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LA FORTALEZA DE  BACARES (Almería)

 

Fotografías: Jesús Mario Contreras

Texto: Milagros Soler

 

 

 

Existe la idea generalizada entre algunos historiadores de que el poblamiento en la Alpujarra empezó a tener importancia con la llegada de los pueblos árabes a la Península Ibérica. Sin embargo son muchas las pruebas que demuestran que ya en el Paleolítico se ocuparon cuevas y abrigos de los que han quedado restos de cultura material en las localidades como Murtas y Almégijar, cuyas dataciones se remontan al 9000 a.d.C.

 

La prehistoria está documentada con hallazgos como el ídolo de la Muela del Ajo (Tíjola), el yacimiento megalítico de la Ermita de Cela (Bayarque) ambos en Almería, o el de la Cueva de Los Murciélagos (Albuñol) en Granada. Fenicios y cartagineses explotaron sus recursos mineros. En la "Muela del Ajo" (s. VI a.dC.) quedaron restos  de un asentamiento que  aprovechaba las posibilidades del hierro de Serón  y los yacimientos de cobre de La Cueva de la Paloma, que todavía mantenían su actividad a la llegada de los romanos. La plata de las sierras de Almagrera y Herrerías fueron conocidas desde los primeros tiempos de la Edad de los Metales. Sobre estas épocas se conocen pocas localizaciones, tal vez debido a la falta de investigación, como ocurre en el caso de los asentamientos romanos. En las zonas en las que se han realizados estudios orientados a documentar la secuencia poblacional y excavaciones sistemáticas, ha quedado contrastada la presencia del Imperio Romano en ciudades como Tíjola (Tagili)  en cuyos alrededores tenemos villas fechadas en época imperial (Algaida, Muela del Tío Félix, etc.). Resulta difícil  interpretar una región tan rica en recursos agrícolas, ganaderos y metalúrgicos, sin concebir que fuera explorada y ocupada a lo largo de todos los periodos de la Historia.

 

Órjiva y Berja son ejemplos de ocupación romana en las estribaciones de la Alpujarra; Lanjarón y Lújar en lugares más inaccesibles. En el castillo de Piedra Fuerte (Yegen) se ha encontrado terra sigillata y algunas monedas romanas han sido halladas en Trévelez. Las vías de paso por Sierra Nevada en su tráfico Norte - Sur estuvieron controladas por los romanos, que  pusieron en  ellas dotaciones de soldados para su vigilancia y defensa. También se adentraron en en la región hasta ocupar cotas  de difícil accesibilidad en las que instalaron sus correspondientes estructuras defensivas. Al entrar en crisis el imperio romano, muchas  villae fueron abandonas en favor de asentamientos próximos a vías de comercio. En Alhama de Almería tenemos representado ese momento de transición en el que los habitantes de la comarca se agruparon en torno a una fortaleza que organizaba el territorio.

 

Este patrón de asentamiento jerarquizado se continuó utilizando durante las primaras oleadas de las poblaciones árabes. Los castillos se construirán siguiendo tradiciones arquitectónicas romanas, con muros de tapial sobre cimentación de mampostería. En sus murallas se adosan torres con grandes cisternas y aljibes en su recorrido. Estos recintos fortificados pudieron servir para albergar no sólo a los contingentes  militares encargados de su defensa, sino también a grupos de población, que una vez pasado el momento de peligro, se dispersaron por sus alrededores formando distintas alquerías. El husun de Juliana conserva su topónimo latino y son numerosos los puentes repartidos por toda la región que indican la importancia de esos caminos en época hispano romana. Abundan también torres de piedra y planta cuadrangular que serán reutilizadas por los árabes superponiéndoles muros de tapial. El castillo de Cuevas de Almanzora se erige sobre los restos de una torre romana, lo mismo que la fortaleza de ____.

 

Según nos informa Antonio Malpica en su obra "Poblamiento y castillos de Granada", durante la fase de  transición del mundo antiguo al pre-feudal en la Alpujarra se manifiestan claramente  dos tipos de población: la vinculada directamente al poder califal a través de las medinas y aquella que permanecen vinculada a sus raíces culturales tradicionales, localizada en zonas marginales y  gobernados desde castillos o distintos centros de control político-militar . Su poder era confiado a los alcaides, todopoderosos en sus dominios y que sólo tenían que rendir cuentas ante el califa. Así lo comprobamos en Jubiles y Berja durante los siglos IX y X. En la Alpujarra interior será típica esta forma de organización. La repartición y racionalización sistemática de las tierras se producirá hacia el siglo XIV, con delimitaciones catastrales denominadas ta´as.

 

Siguiendo estos patrones de asentamiento tendríamos que contextualizar la fortaleza de Bacares y el castillo que se localiza a sus pies, ubicado en el casco urbano del pueblo y que está siendo actualmente restaurado.

 

 

UBICACIÓN DE LA FORTALEZA Y EL CASTILLO DE BACARES

 

La fortaleza y el castillo de Bacares formaba parte de una línea de fortificaciones que controlaba el paso hacia el Norte, desde Almería hasta las tierras de Granada, a través de la Alpujarra. Ambas construcciones tenían contacto visual entre ellas y dominaban el paso del río y la Rambla del Bacares en la ruta  hacia Tíjola y Granada.

 

 

Según las fuentes escritas, la construcción del castillo datan de época almohade (siglos XII- XII). Los restos cerámicos no son abundantes en la zona alta, por lo que es posible que su población no fuera numerosa en su orígen, limitada a una guarnición militar que progresivamente iría  aumentando en número de ocupantes conformando unas estructuras mucho más complejas.

 

LA FORTALEZA.

 

De planta triangular, sus murallas se levantan en algunos tramos sobre mampostería burda a la que se sobreponen mutos de tapial ...

 

 

 

REFERENCIAS HISTORIOGRÁFICAS  SOBRE LA FORTALEZA DE BACARES.

(Aportación de José Mario Contreras)

 

Compilación de citas del Padre Tapia aludiendo la importancia de Bacares. Según las fuentes, ya en época beréber se habla de un castillo en este pueblo. Por lo tanto, para datar esta fortaleza tendríamos que remontarnos a fechas anteriores al siglo VII, o tal vez a época romana tardía. Su objetivo sería el de proteger y defender herrerías y extracciones mineras de gran interés  para la economía de ese momento.

 

 

 

 

 

 

ALMERÍA MUSULMANA  (711-1172)

ALGUNOS RASTROS DE LAS TRIBUS BEREBERES EN LAS TIERRAS DE ALMERIA. (…)

Bacares es el plural romance de un derivado del latino vacca, propio del romance africano, que vendría a significar “barrio de chozas de pastores” o, como perdura aún en el norte de África, baqar, con la significación de “vaqueriza donde se recoge el ganado vacuno”. Estos topónimos ¿son rastros de familias bereberes cristianas, que, huyendo los primeros de Ifriquiya ante la invasión musulmana, se refugian en estos lugares, o fueron asiento estos poblados de bereberes, cristianos aún o ya islamizados, que vinieron con los invasores? (…)sic

 

 

EL EJERCITO Y LA MARINA (1172-1492). 

 ALMERÍA MUSULMANA (…)

La reforma y la organización definitiva del ejército nazarita se produce durante el reinado de Muhammad V (1354-1391). Dice Ibn al-Jatib que el ejército granadino se abastecía de armas en los almacenes de Almería, que los mercaderes se encargaban de tener siempre llenos, procediendo la mayor parte de las armas del extranjero, pues aunque los artesanos almerienses trabajaban sin interrupción en las ferrerías de la taha de Lúchar y de Bacares, el acero que producían no era tan bueno como el de las armas importadas (…)  sic

 

VIDA Y CULTURA. GÉRGAL Y SU SIERRA (…) 

Bacares se componía de ochenta casas y tenía tres hornos de pan cocer, siete molinos harineros, una herrería y una fortaleza, datos que proporciona el libro de Apeo y Población de Gérgal, pues el suyo, si se hizo, se perdió. Torres Balbás, interpretando otro topónimo parecido, Albacar, en el término de Játiva, dice que significa “corral de ganado” (…) sic

 

ALMERÍA MUDÉJAR. -LUGARES EN 1488-1489 (…) 

Bacares era un puñado de casas de vaqueros al amparo de una fortaleza (…) sic

 

SIGLO XVI. -  LOS PUEBLOS DEL ALMANZORA (…)

Sus comunicaciones naturales son por el Hijate con Baza, por Oria con Los Vélez, por Bacares con Gérgal, por Tahal con Lubrín (…) sic 

EXPLOTACIONES MINERAS (…) 

Había unas “herrerías en lo de Bacares, que eran del dicho conde de la Puebla” (…) sic

 

ALMERÍA MORISCA.

 SIERRA DE FILABRES (…) Señorío del Conde de la Puebla. En Gérgal y Bacares estos señores construyeron sendos castillos  en los solares de las fortalezas musulmanas. El de Gérgal ha sido restaurado recientemente. Del de Bacares quedan ruinas (…) sic

 

http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/4461/1/Lucentum_05_09.pdf

http://books.google.es/books?id=XsvMJa8YvHcC&pg=PA156&lpg=PA156&dq=fortaleza+de+mondujar&source=bl&ots=58n-WysEXC&sig=T2kHO-oPm5rHhyv9PtNhNOeo3ZM&hl=es&ei=_Tl4SsWyGpqhjAeF99ynBg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1#v=onepage&q=&f=false

 

 

 

 

 

 

MAPA DE LOCALIZACIÓN 1

 (REF. CARTOGRÁFICA: GOOGLE EART)

 

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LA FORTALEZA

 

MURALLA SUR -  TORRE SUR (1)

 

LOCALIZACIÓN

 (REF. CARTOGRÁFICA: GOOGLE EART)

 

 

 

 

Fotografías 1, 2 y 3 Estructuras

Fotografías  4 y 5 - Lienzos de muralla y control visual sobre el valle.

 

Quedan restos de la esquina de una torre esquinera, que defiende una gran explanada inclinada donde presumiblemente hubo edificaciones o campamento de guarnición. Esta zona está muy bien protegida en su parte inferior por defensas geológicas naturales.

 

Fuerte tapial de argamasa, construido sobre roca viva o sobre zapata de piedra seca. El tapial en esta zona tiene un ancho de unos 350 mm y la argamasa está fortalecida con piedras en las zonas más esquineras

 

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MURALLA NORTE

 - Torre 2 -

 

LOCALIZACIÓN

 (REF. CARTOGRÁFICA: GOOGLE EART)

 

 

 

En esta esquina pudo haber una torre, pero no se ve claramente. El resto de la foto son el lienzo y las bases de las dos torres que hay en pie. No hemos removido vegetación alguna; esto último aportaría más datos.

 

En este punto el grosor del  muro llega a alcanzar los 500 mm (foto 7), y esta lÍNEAinea N-NE está más fortificada que la anterior; es obvio, pues la otra estaba defendida por los mismos acantilados, mientras que ésta es una ladera hasta el valle (no obstante, muy abrupta).

 

 

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VISTA GENERAL DE LA MURALLA NORTE CON LA TORRE 2 EN PRIMER PLANO

 

 

 

 

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GROSOR DEL MURO DE UNO DE LOS TRAMOS DE LA MURALLA NORTE

d

 

 

 

 - Torre 3 -

 

LOCALIZACIÓN

 (REF. CARTOGRÁFICA: GOOGLE EART)

 

 

Esta torre tiene puerta de acceso desde el interior de la fortaleza a nivel de suelo (FB-MN-8).

 

Hay esgrafiados que se pueden reconocer como ayuda a reparaciones posteriores en el muro (tomas 8, 9, 10). Igualmente se aprecian mechinales de construcción (FB-MN-6). En el interior hay una inscultura de una cruz (Foto FB-MS-7. letra yat del alfabeto Tamazight-bereber o bien exorcismo en posterior época cristiana). Esta cruz es la única encontrada sobre los muros; hay otra, pero está insculturada sobre piedra.

 

No hemos encontrado restos de ningún algibe, aunque obviamente debe estar en alguna parte.

 

La torre es un cuadrado de 3,85 m x 3,85 ms en interior a los que haya que sumar 90 cms a cada lado del grosor del muro de construcción. El vano de la puerta mide 85 cms.

 

 

 

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 - Torre 4 -

 

 

LOCALIZACIÓN

 (REF. CARTOGRÁFICA: GOOGLE EART)

 

 

 

 

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 - Torre 5 -

 

 

LOCALIZACIÓN

 (REF. CARTOGRÁFICA: GOOGLE EART)

 

 

 

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EXTRAMUROS

 

 

LOCALIZACIÓN

 (REF. CARTOGRÁFICA: GOOGLE EART)

 

 

 

 

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GROSOR DEL MURO DE UNO DE LOS TRAMOS DE LA MURALLA NORTE

 

 

 

 

 

 

LOCALIZACIÓN

 (REF. CARTOGRÁFICA: GOOGLE EART)

 

 

 

 

 

CERÁMICA Y GRABADOS

 

 Tanto intramuros como extramuros se encuentran abundantes trozos como el de la foto, de material que aparenta ser de alto contenido en hierro. 

 Apenas hay cerámica en superficie: solo encontramos tres fragmentos de pequeño tamaño (punto GRIS). Al haber pendientes tan fuertes y ser una zona con intensas lluvias y nevadas, entiendo que los materiales que puedan haber estarán bajo el nivel de suelo y ladera abajo.  

Encima de algunos trozos de las paredes de las torres se observan pequeños trozos planos de pizarra que no se corresponden con el contenido que configura la propia estructura de las mismas; es un suponer que puedan pertenecer a techumbres en pizarra… igualmente hay losas de este material igualmente planas y de considerable tamaño, esparcidas por el recinto.

 Dos pequeños fragmentos cerámicos tambien encontrados en el interior. (punto GRIS y alrededores).

Pequeña cruz (unos 6 cms de alto) grabada en una roca. Hay una curiosa mancha rojiza en esta roca (y en otras rocas) que no parece ser coloración natural  de la roca. Las manchas negras son formaciones de líquenes. (32 + 33 son detalles de esto). Ubicación= Punto NEGRO.

 

 

 

 

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37.- Lienzo Oeste, del que existe un gran trozo excelentemente conservado.

 

36.- Detalle del mismo. Se observa una zapata sin enlucir, y enlucido o tapial en la parte superior (es curioso que unos muros tienen grosor distinto a otros y que los materiales tb. son distintos).

 

35.- Detalle de una galería fabricada en el mismo muro (¿evacuadero?) que se pierde por la parte trasera hacia la zona derecha (visto de frente).

 

 

azul oscuro

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

40-41.- Estado y composición de las lineas que dividían lso distintos pisos interiores. (GRIS)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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LA TORRE PERDIDA

 

LOCALIZACIÓN

 (REF. CARTOGRÁFICA: GOOGLE EART)

 

 

 

 

LOCALIZACIÓN

 (REF. CARTOGRÁFICA: GOOGLE EART)

 

 

 

 

 

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La nochebuena de 1489, cuando la reina Isabel atravesó las puertas de la Alcazaba almeriense lo hicieron con ella los cuatro jinetes de un Apocalipsis local. Y, sello tras sello, las más terribles plagas asolaron la zona a lo largo del siguiente siglo, diezmando a la población entre guerra, exilios, conversiones forzadas, esclavitud, peste, terremotos, sequías y las subsiguientes hambrunas.

Tras la ocupación, un grupo de emires y notables se cristianizaron voluntariamente, cosa nada complicada, pues el mestizaje por aquella época no era infrecuente. Tal fue el caso de los príncipes granadinos, hijos de Muley Hacén y Zoraya (la cristiana Isabel de Solís) Saad y Nasr, quienes, al tiempo que su madre recuperaba su antigua fe, pasaron a ser el Duque Fernando de Granada, comandante del ejército castellano el primero, y Don Juan de Granada el segundo; también se hizo cristiano el comandante militar de Almería y primo del sultán Muley Hacén y del Zagal, Yahya al Nayar, tras entregar la plaza, pasando a llamarse Don Alonso de Granada-Benegas y contrayendo matrimonio con una de las camareras de la reina. Así lo hizo también buena parte de su familia, entre ellos los ministros Abul Hasim Ibn Ridwan Benegas y Yusuf Ibn Camacha, que se convirtió en monje. Pero, pese a todo, no bastaba con aquellos que, por una u otra razón, optaran por una conversión voluntaria.

La iglesia combatió la política de tolerancia. En aquella época tenía una fuerte preeminencia sobre el estado, sobre todo tomando en cuenta que, a la sazón, el papado estaba en poder de un hombre de armas, Alejandro VI, el Papa Borgia, o Borja, valenciano de nacimiento y feroz combatiente contra el Islam y que el confesor de la reina, el dominico fray Tomás de Torquemada, era el Inquisidor General. Así pues, paladines los reyes de una yihad católica, emprendieron la tarea de cristianizar a los habitantes de la región de grado o por la fuerza, sin que fueran obstáculo los pactos o capitulaciones firmados. Tras un periodo inicial de blandura mientras creyeron que la conversión de parte de la nobleza y el exilio del resto, sería suficiente, visto que los resultados eran de escasa envergadura endurecieron su política y fueron aboliendo, uno tras otro, todos los apartados del Compromiso de entrega del Reyno de Granada.

Una tras otra transformaron en iglesias las mezquitas, primero la mezquita Tayyibin, y luego la de la Alhambra, y después con la Mezquita Aljama de Granada convertida en Catedral. El mismo camino seguirían las mezquitas almerienses.

En Granada entró Francisco Jiménez de Cisneros en julio de 1499. Primero mandó llamar a los jurisconsultos, les invitó a dejar el islam y abrazar la verdadera fe a fin de que sirvieran de ejemplo al resto. Zanahoria para los obedientes y palo para los rebeldes. Parte de los residentes en el Albaycín aceptaron. Seguidamente, Cisneros colocó en el punto de mira a quienes algunos llamaban “elches”, musulmanes de origen cristiano, amenazándoles con darles el trato de renegados a todos cuantos hubieran abandonado el cristianismo y a sus hijos, nietos y demás linaje. Estos alegaron que eran musulmanes, sin distinción entre ellos o el resto de sus correligionarios. Comenzó entonces la persecución a familias musulmanas de origen cristiano, encarcelando hombres, mujeres y niños que se negaran a cristianizarse. Y fue el allanamiento de la morada de una de las musulmanas del Albaycín, hija de cristiano converso a musulmán, el 18 de diciembre de 1499, la mecha que prendió la revolución. Se concentraron sus vecinos para protegerla, mataron al policía, liberaron a la mujer y pusieron en fuga a los clérigos enviados por el cardenal de Toledo. Tras ellos, partieron los musulmanes llamando a la revuelta, ocuparon las torres, levantaron barricadas y atacaron el palacio de Cisneros quien, alertado a tiempo, había huido antes a la Alhambra.

Enviaron los reyes un ejército para sofocar el levantamiento y su jefe prefirió negociar con los revolucionarios, armado de promesas. Los reyes amonestaron al cardenal por su torpeza, y pasaron la negociación a manos del cardenal de Granada, don Hernando de Talavera. Trató este a los revolucionarios con consideración, ofreciéndoles su familia en rehenes, como garantía de su buena fe. Prometió aceptar sus exigencias y no perseguirles. Tranquilizados que fueron los rebeldes, se entregaron diez días después de haber comenzado las revueltas y encontraron que... todos y cada uno de los acuerdos tomados fueron violados, sin excepción.

Huyeron cerca de 1500 hombres y se hicieron fuertes en la Alpujarra, en el castillo de Gualchos, donde Ibrahim ibn Omeya fue elegido como jefe y anunció, de nuevo, la revolución, el día de Año Nuevo del 1500. A las razzias sobre la vega de Granada se incorporaron muchos muyyahidin. Sus Católicas Majestades enviaron otra vez sus ejércitos, esta vez al mando del comandante Tendilla. Cercó el ejército el pueblo de los Gualchos y mató a cuantos en él halló, mujeres, niños y ancianos. Por fin, los rebeldes se entregaron, siendo todos sometidos a esclavitud.

Movilizaron las fuerzas cristianas 5.000 hombres, en dirección a Adra (la almeriense Abdera), Castell de Ferro y Albuñol, plazas costeras en poder de los musulmanes, sin éxito. Desde el río Andarax, al este, hasta Lanjarón, en el oeste, los rebeldes ocupaban la mayoría de las ciudades y pueblos alpujarreños. Por fin, el propio rey Fernando, se puso al frente de un ejército enorme: 80.000 infantes y 15.000 jinetes, recorrieron la zona desde el valle de Lecrín para ir ocupando, uno tras otro, los pequeños enclaves de las Alpujarras y alcanzar, finalmente, el pueblo de Andarax que, desafiante, hizo una defensa heroica antes de entregarse. La rebelión en la sierra fue sofocada en febrero de 1500, apenas mes y medio después de comenzar. Los reyes se comprometieron a respetar parte de las condiciones de las capitulaciones de entrega de Granada pero, de los escarmentados...

Los obispos emplearon para cristianizar Almería los mismos malos modos que con la gente de Granada. No fue de extrañar, por tanto, que en la sierra de los Filabres se repitiera lo ocurrido el la Alpujarra. En noviembre de 1500 los musulmanes expulsaron a los monjes con escasa delicadeza –tan propia de la época- y ocuparon las fortificaciones de las montañas, concentrándose en Velefique. La población, donde en el siglo VIII habían hallado refugio los bereberes de la reina La Kahima, convivió en paz durante muchos siglos sin problemas de míos o de tuyos e, incluso muchos habían marchado con Alfonso el Batallador, a repoblar el Valle del Ebro, allá por 1125. Pero ahora las tornas les andaban cambiadas. El rey envió, nuevamente, su ejército, y pese a que los musulmanes combatieron hasta el límite de sus fuerzas, tuvieron que rendirse. Todos los varones fueron ahorcados. Las mujeres y los niños convertidos en esclavos. Las riquezas confiscadas. Velefique quedó vacío (en nuestros días tiene un censo de poco más de doscientos habitantes). La población entera de la sierra de los Filabres y la cuenca del Almanzora fue bautizada por la fuerza. Se alzaron en armas los tres pueblos del Almanzora, y por la fuerza fueron sometidos. Se sublevó Adra y fue asediada hasta que, tras una larga lucha, el ejército cristiano entró en ella y esclavizó a todos sus habitantes. Tras ellos le tocó el turno a Ronda, cuya serranía se alzó en enero del 1501 y aguantó hasta abril del mismo año. Allí, en Villalonga, narra la crónica que un muyyahid de nombre Al Fihrí, a las órdenes de Salem Al Azraq, mató a don Alfonso de Aguilar, jefe de las tropas católicas. Los reyes enviaron un ejército aun más grande, y negociaron con los revolucionarios un acuerdo, firmado el 14 de abril de 1501, por el que los jefes musulmanes partirían a Marruecos, y los que quedasen serían bautizados.

A finales de julio la reina Isabel se presentó en Granada para comprobar la marcha de las conversiones. Con todas las ciudades y pueblos de Granada se firmaron edictos en los que se imponía a sus gentes la cristianización, a cambio de recibir el mismo trato que los cristianos viejos. Y así fue como se bautizó a toda la población de Tabernas en un solo día (18 de septiembre de 1500), y a la de Baza el 30 del mismo mes. Se prohibía a los nuevos cristianos el sacrificio de reses por el método islámico; vestir prendas islámicas, tanto a los hombres como a las mujeres; venían obligados a cambiar sus nombres musulmanes, sus usos y sus costumbres. Se les permitió, provisionalmente y a modo de concesión, seguir usando el baño (hammam) y ducharse, cosas ambas consideradas indecentes y pecaminosas por los cristianos, de todos es sabido, a tipo de comadreo, que la reina Isabel se negó a cambiarse de ropa a lo largo de toda la campaña... cosa de debía de resultar atroz pero que, pese a las grandes posibilidades que les proporcionaba a viruses, bacterias y demas fauna y flora infectocontagiosa, no devino en una enfermedad fulminante que acabara con ella). A continuación, por decreto, todas las mezquitas se transformaron en iglesias y se confiscaron todas las habiz (fundaciones piadosas islámicas). El 10 de octubre de 1501 se firmó un edicto, aberrante y bárbaro, para la quema de todos los libros islámicos y árabes, de modo que, en la granadina plaza de Bibrambla, la mayor de todas las de la ciudad, se quemaron millares de libros, sin que la cosa se detuviera ahí, pues no sería sino la primera de las piras donde un millón de libros, siglos de arte, filosofía, medicina e ingenio, propias o heredadas de otras culturas, se convertirían en blanquecinas volutas al viento. Fue un crimen, indiscutible, de lesa civilización.

Se prohibió la lengua árabe. Se publicó un decreto, en septiembre, prohibiendo a los nuevos cristianos forzosos la tenencia y porte de armas. Los transgresores se exponían a apresamiento y confiscación la primera vez, a una ejecución la segunda.

Pidieron los andalusíes ayuda al mundo islámico, pero no había nadie que escuchara su voz. El sultán de Marruecos, Abu Abdillah Muhammad Ibn Yayha Al Watasi; el de Egipto, Al Ashraf al Gauri, fueron los primeros requeridos. El sultán egipcio envió un embajador a los reyes Católicos, amenazándoles con imponer el islam a los cristianos bajo su gobierno si no concedían a los musulmanes bajo gobierno cristiano garantías de permanecer en el Islam. Los reyes respondieron, mediante su embajador, convenciéndole de que los musulmanes andalusíes estaban perfectamente y sus derechos eran respetados. Al Asraf determinó confiar en los reyes y el asunto acabó con los andalusíes librados a su suerte.

Recurrieron entonces al sultán otomano Bayazid, pero este tenía sus propios problemas internos, y se limitó a escribir a los reyes, a título de reconvención teñida de amenaza. Por segunda vez, los andalusíes recurrieron al sultan, y su llamada fue una carta, compuesta de 103 versos, de autor anónimo, que describe la situación:

Paz a vosotros de los esclavos que se han quedado
En Al-Andalus de Occidente en tierra de nostalgia
Rodeados por un mar de cristianos desbordante
Y un mar profundo de oscuridad y abismo
Paz a vosotros de los esclavos que les ha afligido
Una inmensa desgracia, ¡qué desgracia!


[...]

Hemos sido engañados, cristianizados y nuestro Din ha sido sustituido
Hemos sido ofendidos y tratados vergonzosamente
Éramos seguidores del Din del Profeta Muhammad
Combatíamos sinceramente a los agentes de la cruz


[...]

Cuando entramos bajo el pacto de su proteccionismo
Apareció su deslealtad violando la resolución
Traicionaron tratados por los que fuimos seducidos
Hemos sido cristianizados a la fuerza con ferocidad
Han sido quemados los ejemplares del Corán que teníamos
Y los han revuelto con basura o con impurezas
Y cada libro en los asuntos de nuestro Din
Al fuego lo han arrojado con burla y desprecio


[...]

Nos ordenaron insultar a nuestro Profeta
Y no recordarlo en la prosperidad ni en la adversidad
Oyeron que unos cantaban con su nombre
Y de ellos les alcanzó el doloroso daño


[...]

Fueron cambiados nuestros nombres y sustituidos
Sin nuestro consentimiento ni deseo
¡Ay! Del canje del Din de Muhammad
por la religión de los perros cristianos, mal de la tierra


[...]

Hemos sido convertidos en esclavos, no prisioneros para rescatar
Ni musulmanes que se pronuncien con la ‘shaháda’
Y si percibieras con tus ojos a dónde ha llegado nuestro estado
Se colmarían copiosamente de lágrimas
¡Ay! De la crueldad y la maldad que ha caído sobre nosotros
de daño, desgracia y aspecto humillante



Así fue como los musulmanes andalusíes anunciaron, oficialmente, la extinción del Islam en tierras ibéricas y fueron llamados, a partir de entonces, “nuevos cristianos” o “moriscos”, o, como se llamaban a sí mismos “gurabá” (extraños), aludiendo a las palabras del profeta:

“Comenzó el Islam siendo extraño y volverá a serlo como empezó,
¡bienhallados pues, los extraños”

Y entonces, de la mano del confesor de la reina, el dominico Fray Tomás de Torquemada, Inquisidor General, llegó a tierras andaluzas la Cruz Verde, dispuesta a llevar al potro y a la hoguera a cuantos infieles, herejes o discrepantes encontrase en su camino.

No iban a ser estos, sin embargo, los únicos horrores que asolaran la provincia. El siglo comenzó con la tierra temblando. Los seísmos se sucedían uno tras otro. El verano de 1518 tiembla el valle del Almanzora, Huércal Overa y Cuevas. Las sacudidas alcanzan su punto culminante el 9 de noviembre de 1518, donde su violencia arrasa Vera, en la colina del Espíritu Santo, y se ven obligados a reedificarla en su actual emplazamiento. Cuatro años después, el 22 de septiembre de 1522 y en mitad de la desolación causada por una terrible epidemia de peste, un terremoto asola la ciudad de Almería, destruyendo buena parte de la ciudad, de la Alcazaba y la Almedina, y provocando innumerables víctimas. Sus efectos se notan en toda la Alpujarra y el valle del Andarax.

La ciudad ha caído, esta vez, bajo un ejército contra el que no tiene armas, y sus habitantes van siendo diezmados, cada vez más brutalmente.