y retablo.

 

 

 Comienzan las obras en torno al año 1528 y terminarán veinticinco años después, si bien en el siglo XVIII fue modificada llevándose a cabo la apertura de cinco arcos laterales de medio punto en sus muros perimetrales. Quedó así como un recinto abierto que conectaba su espacio con las naves de la girola, semejante al empleado en la Catedral de Granada, consiguiendo la sensación de mayor amplitud y enriqueciendo la perspectiva visual. Las escaleras de acceso y la concepción del espacio en este momento responden ya a gustos renacentistas. El obispo Claudio Sanz y Torres (1761-1779) promovió las reformas,  aportando de su propio dinero los  gastos de financiación, con el propósito de conseguir el "adorno y decencia del culto divino" en la catedral. El proyecto Incluía  el tabernáculo de mármol y jaspe, los púlpitos y el retablo.

 

El retablo está presidido por dos grupos escultóricos que representan la escena de la Anunciación de la Virgen y un Calvario, únicas piezas procedentes del anterior. El Calvario se atribuye a Pablo de Rojas, maestro de Montañés, escultor de origen sardo ubicado en Alcalá la Real  (Jaén) y que se trasladará a Granada donde establecerá su taller. Rojas supone la transición iconográfica entre las formas del romanismo manierista al realismo barroco. Será el artista que marcará las directrices en la posterior imaginería religiosa andaluza.

 

        

Retablo: Anunciación de la Virgen y "Calvario".

 

Consagrado a la Encarnación de la Virgen por deseo expreso de los Reyes Católicos, sobre los arcos perimetrales se describe la vida de Santa María como madre de Jesús en ocho lienzos apaisados que el obispo Molina y Rocha encargó a su pintor Antonio  García Puerta. Realizados en el más puro estilo Barroco, contienen escenas de la Visitación, el Desposorio, el Nacimiento de Jesús, la Presentación de Jesús en el Templo, la Huída a Egipto, la Adoración de los Reyes Magos, la Coronación de la Virgen y la Asunción de María.

 

 

Uno de los ocho lienzos del Retablo pintado por Antonio García Puerta.

 

 

El tabernáculo forma parte del conjunto de obras emprendidas por el obispo Claudio Sanz y Torres. Ordenó también la remodelación de la Capilla Mayor con la apertura de arcos laterales en su nave, la construcción del Altar Mayor y los púlpitos, las pinturas del retablo así como de sus dos grupos escultóricos de la Anunciación y el Calvario. Fue diseñado por Ventura Rodríguez y realizado por el arquitecto y escultor granadino Eusebio Valdés. Juan de Salazar y Palomino (1718-1790), otro escultor de la ciudad de Granada, realizó las estatuas que lo adornan. Vino a sustituir a uno antiguo de madera construido hacia 1709, iniciándose la construcción del actual en 1773 y finalizado tres años después. Se trata de un templete de base cuadrangular sobre plataforma de mármol blanco al que se superpone el basamento con medallones tetralobulados.  Sustenta un cuerpo de ocho columnas corintias pareadas en las esquinas y arcos de medio punto que se proyectan en bóveda. En cada uno de los ángulos que forman el receptáculo, anteponiéndose a las columnas pareadas,  se encuentran  las figuras  de los cuatro Apóstoles  que custodian el interior.

 

    

Tabernáculo que sustituyó al antiguo construido en madera. Consiste en templete de mármol con medallones y grupos escultóricos.

 

 

En el entablamento  y rodeando la cúpula del templete, encontramos las figuras de ocho Padres de la Iglesia, colocados en grupos de dos y coincidiendo con la vertical de cada una de las columnas. Sobre todos ellos, y en la clave de la cúpula está la imagen de Cristo Salvador, llevando en su mano derecha la esfera del globo terráqueo. El estilóbato del baldaquino se adorna en su parte central con relieves de las Tres Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Caridad. Cada una de ellas se representa con los atributos simbólicos que las caracterizan. Están labradas en mármol blanco de Macael (Almería) y relacionadas con las realizadas por Juan de Orea en la sillería del Coro.

 

 

 

 

Cúpula del tabernáculo con  los ocho Padres de la Iglesia, culminando con la figura de Jesús.

 

 

 

Medallón con el libro conteniendo los Siete Sellos.

 

 

Medallón tetralobulado con la Adoración de los Reyes Magos.

 

 

Bajorrelieve representando a una de las virtudes teologales.

 

 

Detalle del bajorrelieve con restos de policromía.

 

Cabe señalar la profusión de cabezas de angelitos distribuidos por todos los espacios del tabernáculo, tanto en el interior de la cúpula, como en el exterior del templete. También se incluye el escudo del obispo Sanz y Torres, ordenante de la obra. El arca de plata que contiene el Santísimo Sacramento fue reglada por este prelado a la Catedral, habiéndosela encargado al orfebre cordobés Damián de Castro.

 

 

 

 

 

CAPILLAS  MENORES:

  CAPILLAS DE LA GIROLA

Plano de las capillas de la girola en el ábside de la catedral.La girola de la catedral está situada frente a la Puerta de los Perdones. Se compone de tres módulos, siendo el central de planta cuadrada, inscribiéndose los laterales en superficies semicirculares.  EstánCapilla de la Piedad, en la Girola de la Catedral. En ella fue sepultado el obispo Antonio Corrionero.Foto: "Homer J" consagradas (de izquierda a derecha) a la Virgen de la Piedad, al Santo Cristo de la Escucha y a San Indalecio, patrón de la ciudad de Almería.

 

 

· CAPILLA de NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD

 

Fue construida por Juan de Orea. En ella está enterrado el obispo sucesor de Villalán, Don Antonio Corrionero de Babilafuente. Recibe el  nombre de una pequeña imagen de la Virgen de la Piedad que preside el retablo y que el obispo mandó colocar en él en el año 1558. La actual es obra del escultor José María Hervás, ya que la original fue destruida durante la Guerra Civil española (1936)

La capilla tiene planta ligeramente rectangular con un pequeño ábside y "La Anunciación" de Alonso Cano, en el retablo de la Capilla de La Piedad.cubierta con bóveda acasetonada. En cada una de sus paredes laterales hay una columna corintia que parecen sustentar la cúpula. Se adornan en sus capiteles con figuras antropomorfas femeninas y hojas de acanto. La luz penetra por un sólo óculo con vidriera y media linterna en la bóveda.

 

El retablo fue realizado por Jesús Pérez de Perceval y del Moral (1970) , pues el mobiliario anterior fue destruidoLápida conmemorativa del obispo Corrionero, ubicada en el lugar en el que estuvo su sepulcro de alabastro durante la Guerra Civil. En él se insertan los cuadros de "Santa Teresa", y "La Anunciación" y "La Asunción" pintadas en 1687 por Alonso Cano. Fueron donadas por el que fuera racionero de Almería, Don Fernando Charrán, en aquel momento racionero de la catedral de Granada. Actuó también como albacea testamentario del obispo Corrionero.

También destaca el  "San Antonio de Padua", obra de Antonio García Puerta ejecutada en 1743. En la guerra e 1936 se perdió el cuadro de "San Antonio".

 

El sepulcro de alabastro que hubo en la capilla y contenía los restos mortales del obispo Antonio Corrionero fue trasladado por orden del Cabildo el 25 de septiembre de 1761 a un lateral de la misma, pues según consta en los motivos aducidos, molestaba a los fieles en los actos de culto. Desapareció definitivamente de ese lugar en octubre de 1858, cuando remodeló la solería actual de mármol.

 

 

 

 

 

 

 

LEYENDA DE LA VIRGEN DE LA PIEDAD

 

Imagen reconstruida de la desaparecida Virgen de la Piedad. Foto: "Homer J."

 

La Virgen de la Piedad fue muy venerada en Almería, motivo por el que seguramente fue destruida durante la contienda suscitada por levantamiento militar ocurrido en 1936. Según la leyenda, Corrionero obtuvo la imagen por un cautivo de Berbería que a su vez había conseguido arrebatársela a un a turco que la llevaba como trofeo en la punta de su lanza. Al pie de la imagen, Corrionero mandó inscribir los siguientes versos, que relatan el prodigioso suceso.

«En una lança hincada

un Turco esta Imagen llevaba;

y de un cautivo cobrada,

de la Piedad ser llamada

supo por muy cierta prueba.

El cautivo aquí llegado,

la dio de su voluntad

al muy devoto Prelado,

Corrionero, que ha mandado

se llame de la Piedad»

 

La réplica de la Virgen de la Piedad que hay actualmente en la Capilla que lleva su nombre, fue tallada en 1940 por José María Hervás.

 

 

CAPILLA DEL CRISTO DE LA ESCUCHA o Capilla de Villalán.

 

(En preparación)

 

 

 

 

Recorrido fotográfico por ...    

  

CAPILLA MAYOR CAPILLAS DE LA GIROLA CAPILLAS LATERALES

 

SACRISTÍA CORO Y TRASCORO CLAUSTRO

 

 

 

 

 

 

SACRISTÍA

CORO Y TRASCORO

CLAUSTRO

en el más puro estilo renacentista.

Consta el coro de dos series de escaños, a dos niveles, con cuarenta y cuatro en el superior

y treinta en el inferior, además de la sede episcopal que lo preside. Los respaldos

de los sitiales cuentan, en la galería superior, con una serie de bajorrelieves que representan

a los profetas, los apóstoles y una serie de santos del Nuevo Testamento,

amén de las tres series de medallones con cabezas de estilo romano. El año 1558 va

Juan de Orea a Sevilla a comprar el nogal. Se le abona por el viaje seis ducados. Por

la sede episcopal se le pagaron doscientos quince ducados, y por el total de la obra mil

setecientos noventa y cinco ducados119. La obra del coro es una lección de teología, presentando

el misterio de la Iglesia y en especial la «comunión de los Santos». Está r

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

M.ª del Rosario Torres Fernández y M.ª del Mar Nicolás Martínez

 

DON ANTONIO CORRIONERO DE BABILAFUENTE

 

EL TABERNÁCULO DE LA CATEDRAL DE ALMERíA

Nicolás Martínez, María del Rosario Torres Fernández

 

LOS ÓRGANOS DE LA CATEDRAL DE ALMERÍA

Juan López Martin

 

VÍRGENES Y SANTAS EN LA CATEDRAL DE ALMERÍA

María del Mar Martínez Oña

 

LA ARQUITECTURA DEL RENACIMIENTO EN ESPAÑA 1488 - 1599

 

EL HOSPITAL REAL EN SANTA MARÍA MAGDALENA EN ALMERÍA

Trino Gómez Ruiz

 

Tabernáculo de la catedral de Almería.

Dibujo: María Isabel Moreno de las Cuevas.

- FACHADA PRINCIPAL

- PUERTA DE LOS PERDONES

- CAMPANARIO

- MURALLA, GIROLA Y SOL DE PORTOCARRERO

- INTERIOR DE LA CATEDRAL

· CAPILLA MAYOR

· CAPILLAS MENORES

· SACRISTÍA

· CORO Y TRASCORO

· CLAUSTRO

 

 

 

 

 

PROYECTO DE ALBERTO CAMPO BAEZA PARA LA PLAZA DE LA CATEDRAL DE ALMERÍA

 

PLAZA DE LA CATEDRAL

ALMERIA. 1978-2000
Alberto Campo Baeza, arquitecto.

 

           Hemos construido una plaza con palmeras como si de columnas se tratara y con el cielo como bóveda, creando una nave de aire.

 

Si el reiterado intento de los góticos fue crear unas naves con como palmeras de piedra, y así bien lo atestiguan las formas pétreas que con tanta delicadeza levantaron, aquí, el punto de partida era el de llegada. Creamos con palmeras de verdad una como nave de aire cuya bóveda es el cielo trenzado con las palmas.

 

            Convocado un concurso público en 1978, este proyecto fue el ganador. El jurado apuntó como sus máximas virtudes su visión global del problema y su resolución con la máxima economía de medios. El más que dilatado tiempo pasado ha servido para confirmar la validez de la idea y para madurar la decisión de los elementos con los que se ha construido.

 

            Se trataba de reordenar la Plaza de la Catedral de Almería con una sencilla arquitectura "sin arquitectura". Se pavimenta el suelo con adoquines de mármol blanco de Macael. Se colocan 24 palmeras más altas que la Catedral ordenadas según el ritmo marcado por los contrafuertes. La portada renacentista de Juan de Orea preside la plaza como si de un retablo se tratara.

   

 CONTEXTO ORIGINAL

 

 

 

 

 

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